Las indumentarias nacionales 'se hacen' con el Generalife

Los italianos con su inconfundible y suave acento al oído, los suizos con la elegancia a la que ya tienen acostumbrados, los chinos con sus inseparables máquinas fotográficas, los mexicanos y su bronceada piel... Todos los especialistas en el tiro deportivo que acudieron ayer a la presentación oficial del Mundial de su disciplina se mezclaron con los cientos de turistas que llenaban las inmediaciones del Generalife. Cualquiera diría que son deportistas de élite. Acostumbrados a las altas medidas de seguridad propias de otras disciplinas, los visitantes comunes al recinto monumental nazarí que no estaban al tanto del evento quedaron poco menos que anonadados ante tal e improvisado desfile.

Ataviados con los uniformes oficiales de cada selección, los que serán verdaderos protagonistas del deporte a partir de esta mañana admiraban todo su alrededor. Alguno que otro inmortalizaba el enclave con su moderno teléfono móvil mientras comentaba el devenir de los próximos días. Y la delegación española no fue menos. "¡Mira, mamá! ¡De España!", resonaba una joven voz entre todos los que se agolpaban en la puerta de acceso a los jardines alhambreños. La respuesta, una sonrisa en el rostro de una de las integrantes del combinado nacional. Se sabía a quiénes había que apoyar en el torneo, pero se desconocían sus nombres. Y es que el tiro sigue siendo un deporte que no acapara el interés de las masas. Los aficionados poseen ahora más de diez días para hacerse pequeños expertos en una modalidad que tendrán a pocos kilómetros de distancia. En ello, además, los medios de comunicación tienen una gran responsabilidad. Las condiciones de trabajo a las que tuvieron que hacer frente ayer en la inauguración, no obstante, no ayudan a lograr ese objetivo.