Covirán Granada-Casademont Zaragoza | Crónica y resultado

Luke Maye mantiene vivo al Covirán Granada que se la jugará en Sevilla ante el Real Betis

La plantilla celebra el triunfo con la afición.

La plantilla celebra el triunfo con la afición. / Antonio L. Juárez / PHOTOGRAPHERSSPORTS (Granada)

El Covirán Granada rompió su mala racha de resultados tras vencer al Casademont Zaragoza y sigue dependiendo de sí mismo para seguir un año más en la ACB. Los granadinos, tras un mal primer cuarto, reaccionaron a base de defensa y terminaron imponiéndose por 71-68 antes de afrontar la final del próximo sábado en Sevilla.

El conjunto de Pablo Pin saltó al parqué del Palacio de Deportes sabiendo que su principal rival en la lucha por la permanencia, el Real Betis, había ganado al Bàsquet Girona por 79-90 tras ir casi todo el duelo perdiendo. La duda era cómo iban afrontar los rojinegros el choque una vez conocido el resultado de los hispalenses. Las caras de directiva, cuerpo técnico y jugadores en la presentación del equipo reflejaban la responsabilidad por la necesidad de ganar. Y eso se notó en el arranque del encuentro, en el que los rojinegros no empezaron como debían ante lo mucho que se jugaban.

Mal inicio

Pin mantuvo en el roster a Joe Thomasson y Luke Maye, dejando a Cristiano Felicio sin convocar al igual que Ramón Vilà. Salió con Pere Tomàs de inicio, que fue el que en los cinco primeros minutos más lo intentó asumiendo una responsabilidad que quizá no le corresponde pero, ante la desidia de sus compañeros, al menos no le quemó el balón en las manos. Fue el que primero anotó con un tiro libre antes de que Borisa Simanic comenzara a calentar la muñeca desde más allá de 6,75 con dos triples para darle las primeras ventajas a su equipo.

Tras un parcial de 2-11 (3-13), Pin se vio obligado a parar el encuentro y, al menos, tratar de levantar el ánimo de un equipo que no salió a la cancha con la actitud y la intensidad necesaria para lo mucho que había en juego. La diferencia entre ambos contendientes era evidente. Los maños sabían qué hacer en cada momento y movieron el balón con fluidez, todo lo contrario que los locales, que hicieron la guerra por su cuenta.

Desde el banquillo se trató con una zona reducir el acierto de los de Porfirio Fisac pero no dio resultado. A base de triples, el Casademont fue aumentando su renta aprovechando en el primer cuarto el 0 de 8 en triples de su rival. Llegaron a estar 18 puntos por delante y todo, ante un Palacio de Deportes que no esperaba que sus jugadores rindieran así dada la trascendencia del choque.

Desidia

Y es que se podrá estar más o menos acertado en ataque, pero al menos la afición le pidió al equipo agresividad en defensa. Al término de los primeros diez minutos el electrónico lo decía todo. Un 14-30 preocupante marcado por el excelente porcentaje en tiros de campo de los visitante, con 83% en tiros de dos y un 71% de tres. Era evidente que para meterse en el partido había que ‘bajar el culo’, apretar los dientes y ponerse a defender.

Jacobo Diaz trata de superar la defensa de un rival. Jacobo Diaz trata de superar la defensa de un rival.

Jacobo Diaz trata de superar la defensa de un rival. / Antonio L. Juárez / PHOTOGRAPHERSSPORTS (Granada)

Y así fue. En los cinco primeros minutos del segundo cuarto el parcial anotador entre ambos conjuntos fue un pírrico 4-2. No se aprovechó el mal momento de los aragoneses pues en cancha delantera el acierto siguió siendo muy escaso. Al menos se bajó de la decena de puntos abajo gracias un momento de inspiración de Thomas Bropleh, que volvió a gastar muchos lanzamientos, y Lluís Costa. Un mate tras contraataque de Ndoye hizo que Fisac pidiera tiempo muerto para frenar el atisbo de reacción de los locales (29-38) a 1:54 del descanso. Y es que su equipo tan sólo anotó 8 puntos cuando terminó el primer periodo con 30.

