De lo que pudo ser y no será

La historia del Granada 74 SAD podría llegar a su fin cuando finalice el próximo encuentro en Pinos Puente ante el Antequera · El futuro a partir de ahí será toda una incógnita que sólo conoce Carlos Marsá

Enrique López / Granada

04 de mayo 2009 - 05:02

La derrota de ayer del Granada 74 SAD en el Estadio de Los Cármenes puede suponer, salvo que Carlos Marsá diga lo contrario, el final de un proyecto ambicioso con el que soñó pero que se le vino abajo casi desde el primer día. Fue el 6 de junio del 2007 cuando en una céntrica notaría de la capital se formalizó la compra y el traslado del Ciudad de Murcia hasta nuestra ciudada, pero desde entonces, nada salió como Marsá deseaba.

La negativa a usar la instalación municipal del barrio del Zaidín por parte del Ayuntamiento de Granada, y todo lo que con ello pudiera llegar, quedó en nada en una entidad mal vista desde sus primeros momentos desde la Federación Española de Fútbol y que debutó en Segunda División A en el Carranza, sin saber hasta pocas horas antes si estaban autorizados para hacerlo por el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS). Se superó ese primer trámite, pero a partir de ahí todo fue luchar contra los elementos.

Jugar en el destierro del Escribano Castilla de Motril y apenas contar con ingresos tanto por publicidad como por abonados, fue la historia de un equipo que llegó de Murcia con la práctica totalidad de un plantel que apunto estuvo de lograr el ascenso a Primera División la anterior campaña.

Pero la falta de pagos, la escasez de instalaciones dignas para un equipo profesional y los malos resultados le fueron condenando a la zona baja hasta que finalmente descendió a la categoría de bronce tras una mala segunda vuelta.

Ya en esta temporada, los problemas económicos condicionaron la configuración de un grupo de jugadores modesto bajo la dirección técnica de Miguel Rivera, hasta que la situación fue insostenible y éste se marchó voluntariamente. Sin capacidad para reforzarse en invierno, y con hasta dieciséis jugadores granadinos en la plantilla, el sufrimiento se fue alargando hasta que ayer, en Los Cármenes, y ante el otro equipo de la ciudad, dio con sus huesos en la Tercera y muy probablemente con la desaparición, salvo que Marsá diga lo contrario, que todo es posible.

stats