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Hay que tomar medidas ya

  • Impotencia Un Club Baloncesto Granada sumido en la crisis suma una nueva derrota en Las Palmas ante el Gran Canaria en un partido en el que pone de manifiesto que hay que reforzarse con urgencia

Ni por arriba, ni por abajo. Ni por dentro, ni por fuera. Ni en defensa, ni en ataque. El CB Granada sufrió en Gran Canaria una nueva derrota, aunque en esta ocasión dando la imagen de que no está para mucho. El cacareado proyecto del club en la ACB se puede ir al traste si no se toman medidas urgentes. La mala configuración del equipo en pretemporada y la ley de la gravedad pueden llevar a los de Valdeolmillos a lo más hondo si no se produce una reacción. Ayer no sólo se perdió en Las Palmas, sino, lo que es peor, se dio la impresión de que cualquier equipo puede ganar a los granadinos. El juego interior volvió a hacer agua, la defensa fue un coladero y las ideas en ataque apenas se dejaron ver. Edwards, incapaz de meter una canasta en juego, volvió a demostrar que su paso de la LEB a la ACB ha sido demasiado premio. Y Gutiérrez no está para coger la responsabilidad de ser una referencia clara del equipo en la 'pintura'.

Los equipos de abajo aprietan y el desánimo en la plantilla y la impotencia sobre el parqué empiezan a ser patentes. La Liga se complica. Los frutos de lo que no se ha hecho se están recogiendo en una dinámica en la que el CB Granada se está convirtiendo en un equipo perdedor.

Visto lo visto ayer ante el Gran Canaria, todo apunta a que la 'mano de pintura' no depende de un solo fichaje. Los jugadores tienen que dejar paso a lo que se haga en los despachos. El presidente, José Julián Romero, tiene que dar su autorización a una recomposición más que necesaria, y el director general, Julián Aranda, y el entrenador, Sergio Valdeolmillos, que ayer no encontró ninguna solución a los múltiples problemas que tuvo su equipo, tienen que demostrar su capacidad para buscar soluciones. Porque hay que encontrarlas ya.

La primera gran diferencia que se puso de manifiesto nada más comenzar el choque fue que los locales mostraron un juego mucho más equilibrado que sus invitados. Por dentro y por fuera el Gran Canaria no tardó mucho en abrir un hueco en el electrónico. El CB Granada comenzó jugando a ramalazos en ataque, con la habitual carencia en el interior, donde a Edwards no le salía nada. La igualdad en el marcador apenas duró algo más de tres minutos, porque a partir de entonces los de Maldonado actuaron como un martillo pilón, más aún cuando Gianella tuvo que sentarse con dos personales. Un triple de Guerra a los ocho minutos llevó la desventaja a diez puntos (23-13), lo que obligó a Valdeolmillos a poner orden... y a sentar a Edwards. En unos minutos de inspiración, por no decir los únicos, el equipo pudo jugar con más velocidad y firmó un parcial de 0-7 que evitó complicaciones demasiado pronto, aunque luego no sirvió para nada.

No empezó bien el siguiente acto, ni en juego ni en el apartado de personales. Aunque Scepanovic mantuvo a los granadinos en los primeros compases, los insulares apenas encontraron oposición en sus ataques, lo que provocó que en dos minutos se abriera el marcador (34-25). El Kalse se adueñó de las zonas, controló el rebote e impuso el ritmo. Freeland, al que se le hizo internacional en este cuarto, encontró un pasillo tras otro y el descosido empezó a tomar forma de roto porque la defensa visitante se fue de paseo. Hasta el descanso no cambió nada el decorado y la escuadra local jugó con una comodidad impropia de la Liga ACB (48-31).

Con 14 puntos de desventaja se reanudó el simulacro de un partido de élite (48-34). Dos triples consecutivos y claros de English acercaron la ventaja de los locales a la veintena (56-38). El paso por los vestuarios sirvió para poco, porque los granadinos volvieron a la pista con la misma falta de ideas con las que se fueron al descanso. Por destacar algo, Edwards consiguió su primer punto ¡en el minuto 26!, y lo hizo desde la línea de tiros libres. Fue justo antes de que el Gran Canaria llegase a los 20 puntos de ventaja (61-41).

Considerar que el partido no había terminado antes fue por un acto de caridad, pero antes de finalizar el tercer cuarto estaba confirmado que no había nada que hacer. El último cuarto fue una anécdota.

Ahora hay que recomponer el equipo, los cuerpos y las mentes porque el domingo hay una final ante Menorca. ¡Quién lo hubiera pensado hace dos meses!

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