Covirán Granada-Coruña | Leb Oro

Cuando quiere y como quiere

  • El Covirán se rehace de su derrota en Huesca y de una floja puesta en escena con una soberana paliza a un Coruña que sólo aguantó 15 minutos en la pista

Josep Pérez, en plena dirección del Covirán

Josep Pérez, en plena dirección del Covirán / Carlos Gil

El Covirán supo sacar adelante un encuentro que tenía sus trampas, la principal meterse en un partido que sobre el papel era fácil ante un rival que navega hundido en la clasificación y que se presentó en Granada con bajas muy significativas. Además, el ambiente no colaboró con unas gradas con más vacíos que nunca ‘gracias’ a un día de juego y una hora que convirtió a los que acudieron al Palacio de Deportes en acreedores a la medalla al mérito.

Y costó. Concretamente 15 minutos. Hasta ese momento se mantuvo una igualdad que no se correspondía con la diferencia entre los dos conjuntos.

Devin Wright lucha por capturar un rebote Devin Wright lucha por capturar un rebote

Devin Wright lucha por capturar un rebote / Carlos Gil

Pero en ese instante el Covirán quiso y tocó zafarrancho de combate y, con un parcial de 16-0, rompió el partido antes del descanso. El segundo tiempo fue prácticamente un paseo militar para las huestes de Pin, que en ningún momento permitieron a sus invitados que se creyeran capaces de nada.

Así llegó la sexta victoria con la que el equipo granadino vuelve a poner de manifiesto un más que buen inicio de temporada en su debut en la LEB Oro.

Igualdad en los primeros compases

Con la presencia en el quinteto inicial de un Devin Wright necesitado de confianza comenzó un choque en el que el primer protagonista fue Manu Rodríguez, que inauguró los guarismos granadinos con dos triples consecutivos. En el cuadro coruñés, muy mermado por las lesiones, fue Araujo el primero en aparecer.

Los cinco minutos iniciales transcurrieron a velocidad de crucero, con los dos equipos alternando aciertos, errores y triples. Precisamente, un lanzamiento más allá de la línea de 6,75 de Bulic puso a los gallegos por delante por primera vez en el partido (10-11, 5’). Poco después, Pardina cometió la primera falta personal del encuentro, lo que da una idea del correcalles con el que comenzó la contienda.

Carlos de Cobos volvió a marcar el ritmo del equipo Carlos de Cobos volvió a marcar el ritmo del equipo

Carlos de Cobos volvió a marcar el ritmo del equipo / Fermín Rodríguez

El Covirán se había metido en el ritmo que menos le interesaba. Tanto es así que hubo momentos en el que la concentración se desvanecía a la hora de cerrar el rebote o de evitar pérdidas de balón. Los coruñeses, a lo suyo, acabaron el primer cuarto sólo un punto abajo: 20-19.

Cambia el decorado

Anecdótico fue el hecho de que el Coruña cometiera su primera personal cuando se llevaban jugados ¡once minutos! Mientras, el juego continuó sin que el Covirán fuera capaz de imponer su estilo en ninguna de las dos pistas.

Tras sucesivos empates, Pin intentó dar otro aire a los suyos con la entrada de Corts. No se produjo el cambio radical pero se habían puestos los cimientos. El Covirán intentó dar un paso adelante en defensa, pero sin resultado inmediato. Mediado el cuarto todo seguía como al principio (34-34).

Un parcial de 16-0 al final del segundo cuarto sentenció el encuentro para los locales

En ese momento Pin dio entrada a sus mejores hombres y bastaron tres buenas acciones en defensa y otras tantas en ataque, incluidos los triples de Corts y Bortolussi, para que los locales pusieran por primera vez una diferencia reseñable en el marcador (42-34, a 2’40’’ del descanso).

Embalados

Tras el tiempo muerto de Aranzana, el Covirán parecía que le había cogido el gusto a su juego y, con Guille Rubio colosal en las ‘pinturas’ y el resto acompañando al unísono, endosó un 6-0 con el que se aclaró un poco más el panorama (48-34).

Una antideportiva de Louissaint puso de manifiesto que se les había oscurecido el horizonte. Así se llegó a acumular un parcial de 16-0 en menos de cinco minutos se llegó al intermedio de un partido que parecía decantado para los dePablo Pin.

La reanudación

En la reanudación, con un marcador tan favorable el único enemigo del Covirán sólo podía ser él mismo. Sthepens, con un triple, rompió una sequía de los suyos de seis minutos. Pero el conjunto granadino volvió a la pista sin ninguna intención de que se le fuera al traste todo lo bueno realizado en el tramo final del segundo cuarto. Y lo demostró apretando en el juego defensivo, no siempre con acierto pero sí con intensidad. Los jugadores del conjunto gallego, acuciados por la necesidad, lo notaron. A sus lanzamientos en muchas ocasiones precipitados y tras una mala selección hubo que añadir la presencia de la presión ejercida por los locales.

Triples

El tercer cuarto, al igual que el primero, vio pasar sus minutos con una velocidad inusitada, más aún cuando los jugadores del Covirán equilibraron su juego ofensivo con el acierto en los lanzamientos de tres. Uno de Pardina puso a los locales por encima de los 20 puntos de ventaja (61-39, 25’20’’).

El segundo tiempo del partido fue un paseo para un Covirán que pasó por encima de la escuadra gallega

En el Covirán se había aprendido la lección del primer cuarto de hora y ya nobajó la guardia en ningún momento. Ocho puntos consecutivos de Bortolussi, incluidos dos triples consecutivos, elevaron aún más las diferencias para los granadinos a falta de disputarse un último cuarto que no iba a tener más historia que el transcurrir de sus minutos: 71-46.

Paseo militar

Los últimos diez minutos fueron para el deleite de los jugadores y de la afición que había acudido al Palacio. Eso sí, los minutos transcurrieron sin ninguna emoción porque hacía mucho tiempo que el partido había tocado a su fin. El cuadro local no tardó en superar los 30 puntos de diferencia y, aún así, siguió haciendo ‘sangre’ ante un contrincante que deambulaba por el parqué del Palacio de Deportes.

Al final, con una paliza a un Coruña deshecho, el Coviránpasó la página de la dolorosa derrota sufrida en Huesca el pasado viernes. Así da gusto.

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