Se ha montado un despacho en su casa para ‘teletrabajar’ y vive preocupado por los suyos, como todos los españoles. El presidente de la Fundación CB Granada, Óscar Fernández-Arenas, asume el confinamiento como algo necesario para que la "pesadilla" provocada por el coronavirus pase cuanto antes.
Según dice, en las actuales circunstancias el baloncesto queda en un segundo plano, aunque tiene claro que es más que improbable que la competición en la LEB Oro vuelva a reanudarse. Y confía ciegamente en el proyecto que dirige a pesar de los efectos negativos que producirá la crisis sanitaria.
¿Cómo está la familia de la Fundación CB Granada?
Encerrada, como tiene que ser y preocupados por la situación que atravesamos. Lo responsable por parte de todos es estar encerrados. Y, como les he dicho a los entrenadores de cantera, recargando pilas para que cuando acabe esto salir con toda el hambre del mundo.
La actividad del club estará bajo mínimos, ¿a qué se reduce?
Prácticamente a los movimientos que hace la directiva para arreglar toda la documentación necesaria. Sé que los jugadores están trabajando con el preparador físico y que el cuerpo técnico mantiene reuniones a través del ordenador. Todos están trabajando, como los entrenadores de cantera, que mandan vídeos a los niños para tenerlos entretenidos dentro de las circunstancias, lo que hace que sea complicado, pero más o menos es lo que hace la Fundación para tirar hacia adelante.

Fernández-Arenas apunta al Palacio de Deportes
Respecto al primer equipo, ¿cómo se lleva la incertidumbre sobre el futuro más inmediato?
Hace dos o tres semanas, mal. A día de hoy tenemos cada vez más claro que será complicado volver a jugar. Por un lado, sería un sinsentido jugar sin público y, además, no tenemos instalación para jugar porque ahora el Palacio se destina a algo que es primordial como acoger a gente sin hogar. Nosotros creemos que no se va a volver a jugar esta temporada.
La postura del club es la suspensión de la temporada.
Sí. Además entendemos que en el plano económico continuar sería hacerlo de forma desvirtuada. Nosotros tenemos un presupuesto para la liga regular y otro para el play off, pero no para que la temporada se alargue un mes más sin contar con los play off.
¿La Federación Española destila alguna postura?
Hace una semana su intención era jugar. Creo que es la posición de todas las competiciones deportivas en las que hay una clasificación de por medio e intereses deportivos lo primero es jugar y que todo se solucione en el campo. También es verdad que estamos en una situación realmente excepcional y que el baloncesto tiene que quedar en una esquina porque lo primero y fundamental es la salud y luego lo económico. Luego debería venir lo deportivo. Creo que para la Federación hace unos días lo importante era jugar pero entonces no se sabía lo que está aconteciendo ahora mismo con tantas muertes, por lo que creo que lo de jugar se queda ahora en un segundo plano.
Por lo tanto, en la LEB Oro no es factible alargar las fechas tal como se plantea en el fútbol.
Yo creo que tal como está estructurada nuestra competición es imposible por varios motivos. Uno es que muchos equipos no tienen instalaciones para jugar porque la gran mayoría están ocupadas o lo estarán para dar cobertura a la lucha contra el coronavirus porque desde el Gobierno se ha pedido una lista de instalaciones en las que se pueda aislar a personas. Económicamente es inviable jugar hasta agosto. Y por último, la competición bajaría su nivel y no sería lo mismo porque, para empezar, ningún equipo sabe a ciencia cierta si podría contar con sus extranjeros porque casi todos se han ido de España para estar con sus familias, como es nuestro caso, en el que les dimos permiso con la condición de que si se volvía a jugar retornasen, pero ahora sabemos que es prácticamente imposible, no sólo en nuestro caso, sino en el de todos los equipos. Además, habría que ver si querrían volver.
¿Cuál cree que sería la solución más justa para resolver la competición en el caso de que la FEB suspendiera definitivamente la temporada? Porque una decisión habrá que tomar.
