"Si hubo problemas en el Banco de España, no estuvieron relacionados con sus cargos y dirigentes profesionales". El consejero ejecutivo del BBVA José Manuel González-Páramo ha defendido la labor del Banco de España durante su intervención en el curso de verano de la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE) y la Universidad Internacional Menéndez Pelayo que se celebra esta semana en el Palacio de la Magdalena de Santander. González-Páramo, ex miembro del comité ejecutivo del Banco Central Europeo (BCE), aseguró desconocer las declaraciones del presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, que en la misma sala había criticado justo 24 horas antes la labor del supervisor español durante la burbuja económica.

Al ser preguntado por las palabras del presidente del Ejecutivo comunitario, el directivo recordó que el 30% de los funcionarios reclutados por el BCE para poner en marcha la unión bancaria proceden del Banco de España. "Y tengan en cuenta que nuestro país representa el 10%", recalcó González-Páramo, que recordó también que el organismo español no contaba en los años de bonanza con todos los instrumentos legales para cerrar cajas de ahorros, ya que eran compartidas con las comunidades autónomas. "El Banco de España también puso en marcha medidas adelantadas a su época en el ámbito técnico como las provisiones dinámicas, que se revelaron al final insuficientes", destacó.

El consejero ejecutivo del BBVA analizó la unión bancaria, que consideró un éxito que "ni la mente más europeísta habría imaginado hace sólo dos años". Sin embargo, incidió en que aún quedan desafíos pendientes, como "una fragmentación incompatible con una unión bancaria", que se traduce en que las pymes españolas acceden al crédito a un interés que duplica el de las pymes alemanas. Otra de las cuestiones que consideró urgente resolver es el respaldo público en caso de crisis que alcancen al conjunto del sector financiero europeo. "El fondo de resolución cuenta con 55.000 millones de euros, que no parecen muchos en caso de una crisis bancaria sistémica", sostuvo González-Páramo, que abogó por avivar también el debate sobre la conveniencia de euroletras, lo que supondría que Europa se planteara una mayor unión política y fiscal.