Delgeco GBC-Covirán Granada | Crónica y resultado

El Covirán tira por la borda una ventaja de 19 puntos ante el Delteco (70-66)

  • El conjunto de Pablo Pin se queda sin ideas tras el descanso al que llega 16 arriba

  • Los nazaríes suman su quinta derrota consecutiva

  • Debacle de los de Pablo Pin tras del descanso al que llega 16 puntos arriba

Manu Rodríguez jugó un buen primer tiempo pero luego se difuminó

Manu Rodríguez jugó un buen primer tiempo pero luego se difuminó / Photographers Sports (San Sebastián)

El Coviran Granada no consigue poner final a su tremenda irregularidad y cayó por 70-66 en la pista del Delteco GBC. El equipo de Pablo Pin sumó su quinta derrota de forma consecutiva en un encuentro en el que llegó a ganar por 19 puntos en el tramo final del segundo cuarto y por 16 en el intermedio (27-43).

Tras la reanudación, tanto el técnico del conjunto nazarí como sus jugadores no supieron lo que hacer y fueron avasallados por los guipuzcoanos, que supieron aprovechar la debacle de sus invitados, que ya no tuvieron ninguna capacidad de reacción para evitar lo que parecía ya inevitable mediado el tercer cuarto. Los de Marcelo Nicola terminaron la remontada a inicios del último acto y certificaron su triunfo ante un contrincante que una vez más no volvió a saber ganar.

El conjunto rojinegro comenzó mejor en una pista tan complicada como el José Antonio Gasca, donde en esta Liga sólo ha sido capaz de ganar el Mallorca. Pero no porque los donostiarras atacaran mal o con decisiones equivocadas en el inicio, sino que la clave estuvo en el acierto y los de Pablo Pin no fallaron.

La puesta en escena visitante fue un 0-5 con un primer triple de un Manu Rodríguez liberado en el centro tras una buena circulación. Pese al luminoso, la igualdad era grande y los anfitriones remontaron rápido: 6-5 y triple para Murphy, con un juego fluido y efectivo.

La tercera de Sergio Olmos

El primer gran contratiempo de los granadinos se produjo muy pronto, cuando apenas se habían consumido algo más de dos minutos. Fue el tiempo que tardó Sergio Olmos en marcharse al banquillo tras cometer la tercera falta cuando, además, estaba a punto de ser sustituido. Sin embargo el Covirán no se arrugó y entró con gusto en un vistoso intercambio de golpes, que se tradujo en un 8-12 tras un segundo triple de Manu Rodríguez.

Joan Pardina, vigilado por Mikel Uriz Joan Pardina, vigilado por Mikel Uriz

Joan Pardina, vigilado por Mikel Uriz / Photographers Sports (San Sebastián)

El duelo prosiguió bonito, peleado y con la efectividad de ambos intacta pese a unas primeras rotaciones en las que debutó el último fichaje local: Ryan Bruggeman. En todo caso, los de Pin mantuvieron el nivel muy alto, dominaron más y aunque la máxima visitante llegó al +6, el ex Granada Xabier Oroz evitó que fuera a más con un triple desde su casa. Al final, a la finalización del primer cuarto el marcador quedó en 17-22.

Una canasta de 'listo' a cargo de Guille Rubio tras un rebote ofensivo tras un tiro libre y el cuarto triple de Manu Rodríguez obligaron a Marcelo Nicola a parar el juego en menos de un minuto (17-27). Con el físico intacto, el Covirán no echaba de menos a Sergio Olmos porque el equipo ganaba la batalla en las pinturas y eso tensionaba a un quinteto guipuzcoano que también se precipitaba en ataque.

Todo esto se reflejó poco después en el electrónico con una nueva máxima ventaja para los visitantes con un 18-31 tras un gran aro pasado de Alo Marín.

Máxima ventaja

Fueron los mejores minutos visitantes, que poco después obligaron a Nicola a parar el partido (22-38). Los vascos sufrían bajo los aros, donde no controlaban el rebote (7 por 18 de su rival), y en materia ofensiva el desacierto era su signo de distinción, ya que ni siquiera podían encontrar consuelo en sus exteriores (2/11 en triples durante el primer tiempo por 4/8 de los de Pin).

Entonces un Guille Rubio sin mácula en su estadística anotó un triple para poner la máxima diferencia del choque en 19 puntos (22-41). En el Delteco saltaron todas las alarmas y de ahí a los vestuarios apenas recortaron tres puntos: 27-43.

Reanudación y debacle

En la reanudación, los dos equipos tardaron más de tres minutos en anotar. Sólo algunos rebotes ofensivos supusieron buenas noticias para los granadinos. Pero al final fue Mikel Motos quien inauguró el marcador en la segunda mitad y lo hizo un triple. Aunque Rubio respondió en el poste bajo, también mostró su cansancio, lo que indicaba a sus compañeros que todavía quedaba mucho trabajo por delante. Superado el ecuador del tercer cuarto la desventaja local estaba en menos de diez puntos (34-45).

"Tras anotar 43 puntos en el primer tiempo los rojinegros sólo firmaron 23 tras la reanudación"

Tras el lógico tiempo muerto, Pablo Pin dio descanso al pívot catalán y volvió a poner en pista a Olmos. El Covirán aguantó el tipo unos minutos hasta el que nuevamente Motos, desde más allá de la línea de 6,75 acercó aún más a los suyos (44-50, 29’).

Guille Rubio, el mejor del Covirán y del partido Guille Rubio, el mejor del Covirán y del partido

Guille Rubio, el mejor del Covirán y del partido / Photographers Sports (San Sebastián)

El conjunto nazarí atravesó uno de sus peores momentos en el encuentro y se fue al cuarto periodo con la moral tocada y sólo seis puntos de ventaja tras haber anotado sólo nueve en los terceros diez minutos (46-52).

Se confirma la remontada

El último y definitivo acto se inicio con un vuelo imposible de un Watson, que terminó estrellado en el suelo. Olaizola provocó dos personales que se tradujeron en cuatro tiros libres de los locales. Un triple firmado por Alex Murphy selló un parcial de 0-7 con el que el Delteco se puso por delante en el marcador cuando aún quedaban más de ocho minutos por jugarse (53-52).

Como no podía ser de otra manera, Pin paró el choque pero no pudo hacer los mismo con la inercia que había cogido el mismo. Tocado en la moral, los rojinegros apenas reaccionaron ante un rival que poco después incrementó su ventaja con un triple de Uriz (58-54). La canasta de David Iriarte fue la única en los primeros siete minutos del cuarto.

Con la pólvora mojada, el Covirán no supo aprovechar los errores de su rival y a falta de tres minutos aún estaba en el partido (59-56). Pero pese a que Guille Rubio tiró con todo, Olmos lo haría sin cabeza con una antideportiva que lo mandó con toda justicia a los vestuarios.

El desacierto del Covirán se produce también hasta cuando acierta: a falta de pocos segundos, con un apretado 67-65 Alo Marín y lanzó su segundo tiro libre a fallar y... lo metió. Ahí se acabó el partido y la crónica de una nueva derrota.

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