La escasa fortuna reduce las posibilidades

Con dos goles en propia puerta, un larguero y una expulsión, es imposible ganar

El guardameta del Ceuta, Ramón, ataja el cuero mientras sandro protege la llegada de Felipe.
El guardameta del Ceuta, Ramón, ataja el cuero mientras sandro protege la llegada de Felipe.
E. López / Ceuta

28 de septiembre 2009 - 05:02

Mejor juego, control casi por completo del rival, un error defensivo y gol. Esto, que podría ser una excepción en cualquier equipo de Segunda División B por las dificultades para tener un alto porcentaje de acierto en las ocasiones de gol, se está convirtiendo en toda una tradición en este Granada CF 2009-2010. Tras mejorar el balance defensivo en las dos últimas jornadas, el equipo de Álvarez Tomé volvió ayer a las andadas y así, es muy difícil sumar de tres en tres. Y si encima marcas los tres tantos, dos de ellos en propia puerta, la misión es casi imposible.

Ésta podría ser la conclusión que se puede sacar del choque en el Alfonso Murube de Ceuta. El cuadro rojiblanco tuvo fases donde tuvo controlada la situación sobre todo a partir del ecuador de la primera mitad, pero la fortuna, la mala en este caso, o simplemente las facilidades en determinadas acciones del partido, condenaron al histórico a la segunda derrota de la temporada.

Porque si algo queda claro del enfrentamiento ante los pupilos de Carlos Orúe, es el dominio territorial y el mayor empuje en ataque de los de Tomé, sobre todo en los primeros 45 minutos de juego, como bien queda reflejado en los guarismos del choque.

La prueba evidente fueron las trece veces que en el primer acto, los ayer visitantes, enviaron balones al área. Muy por encima de los cinco que intentaron los ceutíes. Pero no fue en el único apartado en el que los rojiblancos fueron superiores. También intentaron en seis ocasiones el lanzamiento a puerta, entre ellos un larguero a saque de falta de Manolo Lucena, y un espectacular remate de cabeza de Tariq que Ramón salvó in extremis. Con esas ocasiones, cualquier equipo del Grupo IV que se mida al Granada ya habría perforado la portería de Raúl, pero este equipo no está fino de cara a puerta, y lo está pagando. Incluso, el número de faltas recibidas y cometidas fue muy superior a favor del conjunto construido por Pina y Cordero (nueve por tres).

Todo lo contrario que su rival, que con tan sólo dos llegadas a portería, avisó en una y se encontró con un afortunado gol en un momento clave. Y eso que el guardameta vasco tan sólo tuvo que intervenir en dos ocasiones en la primera mitad, al contrario que Ramón, que lo hizo en cuatro. El dominio también se constató en los saques de esquina botados, cuatro por los ayer de negro por uno del Ceuta.

Al menos, tras el paso por el túnel de vestuarios, la suerte sonrío a los visitantes y Torrecilla igualó la contienda en la primera llegada al área de Ramón. Pero fue prácticamente el único disparo entre los tres palos de la segunda parte, pese a intentarlo en seis ocasiones. De hecho, el guardameta caballa no pasó mucho apuros pues no tuvo que intervenir decisivamente pese al constante bombeo aéreo al que sometió, en su desesperación por empatar, el cuadro granadino.

Pero el segundo tanto terminó por desnivelar el choque y minar la moral de los rojiblancos, que en su intento por sumar efectivos en ataque, desguarneció la defensa, lo que incrementó el número de llegadas de los locales, destacando dos claras de De Lerma y Pedro Díaz. Hubiera sido un castigo demasiado severo, aunque en el fondo, el equipo de Tomé sigue sin vencer a domicilio.

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