Ni 'kolokones' ni 'malasyerbas', las del 'bocadillo'
Valladolid - Granada
El optimismo fue la nota dominante en el desplazamiento a Valladolid. Todo fue buen ambiente en el autobús durante el largo recorrido hacia la capital pucelana.
El Santa Cruz de Mudela, Huerta de Valdecarábanos, Ciempozuelos, Villacastín... Y así, hasta Valladolid. Fueron unos 400 los aficionados del Granada los que no dejaron sólo al equipo en su desplazamiento más importante en dos temporadas. Si alguien entiende lo que es amor ciego, ese es el hincha de un club de fútbol. Cómo es capaz de hacer borrón y cuenta nueva cada semana, sin importar el aguante físico de los jugadores, la pobre imagen de grupo del Granada, la crisis de juego y, sobre todo, de resultados. Con la fe inquebrantable del amor a unos colores, a las 7:30 partieron de Los Cármenes los siete autocares que buscaban la permanencia en la ancha Castilla.
Para un periodista, resulta muy curioso viajar mezclado con los seguidores más fieles. En el de los más radicales, los cánticos son algo ya presupuesto. Pero en uno donde ninguna peña, como tal, ponía sobrenombre al colectivo eran unas cuantas mujeres las que, desde horas en las que la gente suele dormir, no pararon de cantar y animar el cotarro. Mónica, Paqui, María José, Lidia, Laura, Patricia, Mari y David se hacen llamar 'las del bocadillo', aunque originalmente fueran el Frente Preferente. Unas valientes que no se han perdido un sólo partido de esta Liga. Literal. Los de dentro y los de fuera. Se denominan así por los bocatas y tortas, de tamaño considerable, que suelen agenciarse entre pecho y espalda en cada viaje. Quien se congratulaba de que en su bus no viajaban 'Kolokones' y 'Malayerbas' para dormir un ratito lo tuvieron chungo, y de verdad.
Una hora de trayecto bastaba para rellenar casi una de estas páginas. ¡Qué carrete tenían! Desde los cánticos más conocidos a los más recientes y elaborados. Cuando estos se agotaban, cualquier otro valía. "Para ser un conductor de primera..." cuando los otros autobuses de la expedición adelantaban al número 3, del que va este relato, hasta el clásico tunante "clavelitos", pasando por toda una declaración de intenciones: "Aquí no duerme ni el copón". No podía ser peor para el que quisiera ganar alguna horita de sueño cuando saltaron con Pablo Alborán: "Y tú, y tú, y tú... ¡Iturra!". Fantástico.
Quién iba a decir que este viaje era para ver si tu equipo bajaba a Segunda o no. Miedo y temor, claro que había, pero los aficionados son como los futbolistas. Ellos saltan al campo sin pensar en la derrota. Luego excusan su partido con que "lo han dado todo" sobre el césped. Los que juegan desde la grada no piensan tampoco en perder, si no en dejarse hasta el último hálito de voz en apoyar al Granada. Por ellos, tampoco habrá quedado.
Llegó la habitual, aunque cada vez menos, parada en el Casa Marcos, de Almuradiel. Si nunca han salido de Andalucía camino de la meseta en bus, no sabrán de qué escribo. El que hubiera cogido algo de modorra, se le quebró en mal momento. Y de ahí en adelante lo iban a tener difícil. Con un café encima, a ver quién callaba a la 'sección bokata'. Bueno, y por los parches de la autovía del Sur. Parecía que en el maletero del colectivo estaba tocando el batería de los Arctic Monkeys.
Previo paso por el Alto del León, evitando el peaje de la AP-6, que puso a prueba los estómagos recién almorzados de los viajeros, de apareció Castilla... Con sus planicies... Y planicies... Y planicies.... Lo que ya era un clamor es lo que las 'bocadilleras' habían logrado. Todo el bus cantando a su son y al del 'Pingu' y otro chaval con camiseta de Ighalo. Se notaba que el partido estaba cerca.
Asoma el José Zorrilla a lo lejos. El único estadio que construyó España para el Mundial 82 y que asistió al primer (y único) intento de compra de un partido en directo. Aquel jeque kuwaití con aquel maletín bajando al césped para que le anularan a Francia un gol legal de Giresse, el cuarto, porque su turbante no podía soportar tal goleada. Y el árbitro soviético Stupar accedió. La FIFA le crujió, y al sheikh unos años más tarde en un bombardeo de Bush padre sobre aquel paraíso petrolero. Eso sí, 'a las del bocadillo' ayer no había quien las comprara. Son del Granada por muchos petrodólares que les pongan sobre la mesa. Como casi siempre, llegaron sin voz al partido.
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