Alba, el 'conejo biónico'
El jugador del Barça agradece a Unai Emery que lo situara de lateral en el Valencia "También he jugado de delantero y mediapunta", afirma el veloz futbolista
España tiene un conejo biónico, una carta ganadora más para desconcertar a rivales que ya la tenían estudiada al milímetro: Jordi Alba.
No es que el lateral del Barcelona sea un desconocido, ni mucho menos, pero como defensa con alma de delantero, controlarlo se convierte en doblemente difícil para sus adversarios, sencillamente porque no saben qué esperar del hombre de dientes de conejo y fútbol con propulsión a turbo.
"Ha sido un hallazgo extraordinario", señaló Vicente del Bosque tras el 3-0 sobre Nigeria, en un partido que Jordi Alba solucionó desde el inicio con un gran gol en el minuto 3 y cerró en el 85. "Es un chico que va bien para delante, que está muy metido en el puesto, que quiere defender, que sabe defender. Un chaval muy completo", añadió el seleccionador español, que sabe muy bien lo que tiene entre manos.
De joven, el diminuto Jordi Alba (1,70 metros y 69 kilos) jugaba en ataque, y todo indica que no puede desprenderse de ese espíritu. "Jugué de mediapunta y de delantero centro. Cuando fiché por el Valencia llegué como extremo", recuerda el jugador catalán de 24 años. Unai Emery, su entrenador en el Valencia por entonces, lo convenció de probar como lateral.
"Emery fue clave para mí. Lo veía muy difícil jugar de lateral, pero la verdad que me ha venido fenomenal esa posición", reconoció Jordi Alba, que en el final de la tarde del pasado domingo en Fortaleza dejó, con su tono tímido, otro dato: "Nunca a nivel profesional he metido dos goles en un partido". Con el lateral del Barça, Del Bosque gana en efecto otra opción en ataque, un jugador sorpresa que, con su dominio del balón y su velocidad, es capaz de desdoblarse. En el otro lateral, en cambio, está firme en defensa Arbeloa, un jugador de menos recursos, pero con el que el seleccionador español está muy conforme, porque hace exactamente lo que le pide.
Busquets, su compañero en el Barcelona, sabe muy bien quién es Jordi Alba, al que de tanto en tanto ve, con el rabillo del ojo, incorporarse como una exhalación al ataque: "Hace muy bien su trabajo, es muy rápido. Defensivamente nos da muchísimo, pero se incorpora también al ataque, es un hombre más en el ataque. De pequeño jugaba de mediapunta, y eso le ha venido muy bien para estar delante y mostrar su calidad".
Tan veloz es Jordi Alba, que Pepe Reina, el tercer portero del equipo y encargado oficial de mantener el buen humor de la selección, le puso un año atrás un apodo: MotoGP. El veloz lateral, que al hablar parece perder buena parte de esa energía y audacia que muestra sobre el césped, admite el elogio nacido tras la final de la Eurocopa 2012, aquel impactante 4-0 sobre Italia en Kiev: "Sí, Pepe me dijo eso en la celebración. Está bien, está bien, es bonito".
También te puede interesar
Lo último