Covirán Granada-Palma | Crónica y resultado

Al Covirán Granada por fin le sale cara

  • El conjunto nazarí logra una gran victoria en un encuentro muy intenso que se decide en los últimos segundos

Diego Kapelan, uno de los destacados del Covirán.

Diego Kapelan, uno de los destacados del Covirán. / Álex Cámara (Granada)

El Covirán Granada necesitaba la victoria ante el Palma como agua de mayo. Sus jugadores pusieron todo lo que tienen y algo más para derrotar por sólo un punto (68-67) a uno de los equipos más fuertes de la categoría a pesar de estar atravesando un bache, el Palma.

Fue un encuentro de los que hacen afición: duro, intenso y muy emocionante. Aunque los granadinos fueron casi siempre por delante, el choque no se decidió hasta el bocinazo final.

Guille Rubio firmó un partido espectacular Guille Rubio firmó un partido espectacular

Guille Rubio firmó un partido espectacular / Álex Cámara (Granada)

Los dos equipos tuvieron sus opciones para ganar, pero esta vez, cuando a la hora de la verdad se tiró la moneda al aire, al Covirán le salió cara. ¡Por fin! El conjunto granadino no sólo jugó para ganar, sino que supo ganar.

Aunque fue un triunfo del colectivo, no puede pasar por alto la estratosférica actuación de Guille Rubio, que se vistió del líder que es y, no sólo firmó un partido completísimo, sino que tiró del carro cuando las muñecas se encogen.

Iniciativa local

Comenzaron los jugadores del Covirán con mucha intensidad defensiva, conscientes del poderío interior de los insulares con Stainbrook y Barac. Y en ataque, también salieron enchufados, con un Kapelan fiel a sus maneras de empezar viendo aro con facilidad. Mediado el acto de apertura, los locales doblaban en los guarismos a sus invitados (14-7). En ese momento, Pin movió el banco para que los suyos no bajaran el pistón.

El partido se endureció y el Palma lo aprovechó momentáneamente (14-12). Pero no fue suficiente ante la concentración de los de Pin en ambas pistas. Guille Rubio se fajó de lo lindo e hizo valer su experiencia para volver a estirar la ventaja, que se quedó en seis puntos tras unos primeros diez minutos en los que el Covirán transmitió buenas vibraciones: 22-16.

El siguiente acto comenzó con una velocidad excesiva, lo que no benefició el juego de retaguardia de los nazaríes, que además cometieron algún error en el tiro a pesar de tener buenas situaciones. Pin paró el choque para intentar enfriar los ánimos (26-22, 22’30’’).

A la vuelta a la pista los dos equipos se vieron en el trance de tener que trabajar más sus canastas. Además, el Covirán pasó por momentos en los que no controló el rebote. A pesar de los problemas, los locales no bajaron los brazos en ningún momento. Todo lo contrario.

David Iriarte sacó casta en la 'pintura' para obligar a Félix Alonso a parar la contienda (33-25, a 3’40’’ para el descanso). Mientras Kapelán puso al Covirán diez arriba y Biviá sostuvo a los suyos para que luego supieran aprovechar unos minutos de sequía local para ponerse a rebufo de los granadinos. Una canasta muy trabajada de Watson dejó la ventaja local en cinco puntos al descanso: 37-32.

Reanudación

Una salida fulgurante de los mallorquines les puso a un punto en medio minuto. Y para complicar un poco más el panorama, Iriarte en seguida vio la tercera personal. Kapelan miró el aro para evitar el sorpasso. Y todos volvieron a apretar atrás. Guille Rubio puso al Covirán siete arriba antes de cometer una antideportiva (44-37).

Pero el toma y daca siguió sin pausa. No había respiro en ninguna de las pistas con un Covirán dispuesto a no dar su brazo a torcer y un Palma incómodo pero consciente de la calidad de su plantilla y al que era imposible solidificar una ventaja. Por momentos se espesó el enfrentamiento con mucho desgaste para ambas escuadras.

Pin vivió el partido con mucha intensidad. Pin vivió el partido con mucha intensidad.

Pin vivió el partido con mucha intensidad. / Álex Cámara (Granada)

Los locales lamentaron varios balones escupidos por el aro y, además, mostraron problemas a la hora de cerrar el rebote. El Palma desaprovechó varios ataques para empatar y se quedó a dos puntos antes de afrontar un último cuarto que prometía emociones de todos los colores: 50-48.

Tensión

La presión se hizo notar cuando el balón volvió a coger protagonismo. Cada acción comenzó a valer su peso en oro. Tras un 4-0 local respondió Lindqvist con un triple, una acción que los de Pin echaban en falta. Y más de los mismo: tras dos tiros libres de Olmos tras pelearse con medio mundo en la zona, el Palma respondió con un 0-4 en la misma acción. El marcador se puso 56-55 y todavía quedaba un mundo. Casi siete minutos.

Era el momento en el que se pagan los errores. Una pérdida de Kapelan evitó que el Covirán intentara poner en cinco su ventaja y lo que se pasó es que se redujo sólo a uno (58-57, a 5’20’’). Un triple de Lindqvist puso al Palma por delante, algo que no sucedía desde la canasta inicial (58-60, a 4’25’’ para el final).

Los jugadores del Covirán, felices tras el triunfo Los jugadores del Covirán, felices tras el triunfo

Los jugadores del Covirán, felices tras el triunfo / Esteban Sierra (Granada)

Con el balón de un lado a otro, tras una eternidad sin anotar un triple, Kapekan lo hizo para poner otra vez por delante al Covirán (64-62, 37’35’’). Barac respondió de idéntica manera.

A falta de 45 segundos, Olumuyiwa puso la intranquilidad en el Palacio (66-67). Rubio, con dos tiros libres le pasó la responsabilidad a los insulares a falta de 25 segundos. Una gran defensa de todo el equipo dejó sin ideas a los visitantes. Así se selló un buen partido y una gran victoria.

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