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El alpinista impaciente, en Granada

  • A sus 80 años, el mítico Chris Bonington, que visita estos días la capital, anuncia que pretende seguir escalando hasta los 90 "Sierra Nevada es una cita pendiente que no quiero dejar pasar"

El Everest, el pico más alto del planeta con 8.848 metros. El techo del mundo. El sueño inalcanzable de cientos de escaladores. Ese Everest, es casi una rutina para el emblemático alpinista británico Chris Bonington, quien a sus 80 años, puede decir alto, claro y con orgullo que ha encabezado diecinueve expediciones al Himalaya, incluyendo cuatro al citado pico. Ahí no queda la cosa, pues Bonington, que estos días está de visita por la capital -donde ha presentado la conferencia-proyección Mi vida de escalada- asegura que pretende seguir ascendiendo paredes de piedra hasta los 90.

Al igual que en la alta montaña, Bonington no pierde la sonrisa en los apenas 600 metros de altitud a los que está el Centro de Exposiciones CajaGranada de Puerta Real. Allí está la muestra temporal Volando a ras de nieve, que alberga instrumentos, tablas y e imágenes de los cien años de esquí en Sierra Nevada. Macizo que está conociendo el británico estos días de la mano de José Manuel Anglada, mayor pionero de la escalada en España, y el alpinista murciano Miguel Ángel García Gallego.

Al hablar del macizo granadino, Bonington -que, entre otras muchas distinciones, cuenta con el honor de haber recibido la Orden del Imperio Británico- saca a relucir su mejor versión. "Sierra Nevada es una cita pendiente que tengo, y que no quiero dejar pasar", afirma. Eso sí, el legendario alpinista mantiene los pies en el suelo, nunca mejor dicho. Por eso, y pese a haber escalado el Everest, cuenta que "existen otras muchas montañas de la vida bastante más complicadas, y para las que hay que estar preparado física y mentalmente".

La Neurona Motora, enfermedad que causó el fallecimiento de su esposa Wendy tras 52 años de matrimonio, es una de ellas. Por eso celebró su último cumpleaños ascendiendo nuevamente por la vertical de la Aguja del Old Man of Hoy, en su Reino Unido natal, que él mismo escaló por primera vez en la historia en 1966. Y es que Bonington cumple años en la montaña, literalmente. Será por eso que no hay quien lo retire de los arneses, los mosquetones y las fijaciones.

La afección que acabó con la vida de su mujer es uno de los móviles de su lucha incansable junto a la montaña. También uno de las causas de que haya visitado Granada. Su intención, seguir difundiendo la existencia de esta patología tan poco conocida, y apoyar a la Fundación de Ayuda e Investigación sobre la Enfermedad de la Neurona Motora.

La conferencia-proyección Mi vida de escalada, presentada en el Teatro CajaGranada, repasa algunas de las hazañas y proezas más destacadas de este escalador que ya ha recogido en una veintena de libros publicados y traducidos a las principales lenguas. Entre sus mayores hitos figura la primera ascensión del lado sur del Annapurna (8.091 metros), en el Himalaya, la primera cara técnicamente difícil abierta sobre un ocho mil histórico. Su coronación en 1970 supuso la apertura de una nueva era en el alpinismo mundial.

Cinco años más tarde, en 1975, Bonington encumbró por primera vez en la historia, y tras varios intentos internacionales, la cara suroeste del Everest, la más difícil de cuantas posee. Aún con 80 años, este alpinista impaciente todavía se encuentra con fuerzas para alcanzar el cielo: como ya hizo en los años ochenta, su número mágico, cuando como miembro de la Expedición Noruega plantó por primera vez sus pies en la cumbre del Everest.

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