Iago Aspas, en el estadio de su peor pesadilla y de su posible debut con España
No vistió nunca de rojiblanco, y si le preguntan seguramente conteste que una de las camisetas que nunca se pondrá será la del Granada. Pero Iago Aspas tiene una relación, en este caso de animadversión hacia el conjunto rojiblanco. Todo por la pesadilla que vivió en la fase de ascenso a Primera de 2011, cuando su Celta cayó eliminado por penaltis con los granadinos. Aquí donde siempre se motiva de más, puede vivir el momento más feliz de su carrera: su debut con la selección española.
Repescado a última hora por Lopetegui debido a la lesión de Diego Costa, Iago Aspas jugará como local en Los Cármenes. Hoy puede ser feliz en un lugar donde conoció la hiel de la derrota. La eliminatoria de ascenso a Primera contra el Granada le dejó secuelas. Nunca escondió que le dolía ver al conjunto rojiblanco en Primera. En el partido de ida de aquella fase de ascenso propinó una patada innecesaria a Roberto Fernández en una acción del juego, que hinchó el ojo del arquero granadinista. El club no tardó en usar la imagen del Gato de Chantada para caldear el ambiente de la vuelta, donde había que remontar un 1-0, lo que al final se logró, y encima con el de Moaña expulsado, lo que le impidió lanzar en la tanda de penaltis.
Desde entonces, Aspas siempre se ha vengado del Granada, ya sea cuando estaba en el Celta o en el Sevilla. Y los datos hablan. Tiene al Granada como el rival al que más veces se ha enfrentado (10 partidos) y al que más goles le ha marcado (7). Desde entonces, sólo ha perdido una vez contra los rojiblancos y le ha ganado cinco veces seguidas, dejando de marcar sólo en la ida de la eliminatoria copera de la 2014-15.
Esta vez le jaleará un público al que siempre le ha gustado ganarle. Si juega, será la culminación de la venganza de Aspas.
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