Los cánticos y vociferios que entonaba en el vestuario antes del encuentro el filial del Granada Atlético hacían presagiar que no deseaba concluir otra semana más con una derrota. Y así fue.

Los de Rafa Moraga salieron al campo con ilusión y coraje tras la goleada que les endosó el Vandalia la semana pasada. El Cúllar, quizá más sosegado por su racha de siete partidos sin caer derrotado, vio como en cuestión de minutos los atléticos ya controlaban el choque. El primer susto no tardó en llegar, y sólo el travesaño despejó un balón que entraba a cabezazo de Seco. Aunque la zaga visitante no mostraba mucha debilidad, en el minuto 14 Luismi tuvo que repeler un disparo a saque de esquina que sería la antesala del primer tanto. Después del córner, el esférico quedó muerto y Luis Gutiérrez no perdonó. 1-0 para los locales que respiraban tímidamente. Un minuto después. La defensa cullera intentó jugar con su arquero pero un malentendido entre ellos, dio la oportunidad a Julio que hizo el segundo.

No obstante, todo cambiaría en la reanudación. Con Julio como hombre más incisivo, los de Figueroa realizaron un juego consistente en ataque que agobió a los locales, que sólo a la contra pudieron salir de su parcela. Dicho acoso dio sus frutos pues un pase largo en diagonal bien controlado por Julio permitió al ex jugador del Santa Fe irse por velocidad de su par, enfilar portería y batir con un golazo a Moi. El tanto puso contra las cuerdas a los atléticos, que pese al empuje de los visitantes hasta el minuto 95, evitaron que ver su puerta batida por segunda vez logrando un premio que se les resistía ocho jornadas.