El escarchazo de Soria (3-2)

Numancia-granada cf

El Granada vuelve a salir dormido, recibe dos goles por regalos defensivos en veinte minutos y reacciona demasiado tarde. El equipo parece otro a domicilio: vulnerable, tímido y obtuso

Nyom regatea a Nano durante el partido.  Foto: LOF
Nyom regatea a Nano durante el partido. Foto: LOF
Alejandro Morales / Soria

Soria, 21 de noviembre 2010 - 19:33

El Granada CF volvió a dejar la puerta abierta a su lado oscuro, al que regresó después de que ya saliera a pasear en ciudades como Albacete o Cartagena. En Soria se manifestó en forma de escarchazo, muy a juego con la gélida temperatura a la que se disputó el partido. Pese a las claras y precisas palabras de Fabri tras la derrota en Cartagena y a que el gallego pensaba que el equipo había aprendido la lección, su equipo volvió a decepcionar por no ser capaz de imprimir la intensidad adecuada desde el minuto inicial. El Numancia, con muchos menos argumentos que los exhibidos por el Cartagena, también se apropió del control tras comparecer mucho más enchufado, con varias marchas más que los granadinos, que se asomaron al verde tímidos, superados, encerrados en su propia parcela, sin ser capaces de mantener la posesión del cuero cinco segundos seguidos, perdiendo todos los rechaces, mostrándose torpes en los despejes... El castigo infligido por el Numancia ante tal cúmulo de inaptitudes fue tan severo como justo: dos goles en 23 minutos. Luego, sobre todo tras el descanso, se repuso el equipo, que fue capaz de acercarse y rozar el empate aunque, cuando al fin se estaba encontrando consigo mismo, recibió el golpe definitivo que sentenciaba el choque. Y pese a que los cinco minutos finales se volvieron a jugar con sólo un gol de diferencia, la cuchara estaba entregada desde mucho tiempo antes.

Fue un partido horrible en el aspecto defensivo y la paradoja quiso que quizá el peor ayer en Los Pajaritos, Mensah, fuera quien metiera al equipo en el partido con el del2-1. El ghanés, como también le ocurrió a Orellana, pareció acusar los kilómetros que hizo durante la semana para estar con su selección, y no se metió en el partido hasta que la cosa estaba imposible.

Un lamentable despeje de cabeza del africano estuvo en el origen del tanto que abría el marcador, cuando ni tiempo habían tenido los futbolistas de romper a sudar. Mensah no supo ver que estaba solo y se precipitó a la hora de despejar de cabeza, el cuero le cayó aCedric en la frontal, quien asistió a la perfección hacia el segundo palo, donde Garmendia marcó el gol de su vida. Que nadie se lo pierda en los resúmenes, porque el escorzo que dibujó para alojar el balón en la escuadra es de muchos quilates. Sólo se habían jugado siete minutos, pero era el cuarto disparo del Numancia. El Granada no había pasado del medio campo.

El escarchazo continuó y se agravó por el plus de confianza que significó el gol para los numantinos, que ya de por sí le estaban ganando todos los balones a sus oponentes. En defensa las dudas se contagiaron incluso al siempre seguro Rubén, que ayer estuvo al mismo bajo nivel que los demás. En la medular la situación no era mejor. Dimas Garmendia y Mario se imponían claramente a Pérez y Rico, negados toda la tarde para generar opciones de peligro. Con un Orellana muy impreciso, que no se iba de nadie, y tanto Abelcomo Geijo anulados por la zaga local, el recurso de Benítez tampoco sirvió, pues el balear sólo fue ayer peligroso a balón parado. Dani no se impuso por velocidad, no desbordó. Aunque mucho peor le fue a Geijo, que, como en Cartagena, acabó desesperado ante su ausencia de opciones. Sólo tuvo una, un cabezazo picado que se fue fuera (13'). Luego, la inanición.

Sin reacción rojiblanca y sí muchos nervios en las piernas, el Numancia siguió hurgando en la herida para obtener fruto justo en el ecuador del periodo. Vélez, que lo estaba rematando todo, recibió completamente solo en la frontal ante el desentendimiento de la zaga y colocó el cuero junto al palo de Roberto con un tiro preciso. El gallego, sumado a la fiesta de la inoperancia, apenas se movió.

Así las cosas, la mejor noticia fue que el Granada consiguió detener la hemorragia y alcanzar el descanso sin más daño que esos dos goles, pesados, pero remontables. De hecho, en los minutos previos al pitido se mostró mucho más metido, ya despierto, pero con el estrés de los dos goles en contra impidiendo que el equipo fuera preciso y certero. Abel, tras revolverse en el área y chutar con peligro, lo confirmó en el 40'.

Calvo fue el primero en comparecer como parte del plan de rescate y, aunque su actitud fue mejor de lo habitual, no mejoró al equipo. Sí ayudaron Collantes y, sobre todo, Felipe, autor del postrero gol con el que el equipo volvió a meterse en el ajo al final. Pero antes de eso ocurrieron cosas.

Mensah se comió un balón en el 55', Roberto se pasó de frenada y Cedric, con el arquero ya desbordado, perdonó la puntilla. Dos minutos después Mensah recogió un rechace del portero local tras un obús de Benítez y metía al equipo, por fin, en la pelea.

El Granada se había recuperado y opositaba al empate tras haber conseguido invertir la situación y hacerle correr, y temblar, al Numancia. Entonces, en pleno subidón, Orellana lo tuvo tras una asistencia de lujo de Geijo, pero el chileno, sería por el jet lag o porque ayer no le tocaba, se durmió hasta la desesperación.

La ley del fútbol actuó implacable y le mostró al Granada que su momento había pasado. Fue con el tercero, obra de Cedric, que recibió un gran pase no abortado y batió con facilidad a Roberto.

Pudo llegar el cuarto poco después, pero lo que ocurrió fue que el Granada encontró en Felipe la claridad que no había tenido antes y el catalán, asistido de tacón por Geijo todavía a tiempo, situó la esperanza desde la frontal (86'). Mikel Rico tuvo la bola extra del empate antes del pitido, pero la mandó a las nubes desde el interior del área.

El reloj fue implacable y frenó en seco parte de la euforia que se estaba instalando en el entorno. Ojalá que sea la última y que la lección, esta vez, sí cale. Y ahora, a pensar en el Córdoba.

- Ficha Técnica:

3 - Numancia: Eduardo; Flaño, Jaio, Pavón, Nano; Mario (Del Pino, min. 68), Dimas, Garmendia (Victor Andrés, min. 75); Cedric (Diego Antón, min. 87), Iñigo, Barkero.

2 - Granada: Roberto; Nyon, Iñigo López, Mensah, Rubén (Felipe, min. 81); Orellana (Collantes, min. 77), Óscar Pérez (Carlos Calvo, minl. 61), Mikel Rico, Dani Benitez; Abel, Geijo.

Goles: Min. 7 (1-0): Garmendia. Min. 23 (2-0): Iñigo. Min. 58 (2-1): Mensah. Min. 72 (3-1): Cedric. Min. 86 (3-2): Felipe.

Árbitro: Lesma Suárez (comité madrileño).

Incidencias. Estadio Los Pajaritos. Alrededor de cuatro mil aficionados. El Numancia entregó al capitán granadino una placa por la primera presencia del equipo andaluz en Los Pajaritos.

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