Sam Hidalgo, el granadino del VI Naciones
Se llama Samuel Hidalgo-Clyne y el origen de su primer apellido destaca entre tantos 'Macs'. Estos días su nombre está sonando, y mucho, por las Highlands. En Escocia, su seleccionador nacional de rugby, Vern Cotter, andaba como loco buscando un plan B para la dirección del XV del Cardo en el próximo Seis Naciones. La lesión de uno de los medio melé fijos del equipo Chris Cusiter durante la ventana de partidos internacionales de noviembre le abrió la puerta a Sam. Sin llegar a jugar, Cotter ya le había echado el ojo. Ahora, tras tener continuidad en su equipo, Edinburgh Rugby, le ha llegado la recompensa: jugar el torneo de las Seis Naciones.
Pero volviendo a su genealogía, Sam es de aquí. Nacido el 4 de agosto de 1993 a los pies de la Alhambra, su padre es granadino y su madre escocesa. Vivió hasta la edad de tres años en Granada. Con ese tiempo, sus progenitores se divorciaron y regresó a Escocia con su madre. Un desencuentro amoroso que cambió su vida. En las tierras altas descubrió el rugby y enseguida se enganchó a él. Y de qué manera. Vivir del deporte ovalado no es fácil ni siquiera en las Home Nations. Incluso, sobre su origen habló en una entrevista concedida en 2013 al rotativo escocés Edinburgh Evening News. "El rugby no es algo natural para mí porque nací en Granada", dijo aludiendo a que este deporte en España no es predilecto. Tan separado está de sus orígenes que quienes le conocen afirman que su español es tan limitado como el de cualquier escocés.
Sam Hidalgo-Clyne, el granadino del VI Naciones, está siendo la sensación de los últimos meses del scottish rugby. En su evolución muchos ven el camino que debe seguir la cantera escocesa, que cada vez saca a relucir nuevos talentos y que cada vez tira más de nacionalizados. Esta temporada se ha consolidado y su camino hacia el XV del Cardo ha sido tan fulgurante que los medios le buscan para entrevistarle y hacerle reportajes. Sam Hidalgo-Clyne tan sólo lleva jugados 18 partidos, 13 de titular, como profesional con el Edinburgh, una de las dos franquicias escocesas de la RaboDirectPro12, la antiguamente llamada Liga Celta. Su versatilidad en el juego, adquirida como jugador de rugby a 7, su formación, ya que pasó un año en Nueva Zelanda, y su seguridad en el pateo a palos (dio la victoria a su club contra Connacht este mismo mes de esa forma) le han valido para tener el privilegio de cantar el Flor de Escocia en Murrayfield. Los rugberos de Granada le acompañarán desde el Hannigan's o el Paddy's.
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