Breogán-Covirán Granada | Crónica

El Covirán reacciona tarde ante el Breogán

  • El conjunto de Pablo Pin cosecha su primera derrota de la segunda fase tras caer ante un rival muy superior sobre todo a nivel físico

  • La mala primera mitad condicionó el duelo para los rojinegros

Alex Murphy trata de ganar línea de fondo ante Mindaugas Kacinas.

Alex Murphy trata de ganar línea de fondo ante Mindaugas Kacinas. / Fundación CB Granada

Solamente por el eterno desplazamiento que tuvo que hacer hasta Lugo en autobús el Covirán Granada merecía un mayor premio. Pero enfrente, los de Pablo Pin se encontraron con un Breogán que demostró por qué es el equipo favorito para ascender a la ACB. Los granadinos pagaron su mala primera mitad para cosechar la primera derrota de la segunda fase (85-78) en un duelo en el que la superioridad física de los gallegos fue determinante.

Se sabía que el Breogán llegaba con el mejor balance de victorias y derrotas a la segunda fase. Y lo dejó claro. Vaya que si lo dejó. Desde el inicio se pudo comprobar que los de Diego Epifanio eran muy superiores al conjunto de Pablo Pin, que quiso sorprender a su rival con la entrada en el quinteto inicial de Bamba Fall. Sin embargo, el senegalés no pudo evitar que los gallegos mandaran en el marcador desde el primer minuto a excepción del 2-3 fruto de un triple de Thomas Bropleh.

Larsen dominador

Los rojinegros fueron inferiores en todo momento. La mejor defensa de los lucenses dejó al Covirán en cinco puntos prácticamente en el ecuador del primer acto mientras que en ataque, su fluidez no tuvo nada que ver con la de los nazaríes. Muy pronto, a los cinco minutos de partido, Pin tuvo que tiempo muerto porque el 14-5 era demasiada renta para tan pocos minutos de juego. Kevin Larsen comenzó a mandar en la zona y, bien apoyado por Sollazzo en el exterior, llegaron a doblar en el marcador a un equipo muy desacertado en pista delantera. Se logró recortar un punto la renta al término de los diez primeros minutos (20-11) pero las sensaciones no eran buenas. Los números no mentían y el 28-2 de valoración entre ambos conjuntos dejaba bien a las claras la superioridad del Breogán, que tuvo un 70% en tiros de dos capturando, además, seis rebotes más.

La defensa lucense se le atragantó en el primer acto a los rojinegros

Pero si mal fue el primer acto, el inicio del segundo fue aún peor. Un parcial de 9-0, con Seydou Aboubacar como protagonista, provocó que fueran 18 los puntos en contra, lo que hizo que desde el banquillo granadino se volviera a parar el choque. El técnico del Covirán le pidió a sus jugadores hacer “cosas con sentido” y que se olvidarán del marcador, además de más agresividad. Y pareció funcionar la reprimenda pues Christian Díaz, Bortolussi y Bropleh le endosaron un 0-7 a los gallegos que los metió en el partido. Se recuperó la alegría en ataque pero una jugada táctica del técnico local volvió a dejar las cosas en su sitio. El entrenador de Breogán ordenó jugar con tres hombres grandes (Seydou Aboubacar, Iván Cruz y Kevin Larsen), que ninguno bajaba del 2,07 y su decisión hizo mucho daño pues dominaron la zona y anotaron con mucha facilidad. Así, volvieron a obtener una renta de 18 puntos (38-20). Incluso alcanzaron los 20, pero llegó la reacción con un parcial de 1-8 que permitió llegar al descanso 13 puntos abajo (41-28).

Christian Díaz volvió a la que fue su casa la pasada temporada. Christian Díaz volvió a la que fue su casa la pasada temporada.

Christian Díaz volvió a la que fue su casa la pasada temporada. / Fundación CB Granada

No se sabrá qué les dijo Pin a su equipo pero en el arranque del segundo tiempo el Covirán pareció otro. Mucho más agresivo en defensa y con las ideas claras en cancha contraria, Christian Díaz e Iriarte bajaron la barrera de los diez puntos, llegando a perder tan sólo de cinco. Para lo que se había visto hasta entonces era una gran noticia. Pero los hermanos Quintela no estaban dispuestos a que la victoria peligrara para los locales y asumieron la responsabilidad para su equipo de cara al aro.

Otra cara

Pese a ello, el Covirán era otro equipo, mucho más solidario en defensa y suelto en ataque. Los triples logrados en el cuarto no fueron suficientes porque Larsen se echó al Breogán a su espalda. El danés, con un físico imponente, fue el dominador de la pintura...hasta que entró en cancha Fall. Los locales bajaron su nivel físico porque mantenerlo, sobre todo defensivamente, era muy complicado. La calidad y visión de Christian Díaz comenzó a aparecer y tras dos 2+1 del pívot senegalés se llegó a estar a cuatro puntos aunque una falta sobre Erik Quintela dejó la diferencia en seis (58-52).

Bamba Fall volvió a jugar una vez recuperado de su lesión de tobillo

El choque había cambiado y había partido. Y los de Pin lo demostraron en los diez minutos decisivos. Dos triples obra de Manu Rodríguez y Thomas Bropleh, que anotó tres en el último cuarto, mantuvieron a los rojinegros con ciertas opciones de lograr el triunfo. En el duelo entre el de Denver y Sollazzo saltaban chispas, tantas que al italiano le pitaron una técnica por encararse al escolta norteamericano. La lucha psicológica también era importante. Pero entrar en bonus a cuatro minutos del final no fue el mejor escenario.

Reacción tardía

Breogán no pasaba por su mejor momento pero cuando los nazaríes se acercaban en el electrónico, la diferencia casi nunca bajó de los cinco puntos. Si no aparecía Cruz lo hacía Larsen. De hecho, un rebote ofensivo del center tras un lanzamiento de él mismo terminó siendo clave para dejar encarrilado el choque. Quintela finiquitó el envite con un 2-1 tras cometer falta un desacertado Murphy que maquilló su mal partido con un triple en el último minuto. El average en esta fase también es importante, por lo que no cabía dejarse llevar. De ahí que ninguno de los técnicos quisieron que sus jugadores se relajaran y, con el encuentro decidido, pidieran varios tiempos muertos. La victoria ya estaba en el banquillo de un Breogán que fue justo vencedor. Pero al menos se dio la cara aunque sólo fuera en la segunda parte. Y eso, en esta fase de la temporada no es suficiente.

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