La madurez permite al Covirán Granada lograr su segunda victoria de la temporada

El Covirán Granada logró la segunda victoria de la temporada en un gran partido de los rojinegros, que ofrecieron una imagen muy seria ante el UCAM Murcia (82-89). La madurez mostrada por el cuadro granadino en los momentos decisivos le permite seguir invicto a domicilio en un arranque de la competición en el que está mostrando que ha llegado a la ACB para quedarse.

El conjunto de Pablo Pin realizó un gran primer cuarto en el que el juego en equipo primó sobre las individualidades, que es precisamente en lo que destacó el UCAM. La idea de Sito Alonso fue clara desde el arranque y ésta no era otra que flotar a Cristiano Felicio cuando salía a bloquear para sus compañeros exteriores. Eso hizo que el brasileño se jugara un par de lanzamientos triples que no entraron. Pero cuando se metió en la zona, el carioca fue una pesadilla para los locales.

Un gran Niang

De los primeros nueve puntos del Covirán, siete los anotó el ex NBA, que estuvo muy acompañado por Thomas Bropleh. Entre los dos, los únicos anotadores de los rojinegros, otorgaron las primeras ventajas, en concreto cinco puntos. Pero en un pispás y gracias a dos triples consecutivos del checo David Jelinek, la renta quedó en nada y fueron los de Alonso los que pasaron a mandar en el electrónico. Fue un espejismo pues con la entrada de Mamadou Niang, que está cuajando un gran inicio de temporada, los de Pin retomaron el dominio del ritmo del choque, y se volvieron a poner por delante en el marcador hasta el descanso. El senagalés, con un excelente cuatro de cuatro, más la aportación de Costa lanzó a su equipo seis arriba (17-23) tras un parcial de 0-7 que obligó a Sito Alonso a pedir tiempo muerto. Se llegó a estar ocho por delante pero la entrada de Thad McFadden, el máximo anotador del Murcia, le dio otro aire a los locales, que terminaron el primer cuarto 19-25.

El excelente porcentaje en tiros de dos (60% por un 38% de su rival) y el dominio del rebote permitió irse al primer receso con buenas sensaciones. Era evidente que esa proyección anotadora sería muy complicada mantenerla en los siguientes diez minutos...pero se rozó. McFadden asumió galones y a base de triples mantuvo vivo al UCAM. Por su parte, Niang siguió a lo suyo, lo hizo todo bien, y con nueve puntos más otros nueve de Felicio, obligó a los murcianos a jugar más equipo y no tirar tanto del talento que tienen, sobre todo en la línea exterior.

Por encima del aro

Se sentó Niang y regresó Felicio y de nuevo machacó la zona local. Dos malas decisiones de Prince Ali, que fue ‘a su bola’, y Jacobo Díaz provocaron que Pablo Pin solicitara tiempo muerto. Les pidió a sus jugadores “dejar de ser buenas personas” y que se pasasen el balón porque cuando eso sucede, el Covirán juega mucho mejor. Un parcial de 9-2 apretó el electrónico pero los rojinegros tuvieron muchas facilidades para jugar por encima del aro. Y es que el 1 de 9 en triples lo compensó cargando el juego en la zona. Felicio volvió a echarse a su equipo a la espalda y, aunque perdió un balón que le quitaron directamente de las manos, lo compensó con un enorme tapón en una recta final de la primera mitad en la que un triple de Lluís Costa, tras túnel incluido, como si de fútbol se tratase, mandó a ambos equipos a vestuarios siete arriba (40-47) sobre la bocina.

La clave en el tercer cuarto era tener más equilibrio interior-exterior en el juego a la hora de anotar. Un 3 de 13 en triples era un porcentaje muy pobre. Era evidente que los murcianos no iban a bajar los brazos en la segunda mitad. Apretaron atrás y tras un 8-0 de salida, se volvieron a meter en el partido. Tanto que tras un triplazo de McFadden devolvió el dominio en el electrónico a su equipo obligando a Pin a pedir tiempo muerto (48-47), a 7:29 del final del tercer parcial.

Los ocho triples hicieron mucho daño. Maye rompió la sequía y Felicio volvió a hacer daño en la pintura pero la igualdad y las alternativas en el marcador fue la tónica. Un 3+1 de Travis Trice dejó cuatro arriba a los locales. Y es que se olvidaron de jugar en equipo, se dejaron llevaron por la velocidad del rival y en casi seis minutos apenas anotó cuatro puntos. El tiro exterior no funcionó y esa rémora se pagó pues aunque el juego interior funcionó, la defensa murciana se cerró cada vez más ante el escaso acierto en los triples. Mala racha que cortó Costa con cuatro puntos seguidos para igualar la contienda (55-55). Lo mismo que hizo Luke Maye para devolver el control del marcador.

Había partido pero para ganar los de Pin tenían que volver a jugar en equipo, tener paciencia, mover el balón y buscar las mejores opciones sin tomar malas decisiones ni precipitarse. Las alternancias eran la tónica. El mal momento por el que pasó el Covirán se superó a base de madurez e incidir en lo que sabe hacer, además de sacar faltas. Porque esta vez sí que se estuvo acertado desde la línea de tiros libres no como ante Manresa. Al término del tercer parcial se marcharon los rojinegros tres por delante (60-63).

Último cuarto

Restaban diez minutos que arrancaron con dos tiros libres encestados por Renfroe y un lanzamiento de dos de Christian Díaz que culminó un parcial de 0-9 en total, lo que hizo que Sito Alonso parara de nuevo el choque. De nuevo eran siete los puntos de ventaja (60-67). La mayor intensidad defensiva ayudó a coger confianza ante un rival que sin McFadden en pista le costó hacer daño.

Todos anotaban, Niang se hizo muy grande en la zona y con un buen rendimiento de los dos bases de la LEB Oro, se llegó a estar ocho arriba. Jordan Davis asumió la responsabilidad en ataque pero la sensación era que el Covirán estaba cómodo en la cancha. Se entró en los últimos cinco minutos uno por delante tras apretarse el choque fruto de un parcial 7-1. De nuevo se le dio vida al contrario y tras un tiempo muerto, un 0-5 terminó con las dudas y devolvió la confianza a los rojinegros, con triple de Felicio incluido.

Era el momento de demostrar personalidad en los últimos dos minutos en los que Felicio volvió a ser decisivo en la pintura. Sacó dos faltas tras rebotes ofensivos pero únicamente aprovechó dos de los cuatro tiros libres de los que dispuso. Pese a precipitarse en la recta final, el UCAM siguió vivo a 60 segundos del final con cuatro puntos por remontar (77-81). Diop se la jugó de tres, no encestó y en el rebote defensivo Maye sufrió una falta. Anotó los dos tiros libres y dejó en seis la renta visitante. Dos malos ataques de los locales dejaron en bandeja la segunda victoria del Covirán Granada que certificó Alex Renfroe desde la línea de personal.