El 15 de junio, además del Día Global del Viento, es la fecha marcada en rojo de la política municipal en la que se formarán todos los ayuntamientos españoles y en la que, por tanto, la veleta marcará una u otra dirección en aquellos lugares en los que no está decidido el color de la Alcaldía como pasa en Granada capital.

Se trata de un día simbólico para la historia democrática pues en la misma jornada del año 1977 se celebraron las primeras elecciones generales libres tras la muerte de Franco. Pero es que el 15 de junio de este año será un día particularmente especial en la ciudad de la Alhambra, que por la mañana vivirá la segunda parte de la fiesta de la democracia (la primera tuvo lugar el 26-M) con el pleno de investidura del futuro alcalde y por la noche se encenderá la portada del ferial para iniciar una semana de Corpus con nuevo 'inquilino' –o no– en la Plaza del Carmen.

En los últimos años, el ya alcalde en funciones, Francisco Cuenca, ha optado por la participación ciudadana y el equipo de gobierno ha elegido mediante sorteo a personas anónimas para el encendido del ferial, aunque siempre acompañadas por el regidor. Es por ello, que en esta ocasión el alcalde que salga elegido el día 15 tendrá un día completo ayudando a pulsar el botón del encendido por la noche.

Si finalmente no es Cuenca, como parece bastante probable con el pactómetro inclinado al tripartito a la andaluza, para Sebastián Pérez y su teniente de alcalde –¿Luis Salvador?– sería un momento para el recuerdo y una inmejorable ocasión para estrenar el bastón de mando.

En cualquier caso, todavía quedan 17 días para redactar documentos, cocinar pactos, escuchar líneas rojas, imposiciones, reclamaciones y otras propuestas que colmarán las próximas dos semanas la política municipal granadina. Presumiblemente, los partidos apurarán sus opciones y jugarán todas sus cartas hasta casi el último día antes de manifestarse sobre su decisión del día 15.

El famoso pacto del Asador entre Torres Hurtado y Salvador de 2015

Basta con echar la vista atrás cuatro años para intuir las jornadas frenéticas de declaraciones cruzadas que esperan a partir de ahora. En 2015, cuando la sesión de investidura se celebró un sábado 13 de junio, no se supo quién iba a ser el alcalde hasta el día de antes en el que se celebró la famosa comida entre Torres Hurtado y Luis Salvador en el Asador de Castilla que certificó el pacto con el apoyo de Ciudadanos al popular para su cuarto y premonitorio último mandato, pues la condición de Salvador fue que abandonara la Alcaldía una vez hubiera concluido dicho gobierno. Aunque no se fue por la vía política sino por el caso Nazarí.

El Salón de Plenos del Ayuntamiento espera ya a la fecha marcada en el calendario del 15 de junio.

La fórmula de elección es muy sencilla. Se producirá una sola votación y será elegido quien logre la mayoría absoluta de votos. Si ninguno de los candidatos consigue la suma mágica de 14 apoyos, será directamente proclamado alcalde el concejal que lidere la lista con mayor número de votos en las elecciones, en este caso el socialista Cuenca, que encabezó la victoria socialista con más de 35.000 votos que otorgan un triunfo en mayoría de 10 concejales.

Aunque para llegar a esta resolución no tendrían que haber cuajado los pactos por alguna u otra razón y se cumpliría la música del vencedor de la lista más votada. Una probabilidad remotísima pero que es uno de los tantos escenarios que se abren en esta política municipal sin mayorías absolutas.