Berrocal pide paso a gritos

Granada cf

"Voy a seguir luchando y dándolo todo hasta que me llegue la oportunidad como titular", afirma el ariete cordobés, que se ha ganado a la afición a base de casta.

Alejandro Morales / Granada

16 de septiembre 2009 - 12:20

Jesús Berrocal se ha metido a gran parte de la afición del Granada CF en el bolsillo por la garra que despliega en cada una de sus intervenciones, que por el momento están siendo fugaces, aunque muy positivas. El delantero cordobés adopta con naturalidad su actual rol, el de suplente de los importantes, es decir, el que siempre juega saliendo desde el banquillo, pero que no suele tener la oportunidad de inicio pese a aparecer en muchas quinielas previas. Por el momento, Miguel Ángel Álvarez Tomé está jugando con un sólo delantero de referencia (Tariq) tanto en casa como a domicilio, lo que le está cerrando las puertas de la titularidad al ex futbolista del Real Madrid, quien se lo toma bien y con la actitud correcta: "En fútbol hay que tener paciencia, voy a seguir luchando y dándolo todo hasta que me llegue la oportunidad como titular, porque considero que puedo jugar de inicio".

Berrocal tiene argumentos para poder presumir de estar "muy contento" con su propio rendimiento, pues siempre que ha saltado al campo ha cumplido con lo que se esperaba de él. "Me ha tocado jugar en distintos sitios y en circunstancias diversas, pero siempre me he sentido cómodo y creo que he aportado cosas al equipo, eso es lo que me hace estar satisfecho conmigo mismo", explica. Y es que el cordobés ha sido utilizado por Tomé en tareas de media punta, como delantero, tirado a banda e incluso como medio centro, posición en la que jugó algunos minutos en Sevilla y que no le resultó extraña: "Ya había jugado antes de medio centro, aunque donde me suelo desenvolver mejor es en la zona del ataque, en la media punta, por suerte he jugado en varias posiciones durante mi carrera y me suelo adaptar bien".

El papel del suplente suele ser ingrato y a menudo la responsabilidad del futbolista que salta al campo, especialmente si las cosas no marchan bien para su equipo, es superior incluso a la de aquellos que saltaron de inicio. Y si no, sólo hay que echar un vistazo a la lista de tareas que Tomé suele encomendarle cuando lo requiere para salir de refresco: "Depende del partido y de la situación concreta, pero hasta ahora me ha pedido que intente llegar mucho al remate y que aporte todo lo que pueda en defensa, llegar lo máximo arriba, ayudar a Tariq, morder, luchar...". Y le ha faltado decir "marcar", algo que ya hizo en el partido inaugural del campeonato, ante el Estepona. Pese a que aquel choque se ganó, el ariete asegura que el Granada CF "no está teniendo la suerte de cara; en el primer partido el equipo estuvo muy bien, en Sevilla, pese a estar peor, pudimos incluso ganar si no llega a ser por los palos (él mando un cabezazo espectacular al larguero) y el domingo cuando estábamos con 11 lo teníamos perfectamente controlado y estábamos siendo mejores, pero luego se complicó todo, especialmente a raíz de la expulsión de Amaya". Abundando sobre el partido del domingo, Berrocal considera que "si el equipo trabaja en el resto de partidos como lo hizo para conseguir el empate, no va a tener problemas para lograr los objetivos que se marque. Hay que quedarse con eso, con el trabajo del equipo, que fue encomiable, y con que el punto nos puede servir de mucho, sobre todo en el aspecto de moral".

El vestuario ha arropado mucho a uno de los protagonistas negativos del encuentro, el defensa francés Allan Nyom, tras su desafortunada actuación frente al San Roque: "La verdad es que estaba bastante 'chungo' después del encuentro y también el lunes, porque era su primer partido y su intención era hacerlo muy bien, pero le salió al revés. Ya le hemos dicho que está en España y que esas faltas aquí normalmente se sancionan con tarjetas, tiene que ir adaptándose a todas estas cosas, pero estoy convencido de que no volverá a sucederle algo así".

Lo que Berrocal espera que no vuelva a suceder en Écija es quedarse en la banqueta. Pero él no tiene la palabra...

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