La reacción

Con el público mucho más metido y más ganas en defensa, el Covirán se metió de lleno en el partido. Zaragoza bajó de manera escandalosa su acierto, de un 83% pasó a un 33% en tiros de dos, no anotando ni un sólo triple de los seis intentados, además de fallar cinco tiros libres. Era demasiada ventaja para desaprovecharla y, al fin, lo lograron los rojinegros. Con un parcial de 10-1 y dos últimas canastas de Lluís Costa y Michael Caicedo, se acercaron a cuatro puntos para irse a los vestuarios cuatro abajo (35-39) pero con mucho mejor ánimo de cara a una segunda mitad que se presentaba apasionante. Y eso que el 1 de 16 en triples de los locales dolía y mucho. En la Liga Endesa si no se tiene una media de unos ocho o diez triples no es fácil ganar.

Segunda mitad

Arrancó la segunda mitad con una canasta desde la botella de Ndoye y un lanzamiento de media distancia de Bropleh que acercó a dos a los locales. Había partido. Pero el Casademont, con Wright acertado en la dirección, se volvió a ir de nueve. Sin embargo, un parcial de 5-0, con triple de Renfroe y bandeja de Bropleh, hizo al técnico maño pedir tiempo con 44-48 en el marcador. Ndoye se hizo grande en la zona, intimidando y, ¡oh sorpresa! capturando rebotes. Un triple de Maye acercó de nuevo a dos y terminó por levantar definitivamente al Palacio de Deportes. Era el momento de tener pausa pues se había hecho lo más difícil aunque Renfroe, pese a su experiencia, no supo leer ese momento. A base de penetraciones, con el base americano y Christian Díaz como protagonistas, se acortó la renta llegándose al final del tercer periodo cuatro abajo (52-56). Tocaba sufrir.

Por delante

El inicio de los últimos diez minutos trajo un triple desde la esquina de Joe Thomasson que dejó a tan sólo un punto a los rojinegros. Hasta en dos ocasiones tuvieron posesión para ponerse por primera vez por delante. Y a la tercera fue la vencida tras recuperar en defensa con un triple de Maye (58-56) que Hlinason igualó con un mate. Restaban siete minutos y medio y la emoción estaba servida. El Zaragoza no parecía el mismo del primer cuarto y eso fue aprovechado por el Covirán, que llegó a estar cuatro arriba gracias a un nuevo lanzamiento desde más allá de 6,75 de Luke Maye.

La dinámica del choque había cambiado pero los de Pin no lograron obtener una renta más tranquilizadora, entrándose en los últimos cinco minutos empatados y todo por decidir. Pero los triples comenzaron a entrar. Y es que el quinteto de bajitos con Bropleh de ‘4’ y Maye de ‘5’, dos bases y Thomasson de ‘3’ propiciaba jugar muy abiertos.

La fiesta

Con cinco arriba, la máxima diferencia (67-62) tras anotar Maye bajo el aro, se entró en los últimos dos minutos. Maye llevó la media docena de ventaja pero Iván Cruz, con un triple, dejó la renta en tres. Pero el ex de Manresa estaba onfire, con 16 puntos en el último cuarto, y le dio el triunfo a su equipo pese a que los maños pudieron empatar con un triple que no anotaron. Fue el momento de soltar toda esa ansiedad acumulada, romper la racha de siete derrotas seguidas y seguir confiando en la permanencia. Para ello, habrá que ganar en Sevilla al Real Betis sí o sí. De lo contrario, se dirá adiós a la Liga Endesa. ¡ A por el Betis oe! cantó la grada del Palacio. Es el partido. Uno más, como pidió Lluís Costa con la bocina final.

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