Covirán Granada-Cáceres CB | Leb Oro

Con viento de cola

  • El Covirán Granada suma su noveno triunfo y se asegura finalizar la primera vuelta con saldo positivo en la clasificación tras un encuentro muy espeso que solventa con trabajo y oficio

Sergio Olmos pugna con dos jugadores del Cáceres CB

Sergio Olmos pugna con dos jugadores del Cáceres CB / Álex Cámara (Granada)

La nave del Covirán Granada comenzó 2019 con vientos favorables y ya tiene la novena victoria en su buchaca.

Por tanto, se ha asegurado, a falta de un partido –la próxima jornada visita al Palencia– acabar la primera vuelta de la competición liguera con saldo positivo en sus guarismos. En otras palabras, el conjunto granadino esta a punto de cruzar con nota el ecuador de la competición, tanto que si sigue en la dinámica en la que está instalado no tardará en dejar de mirar a sus espaldas para enfocar el punto de mira hacia arriba.

Manu Rodríguez también aportó en el triunfo local Manu Rodríguez también aportó en el triunfo local

Manu Rodríguez también aportó en el triunfo local / Álex Cámara

No obstante, el Covirán tuvo que sudar tinta china para doblegar a un Cáceres que lo puso muy complicado y que durante buena parte del choque supo nadar mejor en la espesura en la que transcurrió casi toda la contienda.

Los locales fueron a remolque hasta mediado el tercer cuarto y no supieron cerrar el marcador cuando mejor lo tuvieron en los primeros compases del último acto. Pero eso sí, con el mono de trabajo firmaron un triunfo que costó mucho más de lo previsto.

Mala puesta en escena

El partido no comenzó bien parar los locales, poco intensos y empeñados, en tirar desde más allá de la línea de 6,75, sin acierto. Por el contrario, lo extremeños salieron con un Víctor Serrano inconmensurable en el poste bajo, lo que permitió a los suyos equilibrar su ataque con Rakocevic para coger una ventaja de siete puntos cuando ni siquiera se había llegado a la mitad del primer cuarto (4-11).

Una canasta de Serrano tras el enésimo triple marrado por los nazaríes obligó a Pin a solicitar tiempo muerto ante la falta de consistencia en el juego de los suyos (4-13, 5’48’’). Además, dio entrada a Alo Marín y Bortolussi (instantes después salieron Carlos Corts y Devin Wright) para intentar dar un giro a la contienda, más aún cuando Rakocevic firmó un 3+1 para poner el marcador en un preocupante 4-17 (7,30’’).

Un triple (¡por fin!) de Corts, cortó una sequía preocupante de cinco minutos en el bando local, que una vez superada la caraja inicial y de la mano de los hombres de banquillo redujeron la desventaja a siete puntos: 13-20.

Los locales lanzaron una decena de triples en los primeros diez minutos, en los que sólo anotaron dos

En el siguiente acto Pin mantuvo su confianza en los que acabaron el anterior. No cambió el decorado de salida porque la poca eficacia de la defensa local permitió un intercambio de canastas que favoreció a los extremeños, que dominaban casi todas las facetas del juego, incluido el rebote en el que el Covirán debería mostrar más superioridad (24-32, a 5’52’’ para el descanso).

Cuatro puntos consecutivos de Corrales debajo del aro nazarí hicieron que Pin volviera a parar el partido (24-34). Con los ‘titulares’ en pista, un parcial de 6-0 volvió a acercar a los granadinos a su rival gracias en parte a que el Cáceres se puso en bonus (30-34, a 3’05’’ para el descanso).

El Covirán desaprovechó varios ataques para igualar la contienda y tuvo que conformarse con llegar al descanso sólo tres puntos abajo: 34-37.

Otro aire

Una canasta de Guille Rubio fue la puesta en escena de un Covirán que volvió a la cancha dando la impresión de querer apretar más en defensa. Pero faltó mejores vibraciones en la pista delantera, donde los errores se sucedieron.

Los visitantes no lo aprovecharon para volver a poner diferencias. Con los guarismos moviéndose a cámara lenta durante casi cuatro minutos, una contraataque culminado por Josep Pérez puso el empate en el marcador (40-40, 24’45’’).

Reacción

Pero la siguiente acción fue una antideportiva a Wright que fue el origen de un parcial de 0-6 en menos de 20 segundos y de que se caldeara el ambiente en la pista y en las gradas. Con los jugadores más pendientes de los colegiados, las canastas parecían oasis en el desierto.

Sergio Olmos sobresale sobre todos en el momento de lanzar a canasta Sergio Olmos sobresale sobre todos en el momento de lanzar a canasta

Sergio Olmos sobresale sobre todos en el momento de lanzar a canasta / Álex Cámara

Faltaba por saber quién iba a pescar en un río más que revuelto. Josep Pérez fue el primero en presentar su candidatura y seis puntos seguidos suyos volvieron a equilibrar la balanza (49-49, 28’20’’). Pero fue a Bortolussi, con un triple, a quien le cupo el honor de poner por delante al Covirán, lo que no ocurría desde el 2-0 inicial. Dos tiros libres de Corts dejaron la ventaja local en cinco puntos a la conclusión del tercer cuarto.

Emoción y nervios finales

Con 54-49 comenzó el cuarto definitivo. Y no lo hizo bien, pues en menos de medio minuto Olmos cometió su tercera y cuarta faltas personales.

Los granadinos cogieron una renta de diez puntos en los primeros minutos del último cuarto que fue determinante para el triunfo final

No obstante, eso fue síntoma de que en el Covirán la tensión era otra. En dos minutos, un parcial de 5-2 elevó la ventaja a ocho puntos (59-54). A pesar de un 2+1 de Sapp, un triple de Bortolussi y una canasta de Alo Marín pusieron a los locales diez arriba (64-54, a 6’24’’ para el final).

La fortaleza que los extremeños habían puesto durante buena parte del encuentro comenzó a resquebrajarse. A pesar de que los nervios aparecieron en escena en las filas de Pin, el triunfo se quedó en el Palacio de Deportes.

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