Carlos Marsá no sabe cómo hacer frente al dinero que aparece en los contratos de sus futbolistas para liquidar la temporada. O al menos aún no se lo ha comunicado a los interesados, que ya están oficialmente de vacaciones. El plazo para denunciar impagos ante el sindicato de futbolistas (AFE) finaliza el 30 de este mes de junio y casi todos los jugadores tienen intención de hacerlo, pese a que el propio sindicato les ha sugerido que lo mejor para todos, incluido el propio club, es que intenten negociar con la entidad, renunciando a parte de sus emolumentos a cambio de la carta de libertad. La razón es que el fondo de garantías con el que el sindicato hace frente al pago a los jugadores a los que sus clubes no les pueden liquidar está en números rojos, sin apenas liquidez. Al menos eso es lo que le han dicho a los jugadores.

De producirse la avalancha de denuncias, Marsá tendría un mes, el de julio, para atender las reivindicaciones de los jugadores o, en su defecto, el club perdería la Segunda B y descendería a Tercera por impagos, como le ocurrió en su día al Granada CF. Esto significaría automáticamente la desaparición de la sociedad anónima, pues Marsá ya tiene un equipo en Tercera. En las oficinas de la Avenida de Pulianas, ese fantasma, el de la desaparición, lleva sobrevolando muchas semanas.

Juan Carlos Cordero ha mostrado su total disposición a colaborar en la operación salida, pero de momento está parado, pues por ahora no existe ninguna negociación abierta para finiquitar entre jugadores y clubes, pues Marsá no ha dicho si puede o no pagarles. Los futbolistas esperan la llamada de la entidad, y Cordero, igual, aguarda a que Marsá desvele sus intenciones y su capacidad o no de afrontar los compromisos.

Muchos jugadores se encuentran en una especie de callejón sin salida, pues casi todos tienen claro que piensan denunciar sus contratos si no se les ofrece una negociación o si esta no llega a buen puerto, pero desde AFE la recomendación es que intenten hacer un trato renunciando a todo o parte de lo que se les debe a cambio de quedar libres para firmar con otros clubes. En eso están los que tienen contrato en vigor y aquellos sobre los que, según lo firmado, tiene el club la capacidad de decisión tras haberse consumado el descenso. En ese caso están Cristian Díaz, Marco, Viator, Torrecilla, Fragoso o Paco Esteban. Más afortunados son Falcón, Jaime y Fagoaga, quienes pueden decidir su futuro por haber bajado, cláusula recogida expresamente en sus contratos. Otros, como José Juan, Assemoassa, Crespí, Francisco, Alberto, Elvis o Borja Criado, directamente han quedado libres, por lo que se supone que son los que menos temor tienen para formalizar las denuncias. El resto, tienen contrato.

Por el momento en la entidad no se ha recibido el interés firme por ningún jugador en calidad de traspasado. Si se confirma el casi seguro fichaje de Antonio Tapia por el Málaga, el cordobés podría 'tirar' de algún jugador como Luque, aunque tampoco se esperan grandes cantidades por traspasos. A los jugadores se les debe las tres últimas mensualidades de la campaña y parte de las fichas. Y eso son muchos miles de euros.