DIPLOMACIA CULTURAL

  • El director del Instituto Cervantes apoya la traducción al inglés de los dos últimos poemarios de Joan Margarit

"El poeta es el que no puede engañarse a sí mismo a la hora de escribir"

Luis García Montero y Joan Margarit en el Colegio de Arquitectos de Granada en 2011. Luis García Montero y Joan Margarit en el Colegio de Arquitectos de Granada en 2011.

Luis García Montero y Joan Margarit en el Colegio de Arquitectos de Granada en 2011. / Miguel Rodríguez

Escrito por

· Charo Ramos

Jefa de cultura

Luis García Montero, actual director del Instituto Cervantes, y quizá el poeta en español de referencia en el Reino Unido, ha impulsado en los últimos meses la traducción al inglés de los dos últimos poemarios del Premio Cervantes Joan Margarit -Un asombroso invierno y Animal de bosque- que ha llevado a cabo su colaboradora habitual Anna Crowe, y que han visto la luz como Wild Creature en el sello Bloodaxe Books. Su presentación días atrás, en la embajada de España en Londres, fue el colofón de unas jornadas dedicadas al hispanismo donde se habló mucho también de autores andaluces.

El nuevo embajador, José Pascual Marco Martínez, diplomático de carrera que en 2015 fue director general de Industrias Culturales y del Libro en el Gobierno de Mariano Rajoy, no dudó en reivindicar a las escritoras españolas. "Se está haciendo ahora una literatura en español magnífica, hay un relevo generacional extraordinario y las voces más interesantes son mujeres muy jóvenes como la granadina Cristina Morales y la manchega Ana Iris Simón, cuya novela Feria debería traducirse pronto al inglés", defendió ante un auditorio que incluía a la directora de la Biblioteca Nacional de España y representantes de las más prestigiosas universidades inglesas como Oxford y King's College London.

García Montero, por su parte, aprovechó una intensa jornada de diplomacia cultural para, entre otras cosas, homenajear a Luis Cernuda, uno de los grandes poetas españoles exiliados en el Reino Unido antes de trasladarse a América y morir en México. "Como profesor de literatura he estudiado el exilio, mi tesis tuvo que ver con el exilio, he estudiado a Cernuda y los liberales del XIX y, por mucho que uno lea, cuando pueden recorrerse sitios que mantienen la huella de la vida, las emociones son muy intensas", dijo a propósito de las rutas del exilio en Londres que el Instituto Cervantes que dirige Ignacio Peyró pondrá en marcha en marzo.

Luis García Montero en la embajada española en Londres el pasado 3 de febrero. Luis García Montero en la embajada española en Londres el pasado 3 de febrero.

Luis García Montero en la embajada española en Londres el pasado 3 de febrero. / Rita Álvarez Tudela

El último libro que publicó Cernuda en vida, Desolación de la quimera, incluía un poema titulado 1936 en el que el sevillano reflexionaba sobre causas aparentemente perdidas para expresar que "lo que importa y nos basta es la fe de uno". "Ese poema empieza y termina con un mandato. Recuérdalo tú y recuérdalo a otros", glosó García Montero.

Con ese espíritu de remembranza se presentó en la hermosa sede de la embajada en Belgravia -que va a comprar este año el Gobierno español por 39 millones de euros- la traducción que ha acometido Anna Crowe de la poesía final de Joan Margarit y de la que García Montero sirvió de intermediario. "Joan Margarit forma parte imprescindible de nuestra herencia humana y en su último poemario, Animal de bosque (Visor), nos recordó que la muerte es una invención del ser humano. Los animales desaparecen pero el ser humano toma conciencia de lo que significa la desaparición y por eso necesita dejar testimonio, necesita recordar y luego ser recordado", expuso.

Escrito ya en la conciencia de su muerte, Margarit tituló así su poemario "porque quiso recordar la experiencia de algunos animales de bosque que cuando están a punto de morir, con ese pudor que también recordó Cernuda en uno de sus poemas, se esconden, para morir en la intimidad, rodeados de lo que únicamente para ellos es verdadero".

