La etapa reina de la Vuelta Ciclista a España se correrá en Granada y será un auténtico espectáculo. Y un infierno. Tres subidas en los últimos kilómetros. El Purche una vez y Hazallanas no una, sino dos veces seguidas. En total, cerca de 5.000 metros de desnivel. La gran ronda española concluirá su decimoquinta etapa de la edición de 2024 en el centro de la capital después de salir desde Motril, por lo que discurrirá al completo en suelo granadino.

Así se ha desvelado esta tarde en Madrid durante la presentación del recorrido de la Vuelta del año que viene, que ha fijado el 25 de agosto un etapón de los que hará afición. Los ciclistas, además, llegarán a esta etapa tras disputar otra en Jaén entre Úbeda y Cazorla, donde se pretende incluir algún tramo de sterrato sobre los que se disputa la Clásica de la provincia vecina. La cinta se cortará en Lisboa el 17 de agosto, marcando la segunda vez que inicia desde Portugal, y concluirá nuevamente en Madrid el 8 de septiembre.

El nivel de altura en cada paso por la provincia

El recorrido de la novena etapa de la Vuelta es una constante subida rematada al final con una triple ascensión encadenada, sin un kilómetro de llano, para acabar culminando cerca de 5.000 metros de desnivel, entre las más duras de la historia de la Vuelta a España. Así, la salida se producirá desde Motril y el pelotón enfilará de entrada una ascensión pequeña hacia el túnel de la Gorgoracha. Desde ahí descenderán por la famosa carretera de Los Caracolillos, lugar habitual de paso de La Vuelta en los primeros años y que además formó parte del primer recorrido de la ronda española por Granada en su historia. Una vez en Vélez de Benaudalla, los ciclistas emprenderán camino a Órgiva por la carretera A-346 bordeando la presa de Rules en un continuo recorrido rompepiernas pero tendiendo siempre al ascenso.

Una vez en Órgiva el pelotón marchará hacia Lanjarón. Pasada la población cañonera, el pelotón tendrá unos kilómetros de descanso hasta llegar al barranco de Tablate y la confluencia con la A-44. A partir de ahí la carretera vuelve a picar hacia arriba a través de la antigua carretera nacional N-323 pasando por Béznar, Lecrín, Talará y coronar en Nigüelas. Se sigue en llano pasando por Dúrcal, Padul, Suspiro del Moro, cruce de Otura, Alhendín, y llanos de Armilla, una carretera bien conocida por los cicloturistas granadinos.

Una vez se llegue a la Base Aérea de Armilla, el pelotón enfilará las calles para desembocar en la Ronda Sur, y de ahí llegar a Monachil donde empezará la verdadera batalla, y con el cuerpo ya castigado por el esfuerzo. Primero se subirá El Purche, con sus 9 kilómetros al 7,5% de desnivel y pendientes medias máximas que superan el 10% en cuatro kilómetros. El caracoleo antes del parking de Los Cahorros y la última rampa de la cantera del Purche harán la primera selección.

Desde ahí, descenso vertiginoso por la carretera de la Sierra y el desvío por la antigua A-4026 para llegar a Pinos Genil, donde los ciclistas tendrán que frenar del golpe nada más cruzar el Genil, girar a la derecha y empezar a subir a Güéjar Sierra y encadenar esa subida con la exigente Hazallanas, con sus últimos 7,2 kilómetros al 9,6% de pendiente media y tramos superiores al 20%. Un muro. Pero es que el infierno no acaba ahí, y nada más coronar los corredores bajarán hasta Pinos Genil para nuevamente iniciar una segunda escalada a Hazallanas.

Por si quedara poca emoción, queda el descenso, vertiginoso hasta Granada capital, donde está situada la meta. Esta aún no está claro dónde quedará situada. Hay dos opciones. La primera la que quiere la organización de Unipublic, que es frente a la Fuente de las Batallas donde ya han acabado algunas etapas de la Vuelta como por ejemplo la última que acabó en la capital previa subida al Purche, y que quedó en el recuerdo por el ataque de Alexandre Vinokourov en el descenso para arrebatarle la carrera a Alejandro Valverde. La otra es en el Palacio de Congresos, pero esos detalles pulirán a última hora.