El esperpento como costumbre granadinista
Para cuando Martínez Munuera pitó el domingo el final del choque contra el Celta, el aficionado granadinista estaba más pendiente de salir corriendo para evitar el atasco post-partido que de quedarse a mostrar su descontento con los futbolistas y los técnicos del Granada por paupérrimo espectáculo ofrecido. Es, sin duda alguna, la constatación de que el hartazgo de la hinchada permite este nivel de ridículo. El esperpento ya es una costumbre más que asumida por aquellos que cada dos semana acuden a Los Cármenes.
DE AHÍ QUE...
... La pasión por estar en Primera haya desaparecido. Se pita tanto que ya se ha perdido el criterio. Cualquier error se critica desde la grada, aunque los jugadores hayan hecho el 90 por ciento de su trabajo en condiciones. No. Ya la toca El Arabi y pitada, la pierde Rubén Pérez y pitada, no sale Andrés en un balón aéreo y pitada. Ya es una tradición de 'malhumoramiento' generalizado cuya principal consecuencia es que el granadinismo vaya cada año a menos, y a menos, y a menos. Los carnés, también a menos.
EL BALONCESTO
Desde hace años mantengo, y seguramente lo escribiera en esta sección también, que el baloncesto de ACB en Granada se lo cargó la falta de ambición. Hubo momentos en los que se pudo ir para arriba, jugar alguna Copa del Rey de vez en cuando, movilizar a la afición para algo más que ir cada semana al Palacio de Deportes a vez lo mismo. El Granada está corriendo el mismo riesgo. Que una afición se aburra y aguante tan soberanamente el fabuloso aburrimiento que es ir a Los Cármenes es de mucho mérito. Pero la paciencia tiene un límite. Vale que el Granada es un equipo modesto de Primera que pierde más que gana, pero hacerlo tantas veces y de forma más continuada en cansa quema hasta al más calzonazos granadinista. Quizás los buenos resultados lleguen con una mayor ambición de los de arriba. Viendo lo que hay ahora con lo que rinden Orellana, Nolito, Ighalo, Nyom... ¿En serio no podía haberse quedado ninguno? Creo que sí, por mucho que el discurso de la dirección deportiva también sea lógico. El fútbol también vive de querer más. Y así también llegan los dineros.
LARGO PLAZO
Pero claro, ¿quién se atreve ahora a pedir un Granada más atractivo si ni siquiera se sabe qué va a pasar con el club en junio? No sólo va a colación de la información que abre esta página, es que el mensaje que el club transmite desde hace meses es que lo sucedido en junio pasado volverá a pasar en 2016. Periodo de reflexión en el que el presidente pedirá y Pozzo dispondrá. Todo muy serio. Un proyecto al que se le puede calificar de muchas formas pero nunca como largoplacista. Y a este club le hace falta pensar a muchos años vista más que a cada mercado de fichajes.
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