"¡Good-bye, South Africa!", "¡Alo, Brasil!"
El continente africano se despide de la cita mundialista, mientras el 'país del fútbol' ya vislumbra su éxito en 2014
Tras su primera incursión en el continente africano, el Mundial de fútbol regresará a su 'hogar': Brasil, el 'país del fútbol', que promete para 2014 una fiesta "impecable" e "inolvidable".
Que el fútbol en Brasil es una religión es un hecho visible en cada rincón del país, con 190 millones de hinchas, donde niños de todas las razas y de todas las clases sociales juegan a la pelota en cada tramo de playa, en cada esquina, en cada terreno vacío.
La pasión por el deporte es además la gran apuesta del gobierno y de los organizadores para sobrellevar los titánicos desafíos que contempla organizar la máxima cita del fútbol mundial en un país con dimensiones continentales y que recibirá partidos mundialistas en 12 sedes.
La distancia entre la sede más meridional, Curitiba, y Manaos, en la norteña Amazonía, supera 4.000 kilómetros. Por ello, la FIFA y el comité organizador ya estudian fórmulas para evitar desplazamientos largos de las selecciones, de los hinchas y de los reporteros.
"En las primeras fases del Mundial dividiremos Brasil en cuatro partes, para que los desplazamientos entre partidos no tarden más que una o dos horas", dijo el secretario general de la FIFA, Jerome Valcke.
Esa medida permitirá además evitar choques térmicos en los traslados entre una y otra ciudad. Con sus 8,5 millones de kilómetros cuadrados, Brasil suele tener simultáneamente las cuatro estaciones del año. Las temperaturas durante el invierno pueden oscilar de 30 grados Celsius hasta un mínimo de cuatro grados, en Curitiba.
Los cuatro años que faltan para el Mundial de Brasil serán previsiblemente tan tensos e inciertos como ha sido el periodo de preparación de Sudáfrica para la cita mundialista de este año.
Así como el actual anfitrión, Brasil es un país en desarrollo con graves carencias de infraestructura, muchas carreteras en estado precario y aeropuertos que están muy lejos de las condiciones ideales necesarias para recibir la 'invasión' de visitantes de otros países que conlleva la organización de la máxima cita del deporte más popular del planeta.
"Tenemos muy en claro la idea de que los tres grandes problemas son, en primer lugar, aeropuertos, en segundo, aeropuertos y en tercero, aeropuertos", enfatizó el presidente del comité organizador, Ricardo Teixeira, quien se enfrenta además a problemas por los retrasos en las obras de reforma y construcción de nuevos estadios de cara a la cita.
A cuatro años de la celebración del Mundial, persisten incluso las dudas sobre la realización de partidos en la mayor ciudad del país, Sao Paulo, cuya propuesta de realizar el partido inaugural y un choque de las semifinales en el estadio Morumbí fue rechazada por la FIFA y por el comité organizador.
Tras festejar el éxito de su iniciativa de llevar por primera vez el Mundial de fútbol a un país africano, el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, apenas tendrá tiempo para respirar. En septiembre viajará a Brasil para tratar de asegurar que, pese a las gigantescas dificultades existentes, el próximo Mundial sea "impecable" e "inolvidable", tal como prometió el presidente Luiz Inacio Lula da Silva.
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