Sonrisa y lágrimas

Tras hacer oficial su adiós a la alta competición, María José Rienda recibe un cariñoso homenaje de sus familiares, amigos, preparadores y patrocinadores cargado de muchas emociones y no pocos recuerdos

Sonrisa y lágrimas
Sonrisa y lágrimas
Pablo Quílez / Sierra Nevada

15 de abril 2011 - 07:56

Si Julie Andrews dejó la impronta de su voz en los Alpes austriacos, la sonrisa de María José Rienda ha calado en las montañas de todo el mundo, en general, y en Sierra Nevada, en particular.

Ayer, la estación granadina, su estación, le devolvió la milésima parte de lo que ella le ha dado en un acto, un homenaje que se llenó con la sonrisa de la esquiadora española más universal y las lágrimas de todos: las de su familia, sus entrenadores, sus amigos, sus admiradores... Y las de ella, que parecieron adelantar el deshielo que se avecina.

El acto, que reunió a mucha gente que quiso acompañar a Rienda y que fue presentado por el periodista Juan Prieto, comenzó con la proyección de unas imágenes que recordaron la larga trayectoria de la esquiadora, desde su primer paso hasta prácticamente el que dio ayer. Ambos en Sierra Nevada. A su conclusión, la ovación fue atronadora. Pero no la que más. Luego habría otras, mejores y más largas.

La primera en hablar fue su hermana Raquel, que recordó lo mucho que ha vivido junto a su María José, esos primeros años de esquí... Aunque dijo que todos los éxitos de su hermana los vivió como si fueran suyos, quiso dejar claro que "todo lo que ella ha conseguido lo ha hecho sola porque ha sido y es muy grande". El abrazo de las dos 'Riendas' fue para enmarcar. Sus sonrisas y el mar de lágrimas, también.

Los primeros monitores que tuvo María José tampoco faltaron a la cita. Manolo Castro, Pablo Ruiz y Paco Benavente no tuvieron ningún reparo en 'ponerse' una medalla, la de adivinar el futuro: "Sabíamos que iba a llegar a donde lo ha hecho. Estábamos seguros. Ha sido duro, pero iba a llegar y llegó". También recalcaron que María José "era muy responsable desde pequeña y de mayor ha sido muy querida por todos".

Tampoco se olvidaron de la esquiadora los comerciantes de Sierra Nevada, que la consideran con toda justicia como "la mejor embajadora de nuestra estación".

Y de deportista a deportista le habló Carolina Ruiz. "Has sido mi compañera y mi vecina de toda la vida", dijo la también granadina, que añadió: "Cuando era pequeña María José era mi referencia como esquiadora, compañera y amiga". Cuando a Ruiz se le entrecortó la voz, el sentido abrazo de ambas llenó toda la sala.

Los periodistas deportivos, con los que la homenajeada ha vivido tantos momentos, los buenos y los menos buenos, también hicieron acto de presencia. Sobre todo para agradecer su colaboración y destacar como gracias a ella se ha podido transmitir y reflejar grandes momentos de un deporte que sin sus éxitos no hubiera sido posible.

La directora de Cetursa, María José López, transmitió a su tocaya que el rey de España le había hecho llegar un telegrama en el que le daba la enhorabuena por toda su carrera.

Por último tomó la palabra María José Rienda, que no hizo más que agradecer todo lo que había recibido de tanta gente. Cuando manifestó que "es un orgullo ser de aquí", la ovación que recibió debió llegar hasta La Coruña. Fueron varios minutos de aplausos que volvieron a llenar de lágrimas las mejillas de la granadina, unas lágrimas que no ocultaron su eterna sonrisa.

stats