Con dos victorias más en el zurrón en apenas cuatro días, el Covirán Granada regresa este sábado al Palacio de los Deportes para tratar de completar una semana fantástica que le acerque a la disputa del sueño del play off por la Liga ACB. Con numerosas bajas y con cansancio, los de Pablo Pin reciben a un Carramimbre CB Valladolid que en la primera vuelta ya fue capaz de doblegar a los nazaríes, pero que se encuentra en una mala dinámica que le mantiene fuera de los puestos de honor.
Ausencias
Los rojinegros mantienen las bajas de Alo Marín, Alejandro Bortolussi y Sergio Olmos, quienes de forma segura no estarán sobre el parqué, pero desde el banquillo no tienen confirmada tampoco la participación de Josep Pérez. Y es que el base valenciano no ha superado totalmente el esguince de tobillo que le alejó de poder disputar el choque en Lleida, pudo jugar muy mermado algunos minutos frente a Huesca, pero causó baja el pasado martes frente a Coruña lejos de Granada.
Precisamente la última victoria en tierras gallegas ha espoleado aún más a una plantilla tocada en lo físico, pero no en lo anímico. Porque los rojinegros, pese a ser los más novatos de la categoría, están a una única victoria de la segunda plaza de la clasificación, números que ostentan conjuntos con un mayor presupuesto y un objetivo claro de ascenso a la máxima categoría como Bilbao Basket.
Segunda unidad
Pin tendrá que volver a tirar del fondo de armario después de los buenos resultados obtenidos durante los últimos siete días con jugadores como Carlos Corts –MVP de la jornada de LEB Oro el pasado fin de semana–, Manu Rodríguez o Devin Wright.
Muy físicos
La principal arma que presenta el rival es su poderío físico, marcado por la presencia de hasta cinco jugadores foráneos. En la primera vuelta fue algo que ya tuvieron que sufrir los granadinos en Pisuerga, lo que les costó el encuentro. Pese a todo, su jugador más importante de cara a anotación es Álex Reyes, quien con 24 años parece haber encontrado su mejor temporada en la segunda competición nacional. Óscar Alvarado dirige a un equipo que tiene en la pintura la fortaleza de Seydou Aboubacar.
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