Cubierta de la edición en inglés de la poesía última de Margarit. Cubierta de la edición en inglés de la poesía última de Margarit.

Cubierta de la edición en inglés de la poesía última de Margarit.

"Margarit", continuó García Montero, "se dio razón a sí mismo y al motivo fundamental de su labor poética. La poesía tiene que ver con la verdad, no la verdad con mayúsculas de los dogmas, sino con la verdad de la propia conciencia. El poeta es el que no puede engañarse a sí mismo a la hora de escribir. Y él se encerró en su bosque en primer lugar con su familia, con su mujer, Mariona, sus hijos, sus nietos y con la poesía".

 "Antes de morir me confesó que, quedando bien con la familia, lo que más le importaba era la poesía"

En estos días tras la muerte de Almudena Grandes, su esposa y una de las autoras más queridas y traducidas a este lado del canal de la Mancha, mucha gente se acerca todavía al autor de Completamente viernes para expresarle el testimonio de su doble devoción por la escritora y la mujer. Y el granadino ha encontrado en la poesía última de Margarit un anclaje emocional estremecedor, como se pudo leer entre líneas en su discurso. "Dos días antes de morir Margarit me confesó que, quedando bien con la familia, lo que más nos importaba en la vida era la poesía". Así, el también autor de Casa de misericordia se encerró con la literatura, con la música -desde el jazz a la clásica, que fue una gran compañía toda su vida-, con la pintura y con la memoria, "ya fuese la memoria de la Cataluña en la que había vivido desde 1938, de los grandes acontecimientos históricos, o la de la España que había visto transformarse a lo largo de la democracia".

"Y hablar con la verdad de su conciencia, sin engañarse", prosiguió García Montero, le servía "para decir que debajo de las coyunturas políticas, las mentiras, debajo de los recuerdos de la vida, lo que importa es la verdad de la experiencia humana, esa verdad que no se puede traicionar. Eso es lo que tenemos que recordar, como nos enseñó Cernuda: recuérdalo tú y recuérdalo a otros".

La traductora Anna Crowe durante su intervención. La traductora Anna Crowe durante su intervención.

La traductora Anna Crowe durante su intervención. / Rita Álvarez Tudela

La semblanza de Margarit para Anna Crowe, su traductora durante 15 años, tiene mucho que ver con su doble pasión por la literatura y la arquitectura. Crowe lo conoció en un festival poético de Escocia, cuando Margarit vino a presentar Los motivos del lobo, y aprendió a ser traductora a su lado. "Me emocionaban mucho aquellos poemas donde pretendía lidiar con la pérdida de su hija Joana. Al traducir es importante escuchar la música del poema, su tono de voz, y no es fácil traducir patrones sonoros aunque el catalán tiene fuertes afinidades con el inglés: palabras monosilábicas, masculinas… Para mí los poemas de Margarit nos confrontan y miran siempre a la riqueza del mundo, la música de cámara, Bach, Schubert, Beethoven, Shostakovich, Jacques Brel... A menudo pienso que sus poemas son como los autorretratos que pintaron Rembrandt, Bacon, Lucian Freud y Van Gogh, a los que no les importó pintar lo horrible como lo bello".

"Sus poemas son edificios perfectamente construidos porque la exactitud era para él una obsesión"

Margarit fue también traductor al catalán de poetas anglosajoness como Elizabeth Bishop y, sobre todo, Thomas Hardy, también constructor como él y el autor de un poema de cabecera para el gremio, La heredera y el arquitecto. "La poesía última de Joan Margarit me recuerda a muchos versos de Hardy que estudié en la infancia. Sus poemas son edificios perfectamente construidos porque la exactitud era para él una obsesión. Este libro último confronta su próxima muerte con tremendo valor y humildad pero, incluso, con cierto humor". Margarit terminó Animal de bosque dos semanas antes de morir. "Su esposa me dijo entonces que estaba feliz. Fue un privilegio trabajar con él. Echo mucho de menos sus correos electrónicos y su amistad", concluyó Crowe.

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