Sin ocasiones no hay gol... ni triunfo

El Rayo Vallecano castiga el lamentable planteamiento de Joaquín Caparrós, al que las estadísticas le dan la espalda

El rojiblanco Piti presiona al rayista Abdoulaye Ba en el partido de anoche.
El rojiblanco Piti presiona al rayista Abdoulaye Ba en el partido de anoche.

18 de octubre 2014 - 05:02

El fútbol es muy fácil, aunque algunos tengan el dicho de que "uno mas uno nunca son dos". Vale, puede ser, pero anoche no se justifica en nada de lo que se vio sobre el césped. Ayer, la suma sí daba dos. Era muy sencillo. Sólo hay que seguir un orden muy sencillo: tienes el balón, ergo puedes jugarlo, ergo llegas a portería, ergo puedes marcar goles, ergo puedes ganar el partido. Caparrós planteó ayer un encuentro para destruir y acabó autodestruido. Los números y el fútbol, que son así de tozudos.

Todos los datos extraídos del choque son favorables para el Rayo Vallecano. Aunque se vean igualdad en algunos capítulos. Por ejemplo, los de las llegadas al área. Concepto algo sui generis, cierto, pero desglosado de la siguiente forma: de sólo uno del Granada puede considerarse como tal una ocasión de gol. El conjunto de Paco Jémez, al menos, tuvo tres claras, incluyendo el gol.

El peligro se traduce en disparos, en jugadas finalizadas. Números también parejos, pero también de lado rayista. El Granada tiró cuatro veces, aunque ninguna entre los tres palos. Los visitantes sí afinaron más la puntería y, sobre todo en el segundo acto, al menos lo probaron más.

Consecuencia lógica de tener la pelota. Pero principalmente por saber qué hacer con ella. La posesión en todo momento fue favorable para el Rayo (44 a 56 por ciento al descanso, 45 a 55 al final).

Aunque si la posesión del esférico no parece todo lo clara como dato, ya que entrenadores como Caparrós lo suelen discutir, la estadística más elocuente es la de los pases. El Granada terminó el partido con un grado de acierto en el pase del 67 por ciento. Más pormenorizado, el conjunto rojiblanco falló nada menos que 108 (331 en total). Cierto es que el Rayo erró más, 110, pero dando la friolera de 144 más que el Granada CF (475).

Los entrenadores que viven de los espacios buscan siempre una justificación a su modelo. Ayer Caparrós tuvo difícil defenderlo.

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