De Cobos y de milagro
covirán granada | cb tarragona 2017
Un triplazo del brasileño a menos de un minuto para el final del encuentro decide el duelo para un Covirán que sufrió más de la cuenta ante un colista que dio batalla hasta el final
Un triple de Carlos De Cobos a 33 segundos del final para liberar toda la adrenalina de un último cuarto de infarto. El CB Tarragona, que llegaba al Palacio como víctima propicia para un Covirán que venía de vencer a Lucentum en la Copa LEB Plata y en Liga a Hispagan Gandía, a punto estuvo de tirar por tierra un partido mediocre pero que dominó durante toda la segunda parte (96-89). Quién lo habría dicho cuando a falta de 2:57 los de Pablo Pin aventajaban a los catalanes por diez puntos de renta. Parecía imposible la machada de los de Bernardo Álvarez, pero un parcial de 0-8 -con triple incluido de González- contenía la respiración de los 2.901 aficionados del Palacio y obligaba a Pin a solicitar tiempo muerto (89-87).
Era todo o nada. Teniendo en cuenta que ascender es una obligación, un tropiezo ante un equipo que lleva cinco jornadas consecutivas cayendo derrotado habría sido un golpe demasiado fuerte a nivel anímico. Del parón salió fuerte y con pizarra el conjunto rojinegro. De Cobos sumó tres puntos más a su casillero particular y ahí terminó la agonía. Aunque no del todo. Todavía había que defender una última jugada y Outerbridge intentó otro triple que esta vez no entró. El rebote de Lattibeaudiere valía medio partido.
Pero hablar del encuentro de ayer es hacerlo de un envite frío, como bien describiría más tarde Pablo Pin. El Covirán llega al momento más decisivo de la temporada arrojando severas dudas. Si bien es cierto que ningún contrincante es fácil cuando las jornadas van cayendo como reloj de arena, los nazaríes pudieron y debieron vencer con contundencia. Otra vez un equipo de la parte baja de la clasificación poniendo en bretes al principal candidato a estar el año que viene en LEB Oro. Y otra vez en terreno propio.
Que la tarde-noche en la instalación del Zaidín no iba a ser plácida lo presagiaba incluso el gélido ambiente que se vivía en el Palacio. Con una afluencia menos boyante de lo que se acostumbra, y con una sensación medio tenue, el Covirán parecía contagiarse de las circunstancias. De entre todo cabe destacar la importancia del triunfo por cuanto supone enlazar tres consecutivos (el de Copa ante Lucentum y el de la semana pasada en Gandía) en un momento de cierta irregularidad.
Además el Covirán durmió anoche como líder provisional de la clasificación, condición que perderá si vence Sammic hoy o si hace lo propio Lucentum por más de cuatro puntos. Los vascos reciben a Albacete y los alicantinos a Agustinos Leclerc. Buena parte del mérito del triunfo hay que atribuírselo a un espectacular Adrian Bowie; que anotó 17 puntos, cogió 9 rebotes, dio 5 asistencias e hizo 31 de valoración. El norteamericano fue MVP de la jornada de ayer, aunque aún quedan tres encuentros para completar la decimonovena fecha.
El Covirán saltó a la pista pleno de acierto. Dos puntos de Lattibeaudiere y otro desde la línea de tiros libres más un triple de Almeida establecían una primera cómoda ventaja de 6-0. Los catalanes respondieron con un 0-7 de parcial que volteaba el luminoso. A pesar del intercambio de golpes faltaba frescura en un partido que parecía no ser cosa de nadie. Los de Pablo Pin siguieron sumando casi con la misma inercia con la que el Real Madrid gana sus partidos. Al trantrán ya aventajaban a los de Álvarez por cinco puntos (12-7) justo en el ecuador del primer cuarto, lo que obligaba al técnico visitante a pedir tiempo muerto. No le sirvió, pues los locales seguían dominando en ataque. No obstante, de cara al segundo periodo el conjunto azul estrechaba el cerco (23-18).
Fueron vitales esos puntos finales para los apuros en los que meterían a los granadinos en los estertores del encuentro. Un triple de Gloyd y una canasta al contragolpe de González (19 puntos, 19 de valoración y 5 de 5 en tiros de dos) volteaban el electrónico por primera vez a favor de los tarraconenses desde los compases iniciales. El Covirán reaccionaba como podía. Con un dos mas uno de Milekovic y otro de Bowie que el norteamericano no conseguía transformar en jugada de tres. Mientras, los visitantes se agarraban a los triples de Hernández (29-33) o de Dani Martínez (31-33) para seguir metiendo las cabras en el corral rojinegro.
Fue Almeida el que con otro dos más uno, esta vez sí transformado devolvía la ventaja a los nazaríes. Otra jugada de Lattibeaudiere contra tablero y otras tres sucesiones de ataques dejaban al descanso un partido abierto (45-41) y marcado por los arreones de acierto o desacierto en una y otra canasta. En la segunda parte todo el mundo confiaba en que los de Pablo Pin tiraran de fondo de armario y físico para darle un estocazo de justicia al duelo. Y en esas estuvo el encuentro. Un triple de De Cobos establecía los doce puntos de diferencia en un tercer cuarto que acabaría con un tranquilizador 73-61.
El último empezó mejor que acabó el que le precedía con una máxima diferencia tras tiro a tablero de De Cobos en los primeros 31 segundos (75-61). Fue entonces cuando llegó la zozobra. Tarragona fue recortando y de repente puso el encuentro en un brete. Finalmente se resolvió a favor de los nazaríes, que siguen en la lucha. Ya sólo quedan once jornadas. La semana que viene toca visita a la pista del Navarra.
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