Covirán Granada

El Covirán Granada necesita mejorar

  • El equipo dirigido por Pablo Pin pierde por 69-77 ante el Casademont Zaragoza, pese a un gran último cuarto, en el partido de presentación ante su afición

Lanzamiento a canasta de Maye en una acción del choque

Lanzamiento a canasta de Maye en una acción del choque / Photographerssports (Granada)

El Covirán Granada se presentó ante su afición con una derrota por 69-77 frente al Casademont Zaragoza una semana antes de comenzar la histórica temporada de su estreno en la Liga Endesa.

Los rojinegros jugaron dos primeros cuartos muy malos, en los que fueron claramente inferiores a un rival que puede ser oponente directo por la permanencia, un tercero normalito, en el que pudieron cortar la sangría, y unos excelsos diez minutos finales.

Casi le da la postrera reacción para remontar y ganar, aunque imperó la lógica y se impuso un Casademont que fue bastante mejor en el cómputo general.

Luke Maye, con 22 puntos, fue el mejor jugador de un Covirán Granada en el que debutó Cristiano Felicio y que tuvo las bajas de Todorovic y Costa.

El equipo granadino comenzó el choque con un quinteto que se puede parecer bastante al que inicie el campeonato. Pin, consciente de que era la última prueba antes de estrenarse en Fuenlabrada, trató desde el mismo inicio de que los suyos se parecieran lo máximo posible a lo que quiere que sean en Fuenlabrada.

Renfroe, ya llegado de Estados Unidos, actuó de inicio junto a Jacobo Díaz, Maye, Bropleh y Niang, aunque Pin movió su banco casi desde el principio, como es habitual en el baloncesto moderno, y el esperado Felicio apenas tardó cinco minutos en pisar el renovado parqué del Palacio.

Tal y como ocurrió en el estreno de la Copa de Andalucía ante el Unicaja, los primeros minutos, sobre todo los primeros ataques del Casademont Zaragoza, fueron un perfecto ejemplo de lo que no puede hacer el Covirán Granada en la ACB: canasta fácil del rival en la primera defensa y varios rebotes consecutivos de los maños en el siguiente.

Fue el Casademont Zaragoza por delante desde el principio, aumentando su renta conforme transcurría el primer cuarto con muchos jugadores repartiéndose los puntos visitantes. Del 4-4 al 8-17 tras un 4-13 de parcial.

El Covirán concedió demasiados rebotes ofensivos, aunque su principal déficit en el arranque estuvo en ataque, con muchas pérdidas de balón y Maye como único jugador capaz de anotar. Los ochos primeros puntos fueron suyos para mantener al equipo cerca en el electrónico (8-11 con seis minutos y medio jugados).

Cuando se sentó el estadounidense se cerró del todo una persiana anotadora que ya estaba medio bajada con él en pista. El relevo lo tomó Felicio, metido desde el inicio pese a llevar sólo unos días en Granada, con cuatro puntos seguidos.

Pin quizás tardó demasiado en parar el duelo, ya que lo hizo cuando apenas faltaba un minuto para el término del cuarto inicial. Ocurrió con 10-19, acabando esos diez primeros minutos 12-20. Poco daño para tanta pérdida en ataque (siete en solo un cuarto).

Pobrísima anotación

El segundo parcial no comenzó mucho mejor, ya que el Casademont seguía anotando con demasiada comodidad (12-24). Un par de buenas defensas y un triple de Pere Tomás insuflaron ánimo a un Covirán necesitado de casi todo.

Mejoró atrás el equipo granadino, consciente de que si no pega bocados en defensa no se va a comer un colín, aunque Maye y Bropleh no acertaron con los triples que podían haber acercado al equipo en el electrónico, también nuevo en el Palacio.

Se estancó el crono en el 15-24, pidiendo tiempo Pin cuando una canasta de Ferrari, que no necesitó apretar el acelerador para entrar solo a canasta, puso al Casademont once arriba (15-26) en el ecuador del segundo cuarto.

Un triple del base con nombre de coche caro alargó la renta de un Zaragoza que con cuatro minutos para el descanso hizo pupa doblando a los locales (15-31).

Thomas Bropleh, en un ataque del Covirán Thomas Bropleh, en un ataque del Covirán

Thomas Bropleh, en un ataque del Covirán / Photographerssports (Granada)

El problema estaba en ataque porque no había manera de anotar. Tres puntos en siete minutos y quince en 17. Tragedia.

Para dejar mal al que escribe metió un triple Bropleh, que llevó el miedo al Palacio al hacerse daño en la acción de tiro. Lo que faltaba. Afortunadamente no fue nada.

Hizo ademán de meterse en el partido el Covirán con dos puntos más de Maye (20-32), pero el Casademont dio otro mazazo en la mesa con un 0-7 en un abrir y cerrar de ojos.

El primer tiempo se cerró con otra canasta más de Maye (12 puntos al descanso) y dos tiros libres anotados por Sant-Roos. 22-41. Mucha diferencia entre una escuadra y otra.

Segundo tiempo

El quinteto para empezar el segundo tiempo fue tan titular, o aún más, que el del arranque del partido: Renfroe, Bropleh, Tomás, Maye y Felicio. Sin embargo, el Casademont se empeñó en sentenciar el choque desde la misma reanudación.

Colocó la máxima diferencia en el electrónico con quince minutos por delante (27-52) justo antes de que se produjera la acción arbitral del partido. Ferrari se pasó de frenada y recibió dos técnicas casi seguidas por el absurdo idéntico motivo: no dejar ‘quietecita la pelota’ cuando te han pitado una infracción en contra. Al vestuario.

Todos los intentos locales de acercarse en el electrónico acababan con canastas visitantes para que la renta siempre estuviera por encima de los veinte puntos (31-54).

A falta de un minuto y medio para el final del tercer cuarto, el todavía temporero Urtasun se convirtió en el quinto jugador del Covirán Granada en sumar puntos en el partido tras Tomás, Bropleh, Felicio y Maye, el mejor sin duda de los nazaríes.

Con 39-60 empezaron los diez últimos minutos, que algunos aficionados se perdieron. Los jueves también se madruga, se sabía quién iba a ganar y lo bueno empieza la semana que viene, no es lo de ahora.

Con todo perdido se puso las pilas el Covirán Granada, que empezó a anotar en el último cuarto todos los triples que no habían entrado hasta entonces.

Espoleados por un Urtasun que se quiere ganar un contrato, con la inestimable ayuda de Christian Díaz, y jugando también con la relajación de un Casademonz Zaragoza que bajó el pistón, los de Pin se propusieron hasta ganar el partido (60-67 tras anotar 21 puntos en apenas cinco minutos). Ver para creer con lo que había ocurrido antes.

Se colocó a cuatro puntos el Covirán tras dos triples seguidos de un excelso Maye (66-70 con tres minutos aún para el final), aunque las esperanzas locales de hacer la machada se ahogaron en un 0-5 visitante (66-75).

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