Alicante-Covirán | LEB Oro

El Covirán Granada se hace respetar en Alicante (67-70)

  • El equipo de Pablo Pin inflige la primera derrota al todopoderoso Alicante y se encarama al liderato de su grupo

El Covirán ganó en la complicada cancha del Alicante.

El Covirán ganó en la complicada cancha del Alicante. / Javier Rubio (Alicante)

El Covirán Granada volvió a lo grande tras una semana sin liga con una sonora victoria en la cancha del hasta ayer intratable Alicante: 67-70. El encuentro prometía mucho antes de lanzarse el balón al aire, pues no en vano se veían las caras el primero y el segundo clasificados del Grupo B de la LEB Oro. Eso sí, ahora el líder es el cuadro granadino.

Fue un partido intenso, con alternativas pero en el que casi siempre estuvo por delante el conjunto granadino, que salió a la cancha sin cortarse un pelo para hacer ver a uno de los favoritos para el ascenso a la ACB que tiene en Granada un rival más que directo.

Con pocas ventajas, el primer tiempo tuvo color nazarí. Tras llegar al descanso con una ventaja interesante, el Covirán aguantó el temido tercer cuarto de los alicantinos, que a lo máximo que llegaron fue a empatar el partido. Ahí marcó el equipo de Pin una línea que tampoco dejó atravesar en un tenso último cuarto en el que la aparición de Fall fue decisiva para el triunfo.

Igualdad

El primer cuarto fue digno de los dos contendientes, que se alternaron en el marcador y se guardaron mutuo respeto. A las dos canastas iniciales de Fall respondió el cuadro local con un parcial de 9-0. Los de Pablo Pin reaccionaron con mayor atención en el rebote, más intensidad en la retaguardia y la aparición del acierto en los triples tras varios intentos marrados.

Dos tiros anotados de forma consecutiva por Lluís Costa y Thomas Bropleh pusieron a los visitantes al mando (9-12), que mantuvieron hasta el final unos vistosos diez primeros minutos: 17-20.

Pablo Pin imparte instrucciones en un tiempo muerto. Pablo Pin imparte instrucciones en un tiempo muerto.

Pablo Pin imparte instrucciones en un tiempo muerto. / Javier Rubio (Alicante)

Poco cambió el decorado en el siguiente acto. Los dos equipos mantuvieron su intensidad en la pista, aunque tras unas primeras acciones dubitativas, el Covirán comenzó a mostrar un juego más equilibrado en las dos pistas. Tras una antideportiva a Djuroski, el cuadro nazarí lo aprovechó para retomar su superioridad en los guarismos (23-25). En la siguiente acción, una buena defensa visitante provocó un fácil contraataque que culminó Lluís Costa.

Pedro Rivero tuvo que pedir tiempo muerto para parar la inercia que estaba cogiendo el choque, que se desarrollaba bajo un ritmo endiablado del que el Covirán sacaba mejor provecho. Un triple de Murphy elevó la ventaja hasta los siete puntos (28-35, a 3’24’’ para el descanso) que se mantuvo hasta que llegó el intermedio: 31-38.

Temida reanudación

Se temía el tercer cuarto del cuadro alicantino, que en sus partidos previos había dado razones para ello. A pesar de que el Covirán entró en la reanudación con un 0-4 (31-42) que dio pie a la esperanza, poco a poco se fue diluyendo. Los granadinos aguantaron varios minutos en los que ambos conjuntos intercambiaron canastas hasta que una técnica señalada al técnico local tuvo como consecuencia lo que quizá buscaba.

Los de Pin dejaron de ver el aro rival –estuvieron casi cuatro minutos sin anotar– mientras que Alicante comenzó a carburar para comprimir el marcador a su máxima expresión. Un triple de Llompart puso el empate en el electrónico (49-49), pero el Covirán no dejó que los anfitriones les sobrepasaran. Murphy devolvió con otra canasta desde más allá de la línea de 6,75 y Bropleh no falló dos tiros libres, pero otro triple de Gjuroski sobre la bocina amargó el buen hacer de los granadinos.

Los nazaríes aguantaron el habitual empuje local del tercer acto para sentenciar en el cuarto

Con una mínima ventaja nazarí comenzó el cuarto definitivo: 52-56. Iriarte dio primero, pero en la siguiente acción vio una antideportiva y, a trascartón, tuvo que abandonar la cancha al señalársele la quinta personal.

Emoción final

Con el marcador en un pañuelo (54-56), los contendientes parecieron contagiarse un grado más de tensión y ambos desaprovecharon varias jugadas de ataque que rompió Manu Rodríguez al culminar una valiente jugada de penetración. A falta de acierto ofensivo, los nazaríes tiraron de coraje en la defensa de su aro. Los minutos pasaban y el marcador apenas se movía.

Urtasun empató a 58 cuando quedaban tres minutos y medio. La victoria podía caer de cualquier lado y dependía del más mínimo detalle, como la técnica señalada al entrador local y la aparición de Fall en ataque.

El senegalés anotó cinco puntos seguidos y puso el partido de cara (60-64, a 1’51’’ para la conclusión). El Covirán jugó con cabeza y se llevó un triunfo que servirá para la segunda fase del campeonato, pues sin ninguna duda los dos equipos estarán en el grupo de la lucha por el título.

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