La Federación Española de Baloncesto (FEB) tiene por delante una difícil papeleta por resolver: encontrar la fórmula de dar por terminada la competición en la LEB Oro que cuente con el visto bueno de la mayoría de los clubes que militan en la segunda categoría nacional.
En la búsqueda de dar con la solución, al mediodía de este jueves se celebrará la que será tercera reunión telemática entre representantes de la FEB –el director general, Óscar Graefenhain; el secretario General, Gabriel Rodríguez; y la directora de Competiciones, Elisa Aguilar– y los máximos mandatarios de los 18 equipos que militan en la LEB Oro, entre ellos el presidente del Covirán Granada, Óscar Fernández-Arenas, que volverá a defender la postura del club de dar por finalizada la competición, además de solicitar una compensación económica a la Federación por los daños causador por la paralización de la liga.
El Covirán Granada defenderá su postura de dar por terminada la temporada para poder centrarse en preparar la 2020/21
En una primera toma de contacto el miércoles de la pasada semana, hubo consenso al considerar inviable la posibilidad de retomar la competición regular, paralizada desde principios de marzo debido a la crisis sanitaria provocada por el Covid-19. Para ello, se acordó que la temporada se debía cerrar sin descensos y sólo se contempló la posibilidad de celebrar una especie de Final Four a puerta cerrada entre los equipos que aspiran a subir a la ACB. También quedó abierta la posibilidad de incrementar el cupo de equipos para la campaña 2020/21 para dar cabida a los clubes que suban procedentes de la LEB Plata.
La FEB tiene una difícil papeleta entre manos
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Efe
El principal problema para cerrar la temporada está, por tanto, en la postura de los equipos que aspiran a jugar la próxima campaña en la máxima categoría, sobre todo Valladolid y Guipúzcoa. Con este ‘papelón’ encima de la mesa, el pasado lunes se celebró una segunda reunión en la que no se produjo ningún avance.
La ACB no contempla descensos
Más aún tras la decisión adoptada por la Asamblea de la ACB para concluir su temporada en la que, además de contemplar una resolución para determinar al campeón de la Liga –los doce primeros clasificados jugarán a puerta cerrada y en una sede un torneo con un formato semejante al de la Copa del Rey–, determinó que no iba a haber descensos, para gozo del Estudiantes y Fuenlabrada, equipos que en el momento de la paralización de la competición tenían más de un pie en la LEB Oro.
Por tanto, el principal punto del día en la reunión de este jueves está en el tema de los ascensos. En principio se parte de dos posturas irreconciliables como con las de la ACB, que en ningún caso parece dispuesta a aceptar que se incremente el número de equipos que jueguen en la máxima categoría, y el de la FEB, que quiere hacer valer el acuerdo existente entre ambas instituciones que determina los ascensos y descensos entre las dos competiciones.
De no llegar a un acuerdo, lo que más teme la FEB es que se judialice el asunto de los ascensos, algo que también debería preocupar a la ACB. La situación se presenta tan complicada que el Consejo Superior de Deportes (CSD) podría mediar entre ambas entidades al igual que ha hecho en el fútbol con LaLiga y la Federación Española.
La postura del Covirán al respecto se centra, sobre todo, en la necesidad de cerrar la presente temporada ante la imposibilidad deportiva y económica de concluir la competición regular. Además, desde el club nazarí se ha transmitido que su interés quiere centrarse cuanto antes en planificar la próxima temporada.
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