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Huelva/Atalaya Mining está centrando sus esfuerzos en planificar sus operaciones para elevar la ley del mineral de cobre que extrae en la mina de Riotinto con el objetivo de volver a situar su producción por encima de las 50.000 toneladas, como de hecho se alcanzaron en 2023 y en 2022. Atalaya, que ha revisado sus previsiones para dejarlas en el entorno de las 45.000 toneladas de cobre para este 2024, después de haberse acercado a las 52.000 el año pasado y superar las 55.000 en 2022, confía en los previsibles buenos resultados que le den los yacimientos de San Dionisio (Corta Atalaya) y San Antonio, cuya puesta en funcionamiento va a aportar minerales de mayor calidad, elevando así las perspectivas productivas de la empresa.
Las perspectivas para el mercado del cobre son buenas, como explica Alberto Lavandeira, CEO en Atalaya Mining, gracias al buen desempeño de economías clave como EEUU y China, lo cual respalda una demanda que aún está por encima de la oferta, así que Atalaya, dice Lavandeira, “avanzamos en nuestra cartera de activos con potencial para generar crecimiento en los próximos años”. Así, a las actividades de desmonte y permisos en San Dionisio, que “están avanzando según lo planificado”, se suma el trabajo de diseño y administrativo que se lleva a cabo para la apertura de la bocamina Masa Valverde, que está “a un paso” de comenzar los trabajos. De hecho, en una reciente entrevista radiofónica, el actual director general de Atalaya Riotinto, Enrique Delgado, anunció que la apertura de la bocamina de Valverde (también en Huelva) podría estar realizándose a principios del año 2025: “Lo único que nos está frenando para poder iniciar los trabajos mineros en la zona”, afirma Enrique Delgado, es cerrar el acuerdo con el propietario de una de las fincas afectadas. La empresa estima que la inversión asociada a la adquisición y construcción de todos los bienes fijos, equipos móviles e infraestructura necesaria para la producción del mineral durante los dos primeros años (la etapa de preproducción) se acercará a los 91,7 millones de euros, a los que hay que sumar 82,6 millones durante la etapa productiva para el sostenimiento de las instalaciones. El proyecto, que cuenta con la Autorización Ambiental Unificada (AAU) de la Junta de Andalucía y con el proyecto minero aprobado, creará unos 600 puestos de trabajo en su puesta en marcha.
Además de los dos yacimientos de Riotinto y la futura mina de Masa Valverde, Atalaya tiene puestos sus ojos en la mina gallega de Touro. De hecho, el proceso para la obtención de permisos administrativos sigue a buen ritmo. El equipo técnico de Touro continúa trabajando en los estudios y labores previas tras haber sido declarada la iniciativa como “Proyecto Estratégico” por parte de la Xunta de Galicia, una categoría que, como en el caso de Andalucía, permite la agilización en los trámites administrativos. Además de la consecución de los permisos, la filial local de Atalaya, Cobre San Rafael, mantiene los trabajos de restauración integral de las aguas afectadas por la minería histórica de la zona, que explotaba Riotinto Patiño. La previsible reapertura de esta mina coruñesa cuenta además con el apoyo de los vecinos. Más de 7.000 se reunieron el pasado mes de septiembre para pedir agilidad en el desarrollo del proyecto Touro.
La compañía continúa desarrollando prospecciones en busca de nuevos yacimientos en la Faja Pirítica, habiendo presentado varias propuestas en los concursos de derechos de exploración recientemente convocados por la Junta de Andalucía.
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