Al Granada le faltan alas. O darse un buen atracón de 'redbulles'. Los locales sí tienen esa capacidad para despegarse del suelo y levantar el vuelo hacia la victoria. A los españolistas no les costó mucho hacerlo. Fue cuestión de intentar más cosas y demostrar más efectividad..., todo lo contrario que su rival rojiblanco.

El primer tiempo fue muy significativo. No sólo por los goles. Prácticamente el choque quedó cocinado en los 45 minutos iniciales. El equipo Mauricio Pochettino pisó más el área visitante, enfiló la portería granadinista con cierta facilidad e hizo del debutante Julio César (¡ave!) el jugador más destacado de las huestes que dirige Fabriciano González. Los números del cuadro catalán cantan, virtud que también tienen los periquitos) con claridad.

El Granada, por su parte, apenas llegó a las inmediaciones de Casilla. Y cuando lo hizo en, quizá la más clara ocasión de todo el partido, Benítez no supo resolver. Fue el único tiro entre los tres palos de los visitantes en este periodo.

Tras el descanso el Espanyol voló con el viento de cola. Se dedicó más a controlar que a buscar la portería contraria. Ello permitió al Granada CF cruzar más la línea divisoria del campo. Tiró más que su anfitrión, pero casi siempre de lejos. La efectividad siguió en manos pericas. Julio César volvió a ser mejor (buen debut el suyo), pero no pudo evitar el tercer tanto, que llegó precedido de una gran parada del cancerbero brasileño, pero su despeje se estrelló en el larguero y dejó el esférico muerto para que Rui Fonte rematara a placer.

Anecdóticos en el segundo tiempo fueron los saques de esquina de más que lanzaron los granadinistas. Y las tarjetas amarillas que acumularon.

No hay más cera que la que arde. El Espanyol fue justo ganador. Los pericos manejaron el partido prácticamente a su antojo y el Granada... acabó desplumado.