El Covirán cae ante el Breogán y suma su tercera derrota consecutiva (83-88)

Coviran Granada-Breogán | Crónica

El equipo de Pablo Pin perdona desde la línea de tiros libres ante un rival demoledor desde la línea de tres puntos

Alejandro Bortolussi no estuvo muy acertado ante el Breogán
Alejandro Bortolussi no estuvo muy acertado ante el Breogán / Carlos Gil

Granada/El Covirán entra en balance negativo al sumar su tercera derrota consecutiva, esta vez frente al Breogán (83-88). El conjunto granadino no pudo con los gallegos, mucho más equilibrados en un encuentro caracterizado por la igualdad, pero en el que el cuadro de Pablo Pin perdonó en un detalle que en un enfrentamiento muy igualado fue determinante: se fallaron hasta diez tiros libres. Además, se encontraron enfrente con una escuadra demoledora desde más allá de la línea de 6,75, pues firmó una docena con casi un 55 por ciento de efectividad.

A todo ritmo

El encuentro comenzó a un ritmo trepidante, con los dos equipos prácticamente sin fallar sus ataques. Sólo mediado el primer acto, ya con la presencia de Josep Pérez en lugar de Corts, el choque se pausó un poco, que no mucho. Lo aprovechó mejor el Covirán, que con un 2+1 de David Iriarte puso en ventaja a los locales (16-10, 5’50’’).

Reaccionó rápidamente el conjunto lucense, que con un 0-5 volvió a ponerse a rebufo de los de Pin, que intentaban ofrecer un juego más coral en ataque, con Kapelan inspirado por momentos, pero con demasiados problemas en la retaguardia, sobre todo a la hora de parar a Ahonen, que con dos triples puso por delante a los visitantes (20-21), y al rumano Alex Olah, que hacía valer sus 213 centímetros en la ‘pintura’.

Guille Rubio intentó tirar del carro
Guille Rubio intentó tirar del carro / Carlos Gil

A la conclusión del primer acto la buena noticia estaba en la igualdad en los guarismos, mientras que la mala estuvo en los 28 puntos encajados por los nazaríes en diez minutos.

Los gallegos, por delante

Con 26-28 en el marcador comenzó el segundo cuarto. El Covirán dio la impronta de querer dar un paso en su presión y, con más atención atrás y acierto adelante, endosó de salida un parcial de 6-0. Pero cuatro minutos el Breogán había vuelto a empatar la contienda, primero, y a ponerse por delante, a trascartón (35-38, a 4’27’’ para el descanso), cuando metió velocidad a sus transiciones y a los movimientos de balón.

El ritmo se acrecentó de nuevo, con los gallegos más acertados desde más allá de la línea de 6,75. Varios errores en ataque, algún despiste en defensa made in Watson y un triple de Dago Peña obligó a Pin a parar el choque (39-45, 17’15’’). A la vuelta a pista el Covirán tuvo en la mano de Guille Rubio el empate, pero se tuvo que confirmar con llegar al descanso con tres puntos de desventaja: 47-50.

Reanudación

La reanudación no pudo ser mejor para los locales. Un alley oop de Watson y un triple de Carlos Corts pusieron por delante a los de Pin (52-50), pero los de Lugo siguieron viendo aro con facilidad desde la media y larga distancia y recuperaron el pulso poco después (54-58, 23’).

La concentración y la intensidad siguieron vigentes en los siguientes minutos en ambos contendientes, que volvieron a protagonizar momentos de alternancia en el marcador. El Covirán necesitaba paciencia ante un rival al que cuando se amagaba con poner tierra de por medio encontraba a uno de sus exteriores para hacer callar al graderío con una canasta con valor de tres puntos.

Los dos equipos metieron más presión atrás en los últimos minutos del tercer cuarto, pero siguieron a la par intercambiando canastas y errores. Eso sí, casi siempre, con el Breogán por delante con un escaso margen debido, sobre todo, a los no pocos errores de los locales desde la línea de personales. Precisamente, dos tiros libres firmados por Josep Pérez dejó al Covirán con un punto de ventaja a falta del cuarto decisivo: 66-65.

La hora de la verdad

Llegó el momento de la verdad. Los jugadores de los dos equipos eran conscientes de ello. Y el público, también. Todos metieron una marcha más. Cada ataque era una jugada a vida o muerte. Los empates se sucedieron hasta que mediado el acto una rigurosa antideportiva a Josep Pérez pudo cambiar el signo del choque. El Breogán no lo aprovechó y se entró en el tramo final del encuentro como si nada hubiera pasado.

Los lucenses dieron primero con un triple, otro más, de Christian Díaz, que obligó a Pin a parar el partido (76-80, a 3’36’’ para el final). A los granadinos les tocaba remar a contracorriente y con poco margen para el error, como un tiro libre fallado por Kapelan que impidió el empate. Luego, otro de Guille Rubio no puso al Covirán por delante. Souade no falló desde la línea de tres a falta de un minuto y tras el enésimo tiro libre marrado, Peña sentenció.

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