Ciclismo

Una experiencia religiosa e inolvidable

  • Catorce jóvenes del Colegio Santo Tomás de Villanueva Agustinos Recoletos recorrieron el Camino de Santiago en bicicleta en un lapso de cinco días

Alumnos y profesores posan frente a la Catedral.

Alumnos y profesores posan frente a la Catedral. / Granada Hoy

Fueron 5 días, en jornadas de 6 a 7 horas sin parar, eso sin contar el trajín de las dos jornadas de viaje para arribar a tierras gallegas, ¿el objetivo?, llegar a la Catedral de Santiago, pero más allá de esa meta se esconde un trasfondo importante detrás del recorrido de la tradicional peregrinación. Así lo iban a descubrir los 14 jóvenes que realizaron la travesía en bicicleta. “Bicigrinos nos llaman”, menciona José Antonio Campos, “hacemos un esfuerzo físico más importante que un peregrino en condiciones normales, los niños deben llevar la bici encima en ocasiones, eso hace todo mucho más complejo que al hacerlo andando y provoca que la actividad tenga mayor sentido desde el punto de vista religioso y espiritual.  

Hace más de una semana que la expedición del Colegio Santo Tomás de Villanueva Agustinos Recoletos salió con rumbo a Puebla de Sanabria, lugar en donde empezarían su viaje con destino a Santiago a través de una ruta diseñada por José María del Moral, Manolo Saiz y José Ángel Ruiz, pero sin olvidar el gran trabajo tras bambalinas de Margarita García. Es el tercer año que profesores y alumnos del colegio se embarcan en esta experiencia. “Ha sido muy bonita y enriquecedora” afirma Juan José Pimentel. “No es lo mismo hacer una excursión que realizar un peregrinaje, son dos cosas con connotaciones diferentes, espirituales, de sacrificio. Nuestro objetivo claramente es que los niños se acojan a esa actividad espiritual que conlleva el peregrinaje” menciona José María del Moral. 

El grupo en el Monasterio de Oseria El grupo en el Monasterio de Oseria

El grupo en el Monasterio de Oseria / G. H.

Valores

Otro de los grandes valores añadidos durante esta aventura es la de la parte solidaria, la idea es que los alumnos se apoyen entre sí, como dice Campos “al final parece una carrera, pero no lo es”. La meta es que todos lleguen juntos. David Taboada es un joven ex alumno que ha participado en las tres ediciones de esta excursión, su gran pasión le ha valido para obtener la Cruz de Santiago, distinción que se le entrega a las personas que realizan el Camino de Santiago tres veces. 

David nos ha contado su experiencia de lo que representa para él haber sido un apoyo importante para los nuevos integrantes. “El propio colegio me ha inculcado a ayudar a los demás desde muy chico. Sé que el camino es duro y posiblemente hay muchos que no quisieran repetir de no recibir una pequeña ayuda para finalizar el viaje. Si los arropas desde el primer minuto la cosa cambia. A mi me llena mucho esta experiencia, no es por hacer kilómetros sino por lo que me llevo de todas las personas”. 

Alumnos del colegio durante la travesía en bicicleta. Alumnos del colegio durante la travesía en bicicleta.

Alumnos del colegio durante la travesía en bicicleta. / Granada Hoy

Ilusión

Casos como los de David hacen que esta actividad tenga un mayor sentido ya que no solo refuerza la fe espiritual, sino que crea vínculos entre los participantes. Así lo reafirma otro de los integrantes de la comitiva, Emilio Pérez, “he terminado el camino con la misma ilusión con el que comencé, si me pagaran el viaje el próximo año, lo volvería a hacer sin pensarlo”. No ha sido fácil el recorrido, sobre todo por la carga emocional y física que los alumnos y profesores tenían que enfrentar día a día, “la experiencia sin duda cambia vidas, a los críos les da otra visión, se dan cuenta que no todo es colegio, comer y deporte, comienzan a entender que hay esfuerzos que dan satisfacciones” apostilla del Moral. 

“Volvemos a lo más básico del ser humano, esa es la clave de todo esto. Cubrimos un recorrido de muchas horas haciendo un esfuerzo físico, ahí te vas planteando muchas cuestiones, a raíz de ello los niños se encuentran con una situación que tienen que resolver por ellos mismos, algo que hoy en día se ha perdido en la sociedad porque todo es fácil y sencillo”. menciona Manolo Saiz.

Carga cultural

Durante la travesía los alumnos pudieron conocer muchos sitios importantes, después de todo esta actividad tiene una carga cultural muy basta y el camino está plagado de monumentos históricos. Uno de los momentos más bonitos y profundos sucedió durante el tercer día cuando visitaron el monasterio de Oseira. Los monjes cistercienses recibieron a los integrantes del colegio y los acogieron de gran forma. 

Una imagen de la expedición Una imagen de la expedición

Una imagen de la expedición / G. H.

Pablo Arenas, ‘Sigfri’ como le dicen los amigos, ha vivido su primera experiencia, el joven principiante cuenta que ha sido complicado, “los primeros dos días me quería morir, pero luego vas cogiendo el ritmo y te vas adaptando, he aprendido a montar mejor en bicicleta, me encantó y volvería a repetir”. 

El esfuerzo de 5 días no se compara con la gran satisfacción de haber logrado llegar a la plaza de Obreiro. A los pies de la catedral de Santiago, los alumnos y profesores pudieron finalizar una travesía que les ha cambiado la vida para siempre.

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