Todo el mundo piensa que la Federación tendría que decir algo, pero la solución es complicada de narices. La decisión más fácil sería optar por como si la temporada no se hubiera disputado porque en otras en las que haya ascensos y descensos, sobre todo con la ACB de por medio, va a producir muchos dolores de cabeza y, además, habrá abogados. Algún club ya lo han dejado caer. Creo que la Federación está esperando a que la decisión venga de instancias superiores.
Si fuera el juez que decidiera al respecto, ¿cuál sería su sentencia?
Cancelación.
La suspensión le vendría bien al Covirán en el plano estrictamente deportivo.
Ciertamente en lo deportivo estábamos peleando por no descender. Si lo miráramos con lupa, si se cancelara la liga y la situación se quedara como está ahora esto no sería malo para nosotros. No obstante, creo que nuestra dinámica era buena para haber peleado por estar un pelín más arriba, aunque no para meternos en play off porque era absurdo pensar en otra cosa que no fuera salvarnos. Pero, lo peor que tiene esto no es lo nuestro, lo que habría pasado o dejado de pasar, sino la situación humana y sanitaria que ahora es tan dramática.
Siempre ha confiado en el equipo. Si no hubiera pasada nada estaba convencido de que el equipo se iba a salvar.
Sí. Creo que ni el año pasado eramos tan buenos ni éste tan malos. A veces es cuestión de dinámicas. Tuvimos un mal arranque con partidos que perdimos por dos puntos o menos. Pienso que ahora hay que intentar aprender de los errores y cuando salgamos de esta situación tan dramática volver con las pilas cargadas para que este proyecto nuestro siga hacia arriba. Eso sí, haciendo muchas reflexiones de lo que ha pasado este año.

El presidente del Covirán, en su despacho ante del confinamiento
¿Y qué es lo que ha pasado este año?
Pienso que el año pasado vivíamos en una nube porque ganábamos los partidos igualados. Estuvimos en una dinámica tan positiva que todo parecía maravilloso y a veces ganábamos partidos casi sin querer. Este año perdimos ante Huesca u Oviedo, encuentros que teníamos que haberlos ganado, así como el de Orense, donde fuimos arriba por 17 puntos. Esto te hace ver que las dinámicas son muy importantes. Además, también hemos tenido mala suerte con las lesiones porque apenas hemos tenido a la vez a todos los jugadores al cien por cien. Todo esto nos ha condicionado mucho.
En el aspecto económico, el parón ya de por sí es un perjuicio, ¿sería mayor si se suspende o sería un alivio?
Lo mismo lo uno que lo otro. No hay mucha diferencia. Tampoco lo hemos valorado profundamente, sobre todo por el tema de patrocinadores, aunque muchos de ellos nos han dicho que podemos seguir contando con ellos. Pero ahora no es el momento porque muchas empresas están con problemas y no podemos ser tan egoístas en pensar en lo que va a pasar con nosotros. Cuando se tranquilice la situación haremos un análisis más profundo.
¿Cómo puede afectar todo esto en el futuro?
Yo soy muy positivo y tiro para adelante. Esto lo sacamos adelante a pico y pala. Llevamos con un proyecto que tuvo un comienzo muy duro y ahora sufrimos una pandemia que nos va a dejar a todos tiritando en todos los aspectos. Creo que tenemos una masa social, empresarial, una gente que tiene mucha hambre de futuro. Mi primer objetivo será que los 700 niños vuelvan a practicar baloncesto cuanto antes y luego el proyecto del baloncesto que había en el Palacio de Deportes tenemos que sacarlo adelante. Económicamente esto nos va afectar a todos, a unos más que a otros, pero nosotros creo que estamos capacitados para que nuestro proyecto siga para adelante.
¿Cómo lleva el presidente el confinamiento?
Lo llevo complicado porque oyes las cifras y esto es una pesadilla. Yo antes bajaba al perro tres veces y ahora, sólo dos. Me preocupa mucho mi familia. Todo esto es bastante complicado y parece que estamos empezando a salir, lo que te hace mirar la vida de otra manera. Estar encerrado o no me da igual y, aunque echo de menos el Palacio de Deportes y el balón de baloncesto, lo que llevo fatal es lo mal que lo tienen que estar pasando algunas familias y conozco algún caso cercano al que no le han dejado acompañar al familiar al cementerio. Esto es muy duro, tanto que intento poner la televisión lo menos posible.
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