Muchas veces se habla de un plan A y un plan B. Fue lo que ocurrió en el duelo de la pasada jornada ante el Real Madrid. Caparrós planteó un once con una ideas pero el tanto de Cristiano Ronaldo a los dos minutos trastocó todo lo planteado por el técnico sevillano. Ayer, el plan era similar pero hubo uno B. Este no era otro que aprovechar el cansancio del Celta en el segundo acto dando entrada a tres de los jugadores de más calidad de la plantilla como Success, Javi Márquez y sobre todo Rubén Rochina. Y se notó, vaya que si se notó. A partir de entonces la presencia ofensiva de los rojiblancos en el área de Sergio Álvarez fue mucho más constante cuando hasta ese momento tan solo se vio un tímido disparo de El Arabi desde 30 metros sin peligro alguno.

La pena es que si ese plan B fuera el A, lo mismo el casillero de goles a favor sería mayor en las once jornadas de Liga que se llevan disputadas.

A nivel individual, destacaron Roberto, Murillo, Fran Rico y Rochina. El primero por su sobriedad, el segundo por su oficio, Rico por su criterio y Rochina por darle otro aire a la parcela ofensiva granadina. Mucho menos brillantes estuvieron Sissoko, Foulquier, Iturra o Córdoba.