De más a menos, de finalista a perdedor (2-1)
Lxi trofeo carranza
El equipo rojiblanco perdona al bético en una notable primera parte y con una clarísima ocasión de Success en la segunda, y se deja remontar con dos tantos en los que el meta Oier pudo hacer más
El Granada desperdició una buena oportunidad de plantarse en la final del Trofeo Carranza en su primera participación. Perdió por 2-1 ante el Real Betis un encuentro que los rojiblancos debieron haber dejado sentenciado mucho antes de que los verdiblancos remontaran, con tantos de Rubén Castro y Portillo tras el descanso, la diana que había firmado El Arabi en el primer tiempo.
Marcador y pase para la final aparte, el choque fue, como se esperaba, un muy buen test para los de Sandoval a falta de una semana para el inicio liguero. El duelo preparatorio, que de amistoso tuvo muy poco, mostró una versión bastante interesante del Granada en la primera parte, en la que mandó con suficiencia y gustó. Tras el receso se igualó mucho el envite, llegando a ser mejor el Betis con el paso de los minutos.
El resultado final, que al fin y al cabo es lo que vale en esto del balompié, sobre todo a partir del próximo fin de semana, llega porque los de Mel estuvieron más acertados que los rojiblancos de cara a la meta contraria y, sobre todo, porque Oier alimentó a sus detractores, a esos que sin dudar lo dejarían marcharse a la Real Sociedad, pudiendo hacer bastante más en los dos goles recibidos.
Sandoval apostó por un once que se puede parecer bastante al que forme ante el Eibar cuando ya haya puntos en juego. Y la primera conclusión positiva es que ese equipo, en el que entrarían Andrés Fernández y, posiblemente, Lombán y Rochina, está engrasado en condiciones, funciona. Por eso la primera parte del Granada fue bastante buena. Dominó al Betis con una superioridad inusual para la teórica igualdad existente entre ambos a estas alturas de pretemporada. Eso sí, faltó algo de claridad en los últimos metros, una mayor participación en el juego de Piti y evitar errores en zona peligrosa a la hora de la salida de balón.
Tras una fea falta de Mainz que Vargas mandó fuera, provocada por un error de Oier en un envío con el pie, las llegadas fueron todas rojiblancas. Rubén Pérez, desde su campo, trató de sorprender a Adán poco antes de que llegara el 0-1. Javi Márquez sacó rápido una falta con un gran cambio de orientación, Foulquier centró al corazón del área y El Arabi superó a su par en el salto y a Adán con su certero testarazo.
No hubo muchas ocasiones claras por parte nazarí para aumentar la renta, pero el control del partido y el dominio sobre el Betis fue abrumador, merodeando el área rival con asiduidad tanto en jugadas trenzadas como al contragolpe.
Foulquier y Salva Ruiz subieron bastante y bien, El Arabi estuvo muy enchufado y participativo, Edgar veloz y desequilibrante, y Robert siempre vertical y peligroso. Con todo, lo más brillante fue el buen trabajo de Javi Márquez y Rubén Pérez, que estuvieron a un nivel notable y demostraron que huelen a pareja titular de medios centros en Liga.
Pérez Montero evitó que el Granada pudiera marcar el merecido 2-0 antes del descanso al no señalar un claro penalti de Piccini sobre Edgar.
La segunda parte fue diferente. Era difícil que el Betis no mejorara y que los de Sandoval mantuvieran ese dominio claro. El equilibrio que se vio fue lógico. El Granada trenzó menos y su oponente más, los nazaríes presionaron menos y peor y el Betis más y mejor, la nota individual y global de los rojiblancos bajó a la vez que subía la de su oponente cuando Ceballos y compañía empezaron a aparecer.
Francis remató alto desde dentro del área poco antes de que entre Cejudo, Jorge Molina y Rubén Castro, inéditos los tres hasta ese momento, fabricaran el empate. Antes del remate final del punta, Oier duda y no ataca un balón al que parecía poder llegar antes que el canario.
Después fueron los rojiblancos los que volvieron a perdonar. Success, que participó mucho en el juego partiendo desde la derecha y casi siempre ganó la partida a sus pares, se plantó solo ante Adán, estrellando su disparo contra el meta cuando Edgar esperaba a su derecha para empujar el balón a la red y llevar al Granada a la final. Y entre remates sin puntería, tampoco acertó Piti en una buena opción y Mainz cabeceó fuera en franca posición, y la aparición del cansancio, el Betis empezó a mandar.
Pérez Montero, que tuvo mucho trabajo para ser un choque preparatorio, anuló bien por fuera de juego un gol de cabeza de Rubén Castro en una falta lateral. Piti, Edgar y Nico López en el Granada y un activo Renella y Potillo en los béticos buscaron el gol sin fortuna, pero los cambios, seis en cada equipo, y la falta de oxígeno encaminaron el choque hacia los penaltis.
En esas andaba el Carranza cuando una volea de Portillo desde fuera del área se convirtió cerca del minuto 90 en el 2-1. Y entre que Oier se comió el bote del balón justo delante de él y llegó un pelín tarde, un gol evitable colocó al Betis en la final.
El Granada lo intentó hasta el final, pero ya solo hubo tiempo para aturullarse en el área bética y para que Pérez Montero expulsara a N'Diaye por cometer una falta sobre Success y a Mel por protestar la no concesión del 3-1, que no subió al marcador porque el trencilla andaluz se equivocó.
Sandoval, que tardó bastante en realizar los cambios para tratarse de un choque amistoso, dejó sin vestir a los tocados Fran Rico y Rochina, y al transferible Insúa. Además, no actuaron ningún minuto Andrés Fernández, Musavu-King y Miguel Lopes, que serán titulares en el partido por el tercer y cuarto puesto junto a la mayoría de jugadores que actuaron ayer entrando desde el banquillo. Hoy otro test. El último antes de la Liga.
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