Después de varios meses de competición, con parones casi eternos y maratones de partidos incluidos, el Covirán Granada se ha plantado en la última jornada de la liga regular como segundo clasificado en el denominado Grupo de Clasificación. Y empatado con el primero... y el tercero. Vamos, en otras palabras, que los de Pablo Pin, que ya han asegurado su presencia entre los cuatros que tendrán el factor cancha a favor en la primera eliminatoria, puede incluso acabar como líderes.

Como dijo el propio entrenador al término del partido ante el Valladolid, es todo un éxito lo que se ha hecho hasta ahora. Sin que sirva de precedente, hay que estar de acuerdo con el técnico.

Edu Gatell se cuelga del aro vallisoletano en el partido del pasado domingo.

De todos los colores

De los nueve partidos jugados de la segunda fase el Covirán ha ganado siete. No está nada mal cuando los rivales han sido los mejores del Grupo A de la primera fase. Han sido siete triunfos firmados con distintas tintas. Se han logrado victorias de forma apabullante, por los pelos, jugando bien y y jugando mal.

Faltaba otro tono y se logró ante el Valladolid: vencer un encuentro en el que la mayor parte del tiempo se remó a contracorriente. Esto supone que no se jugó bien durante mucho tiempo, pero hay que valorar sobremanera la capacidad del equipo granadino para no dejarse llevar y mantener la creencia en “¡este partido, lo vamos a ganar”!

A ver qué pasa

Lo dicho, la última jornada se va a vivir con intensidad porque puede pasar cualquier cosa. La victoria en Oviedo, una empresa harto complicada, no garantiza ni la primera ni la segunda plaza pero sí da opciones a ellas.

En los viejos tiempos se diría que la del próximo domingo será un una mañana de transistores... porque los demás también juegan.