María Jesús Dávila toca la gloria
La joven regatista granadina y la onubense Marta Garrido se proclaman campeonas del mundo en la clase 420 La pareja andaluza ha sido la gran sorpresa del Mundial de Japón
Una granadina tocó ayer el cielo con las dos manos. Con solo 23 años, María Jesús Dávila fue capaz de alcanzar la gloria, de sumar el máximo éxito que todo deportista sueña con lograr al menos una vez en la vida. La regatista, nacida y criada en la capital, se proclamó en Japón campeona del mundo de vela en la clase 420. Lo hizo formando pareja con la onubense Marta Garrido, de 19 años y con la supervisión del técnico también andaluz Nacho Zalvide.
El dúo formado por ambas ha sido la gran revelación del Mundial de esta disciplina que se ha disputado desde el pasado fin de semana hasta ayer mismo en las costas de Karatsu, ciudad nipona que ya estará ligada para siempre a la historia del deporte granadino.
Dávila reside y practica la vela en Málaga, como miembro del Club El Candado, mientras que su compañera pertenece al Club Marítimo de Punta Umbría. La granadina se proclamó en 2014 en Murcia campeona de España de 420 junto a la canaria Sonia Araña, lo que le permitió participar en el Mundial disputado el pasado año en Alemania, donde no tuvo tanta éxito como ahora. Garrido venía de conseguir el cetro nacional de este año hace unos meses en el Nacional disputado en Cádiz, en este caso formando pareja con Ana Lobo.
Con estos precedentes, las dos regatistas acudían a la cita más importante del año con la esperanza de hacer un buen papel, pero ni en sus pensamientos más optimistas vislumbraban la idea de pelear por las medallas. Su juventud, poca experiencia y escasas regatas formando equipo contrastaba con la veteranía y mayor bagaje en campeonatos de este tipo y juntas de muchas de las sesenta parejas participantes en este Campeonato del Mundo de 420.
Sin embargo, un buen inicio, la templanza para mantener los nervios al verse arriba y, sobre todo, la tremenda calidad y capacidad para la competición de las dos jovencísimas deportistas han sido suficientes para romper moldes, destrozar pronósticos y lograr una gesta épica e inolvidable.
Con la humildad, el trabajo y el esfuerzo por bandera, la granadina y la onubense comenzaron la lucha dando un mazazo sobre la mesa. En las seis primeras regatas de las que doce que componían el campeonato, lograron cuatro terceros puestos y dos segundos, exhibiendo una regularidad espectacular y dejando claras sus intenciones al resto de rivales.
La clave de la victoria estuvo en la séptima y octava regata, cuando enlazaron dos triunfos consecutivos y aprovecharon, de paso, que sus principales perseguidoras en la clasificación general no estuvieron finas y firmaron malas actuaciones.
Esto provocó que a falta de las cuatro últimas pruebas las granadinas aventajaran en quince puntos a sus principales perseguidoras, por lo que les bastó para firmar dos décimos puestos, un undécimo, eliminado por ser la peor marca de las doce, y una sexta plaza más que suficiente en la regata final.
El dúo hispano se alzó con el triunfo en la general final con 44 puntos, por los 67 de las francesas Charlotte Yven y Marine Riou, mientras que fueron terceras las japonesas Misaki Tanaka y Sena Takano con 68,2 puntos. Ninguna de las otras dos parejas españolas presentes en la cita logró acabar entre las quince mejores.
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