El colista se carga a Cano

A Óscar Cano no se le pasó por la cabeza que iba a ser destituido como entrenador del Granada CF cuando el árbitro decretó el final de un mal partido de su equipo. Los aficionados expresaron su malestar con pitos durante y al término del choque, pero nadie imaginaba que en ese momento se estaba cociendo su punto y final como técnico rojiblanco. Tuvo que ser el colista el que acabara con su puesto, un conjunto que no conocía la victoria hasta ayer y que pasó por encima de los locales. La directiva, con su presidente a la cabeza, decidió actuar de inmediato y la consecuencia de la mala imagen mostrada ante el Écija fue 'cortarle' la cabeza al técnico, con la intención de acallar así las críticas que ya se empezaron a escuchar con fuerza en las gradas.

Después de lo que sucedió al final, queda en un segundo plano lo que ocurrió en el encuentro. El Écija se hizo acreedor a llevarse los tres puntos por los argumentos que expuso sobre el terreno de juego. Cano asistió desde el banquillo a uno de los peores encuentros de su equipo, al menos durante la primera parte, en la que los rojiblancos no dieron una a derechas. Algo mejoraron tras el descanso, pero mínimamente y de esa forma se provocó la primera derrota en casa y la decisión de cesarlo en sus funciones, tomada nada más concluir el duelo después de una reunión de urgencia llevada a cabo en el palco.

Los vicios de los primeros partidos se repitieron y el equipo no encotró su identidad. Dio la sensación que era una vuelta atrás y que se estaba desandando lo avanzado en el partido frente al Puertollano. No hubo ideas, desde el centro del campo no se dio una y ni apareció Ocaña ni tampoco Sierra, los dos jugadores con mayor capacidad creativa en esa parcela. De esa forma era muy difícil sorprender al contrario, que aprovechó esas carencias para obtener fruto, pese a que no lo pudo saborear hasta casi el pitido final. Ese gol de Robert hizo justicia a lo que se había visto sobre el terreno de juego.

Fue un mal día y un retroceso en los progresos que se habían observado, pero no se pensaba que las consecuencias iban a ser tan drásticas. Y más cuando dos días antes el presidente había mostrado públicamente su total confianza en el entrenador y su cuerpo técnico. Pero eso es lo que se decía de cara a la galería, porque después de lo visto parece deducirse que su trabajo estaba cuestionado desde principio de temporada.

No hubo sorpresas en la última alineación que decidió Cano. Félix Campo recuperó la titularidad tras haber superado una rotura fibrilar, que se produjo en el partido disputado en Ceuta. La defensa fue la misma que empleó en Lucena, y la única variante de medio campo para arriba fue la inclusión de Jesús Sierra en detrimento de Fonseca. Ocaña repitió, aunque en esta ocasión jugó por la derecha.

No le salió nada al Granada CF durante la primera parte. Preocupante fue que no lanzara entre los tres palos y que no le creara ningún tipo de trabajo al guardameta Luque. Sólo un cabezazo de Altuna, que ni siquiera vio portería. Un escaso bagaje para optar a algo importante. Y no sólo estuvo mal en el aspecto ofensivo. A la hora de defender hubo muchos nervios, cadena de imprecisiones y pérdidas de balón sin sentido. Enfrente hubo un oponente que se situó muy bien y que no creo que vuelva a ocupar la posición de colista otra vez. Sin ser el de la pasada temporada, es un equipo con capacidad para estar más cerca de arriba que de la zona baja.

Las mejores ocasiones fueron para el combinado sevillano. Royo dispuso de una gran oportunidad al principio tras un error de la defensa y en el descuento del descanso la posibilidad de marcar fue para Manolín. Con esa imagen los seguidores rojiblancos despidieron al equipo con una fuerte pitada para mostrar su clara desaprobación con lo que estaban viendo.

Algo más entonado estuvo el equipo en la segunda parte, al menos desde la salida de Israel, quien le otorgó al juego más velocidad, pero sólo duró unos diez minutos. El Granada CF tuvo más el balón, aunque los errores fueron casi los mismos. Cano decidió sentar a un desacertado Ocaña y después a Sierra. La última baza se la jugó con la salida al campo de Fonseca, ya a la desesperada. Se le anuló un gol a Altuna (65') por fuera de juego, después se reclamó una mano de Pedro dentro del área. Eso fue lo único que aportó el equipo en ataque. Otro tanto se le anuló a Óscar Rodríguez (86'), que parecía legal. Pero la puntilla llegó en el descuento. Una falta sacada por Robert dio en Óscar Martínez y la trayectoria batió a Félix Campo. La etapa de Óscar Cano en el Granada CF ha llegado a su fin.