La tensión se hace patente
Pina y Cordero tomaron la decisión de destituir a Tomé en la segunda parte · Los aficionados descargan sus iras contra el técnico y el equipo · Cada vez que Braojos acude a ver un partido, se acaba perdiendo
Un sector de los aficionados que se desplazaron hasta Marbella descargaron su rabia contra el entrenador. Fue unos momentos antes de que Juan Carlos Cordero entrara en el vestuario con la cara desencajada para comunicar la drástica decisión que entre Quique Pina y él habían tomado. La destitución la adoptaron al inicio de la segunda mitad. Fueron constantes los intercambios de impresiones y las movimientos negativos con la cabeza que hicieron. Esas imágenes pudieron verse desde las cabinas de prensa, al estar el palco justo debajo.
Algo no iba bien y los dos dirigentes que gobiernan el Granada CF optaron por cortar de raíz y poner fin a la etapa de Miguel Ángel Álvarez Tomé en el banquillo. Es duro encajar ocho derrotas fuera de casa y haber desperdiciado la mitad de las salidas, lo que pone en claro peligro acabar como primer clasificado del Grupo IV de Segunda División B. Pina y Cordero observan con miedo que el objetivo se vaya al traste y han decidido cortar una cabeza, a la espera de que esto provoque un revulsivo en una plantilla que patina cuando sale de Los Cármenes.
Varios aficionados esperaron la salida de los jugadores y el cuerpo técnico y se vivieron algunos momentos de tensión. Tariq se encaró con algunos, que le reprocharon falta de actitud al equipo.
Está visto que Pedro Pablo Braojos es gafe esta temporada. Antes de comenzar el partido ante el equipo marbellí, comentaba a los periodistas que sólo había visto al Granada CF en Jaén y Roquetas, partidos que se perdieron tras ofrecer una penosa imagen. La secuencia se repitió, aunque en una versión aún peor. Los rojiblancos fueron desbordados en toda regla y no fueron capaces de reaccionar ante lo que se vino encima.
Curioso que el partido lo presenciara la expedición del Melilla. Ellos venían de recibir una goleada y ni se les pasaba por la cabeza que iban a asistir a una debacle de su más directo rival por la primera plaza. Dentro de dos semanas se verán las caras.
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