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Muchas ganas, pero poco de Messi

  • Torje sale de titular por primera vez de titular tras marcar dos goles con su selección, pero deja mucho que desear en su debut en el once · Algunas pérdidas del rumano desencadenan un murmullo en la grada

Se especuló a lo largo de toda la semana pasada sobre la posibilidad de que Torje entrara en la alineación titular. Su buen hacer con su selección, con la que marcó dos goles ante los 'temibles' combinados de Estonia y Andorra, finalmente le sirvió para hacerse con un hueco en el once. El jugador rumano, a diferencia de Cristiano, llegó "contento'' a Granada según sus propias palabras, y Anquela optó por sacarlo de inicio. Pero, en los 95 minutos que el de Timisoara estuvo sobre el terreno de juego, ofreció muy pocos argumentos para consolidarse en la banda derecha. Torje puso arrojo en sus acciones y quiso convencer a la afición granadinista, lo malo es que en el fútbol no vale sólo con el corazón, sino que las piernas tienen que acompañar.

El 1,67 de estatura no ayuda a que Torje sea muy visible sobre el césped. Eso, y que durante los primeros minutos del partido sus intervenciones se limitaron a despejar el peligro o a dar pases atrás le hicieron pasar desapercibido para el público. Gabriel Torje se presentó en sociedad en el 13', cuando presionó con tesón un balón atrás y obligó a Aranzubia a enviarlo a saque de banda, lo que desencadenó una ovación para el rumano.

Ni mucho menos los aplausos para Torje iban a ser la tónica de la tarde. Dos pases con poco criterio en el 14' y el 25' provocaron algunos pitos tímidos en la grada. Claro que Torje tenía dos inconvenientes para salir por la puerta grande. El primero era el calor, por el que se acercó varias veces a pedir agua al banquillo. El segundo 'problema' fue Nyom. El lateral francés estuvo estelar en la primera parte y Torje se tuvo que apartar viniéndose al centro para dejarle el carril libre al jugador galo. Al final de la primera parte mejoró su relación con la grada debido a varias acciones buenas consecutivas: provocó la amarilla de Evaldo (42'), una buena recuperación con ovación incluida (43') y dispara su primer remate, que atrapó sin problemas Aranzubia (45').

El acelerón de Torje en el último tramo de la primera parte y el refresco para mitigar el calor en el vestuario hicieron que saliera enchufado en el segundo tiempo. A los pocos segundos de comenzar tuvo su ocasión más clara, al rematar un centro raso por encima de la portería de Aranzubia. Esta acción se vio refrendada por algún que otro centro o un buen taconazo que dejó a Nyom solo (48'). El juego se volcó por el ala derecha y tuvo más participación. Aunque, si en la primera mitad fue Nyom el que lo eclipsó, en la segunda sería el debutante Brahimi.

El mediocentro francés polarizó las jugadas rojiblancas y Torje se volvió a apagar. Orellana quiso brindarle el minuto de gloria al de Timisoara y le metió un pase al hueco (20'), pero éste se cortocircuitó, y ni tiró ni la pasó. Un minuto después, provocó por segunda vez una tarjeta amarilla: Aythami se durmió, Torje le robó la cartera, y el defensa le lanzó una patada. A partir de entonces, empeoró su trato con la afición, ya que tras varias perdidas del rumano se escuchó un murmullo. Al final, ni tirando las faltas ni los saques de esquina arregló las cosas.

Por ahora, a Torje le viene grande el traje de Messi. La semana que viene cuando se cruce con el argentino, tal vez, le venga bien observar su juego e intentar imitarlo para que la comparación sea real y no una simple parodia.

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