Elecciones 26M

El azote de la bancada izquierda

  • Francisco Puentedura ocupa el número tres en la candidatura de Unidas Podemos-Adelante Granada para las municipales. Es de los ‘veteranos’ entre nuevos partidos y candidatos de estreno

Francisco Puentedura, concejal de IU

Francisco Puentedura, concejal de IU / Carlos Gil

¡Entre sin llamar! Ese es el aviso que se encuentra el ciudadano cuando acude al grupo municipal de IU en el Ayuntamiento de Granada, toda una declaración de intenciones. Al abrir la puerta, se ve directamente al concejal Francisco Puentedura, sin intermediarios. Está entre montañas de papeles, todo un poco desordenado pero a mano para estudiar los expedientes que van al próximo pleno.

Puentedura ocupa este despacho desde hace 10 años. Un despacho en el que destaca la histórica foto de Rafael Alberti y Dolores Ibárruri en el Congreso de los Diputados tras las elecciones de 1977, cuando fueron elegidos diputados. También tiene su hueco Mariana Pineda.

Entró en 2008 y ha sido cabeza de lista en los comicios de 2011 y 2015

Una década después sigue formando parte de listas para las elecciones municipales del 26 de mayo, pero en este caso es distinto. Ya no por las siglas individuales de IU sino dentro de la confluencia Unidas Podemos-Adelante Granada. Ocupa el número tres tras Antonio Cambril y Elisa Cabrerizo.

Entre tanto nombre nuevo en las listas elaboradas por los partidos –nuevos y antiguos– y el auge de independientes, tras las elecciones municipales lo que está claro es que cambiará significativamente la foto de los ocupantes del Salón de Plenos con la irrupción de nuevos partidos. En ese escenario, si se cumplen las encuestas y la confluencia consigue los concejales anunciados, Puentedura pasará a ser el veterano, la resistencia en estos nuevos tiempos.

Y la experiencia es un grado. Ya su labor de oposición le vale el calificativo de Pepito Grillo y hasta ha recibido algún que otro ‘toque’ en estos años para que baje el nivel y dé un respiro a la bancada contraria. Es el azote de la bancada izquierda.

Llegó a final de 2008 al Ayuntamiento tras la salida de Manuel Morales –que renunció al acta para dedicarse de lleno a la dirección provincial de IU–, pero su pasión por la política comenzó a los 14 años en las Juventudes Comunistas. Dio el salto a la Plaza del Carmen siendo alcalde José Torres Hurtado. Hasta entonces también había ido en listas pero en puestos de no salida. En su estreno compartía grupo con Lola Ruiz.

Puentedura, durante la entrevista Puentedura, durante la entrevista

Puentedura, durante la entrevista / Carlos Gil

En las elecciones de 2011 ya sí fue de número uno, consiguiendo entonces grupo con dos concejales (él y Maite Molina). En 2015 repitió de candidato y revalidó su acta de concejal.

Unos años de trabajo intenso de los que tiene grabados varios momentos en la memoria. “Lo que primero me marcó fue la aprobación de la Ordenanza de la Convivencia”, que él siempre llamó de la “inconvivencia”. Fue el primer pleno en el que lloró. “Lloré por impotencia porque fuimos los únicos que votamos en contra. Fue una frustración. Nadie escuchaba”, recuerda.

También lloró –primero de tristeza y luego de alegría– con la Biblioteca de las Palomas, de lo que tiene grabada la imagen de la Policía arrastrándole por el suelo en el desalojo. “Es de los peores momentos que he vivido porque no lo entendía”, dice echando la vista atrás.

La otra situación que tiene grabada ocurrió el 13 de abril de 2016, cuando la UDEF entró en el Ayuntamiento y el entonces alcalde José Torres Hurtado salió detenido por la puerta de atrás del Consistorio. “Habíamos sido muy activos en denunciar las irregularidades del caso Serrallo y fue importante porque era señal de que se nos daba la razón y que algo empezaba a cambiar”.

Y esta anécdota le lleva rápido a reconocer que su mayor enfado ha sido, paradójicamente, con el gobierno socialista. “Se comprometieron a levantar las alfombras y acabar con las redes clientelares y ves que las siguen manteniendo y que colocan a los suyos. Entre ellos se protegen”, denuncia.

Francisco Puentedura Francisco Puentedura

Francisco Puentedura / Carlos Gil

En esta década de política municipal ha vivido el gran cambio: el fin de las mayorías absolutas, algo que “permite el juego” por la correlación de fuerzas. “En este mandato hemos sido más influyentes con un concejal que otros grupos”, asegura con orgullo.

De hecho, revela que no es raro que reciba llamadas pidiendo saber su sentido de voto para otros grupos posicionarse de la misma forma. Y eso lo lleva a gala, que PP y Cs hayan apoyado sus argumentos en algunas cuestiones pese a estar en las antípodas ideológicas.

Porque en los plenos, el estar solo como concejal lo hace intervenir en todos los puntos y mociones. Y no pasa una. Y la mayoría de las veces de modo incisivo –en los últimos plenos ha habido situaciones incluso de tensión con el alcalde–. Tal es la situación que Puentedura recuerda ahora que un día el alcalde le llegó a pedir una reunión en verano. “Me dijo o nos das un respiro o entras en el Gobierno”, a lo que Puentedura respondió: “me voy de vacaciones”. Y eso le vino bien porque reconoce que en política lo que se pierde es la vida personal. Afortunadamente reconoce que tiene una pareja que le aguanta y una familia que le apoya. Pero es su espinita de estos años, su cargo de conciencia, “no dedicarles más tiempo, porque el tiempo no vuelve atrás”.

Ese trabajo incisivo sí nota que se lo reconoce la ciudadanía. “La gente dice que somos coherentes. Se nos podrá llamar pesados o antiguos, pero siempre defendemos nuestras posiciones”, argumenta.

Puentedura reconoce que hay mucho postureo y que se está más pendiente de las broncas que de las propuestas

Y las dudas sobre el futuro son muchas. Reconoce que se está “más centrados en las broncas que en las propuestas” y que hay también mucho “postureo”. “Hay quien es incapaz de proponer algo. Es el no por el no”, un signo para Puentedura no de haber un menor nivel político sino “menos calidad democrática”.

Y en eso defiende la candidatura de Unidas Podemos-Adelante Granada, que define como la herramienta para garantizar el empleo y el equilibrio, entre otras. “Se abre la oportunidad de que el Ayuntamiento dé un giro de 180 grados con Antonio Cambril al frente”, dice, asegurando que la candidatura es una conjunción de participación, renovación y experiencia. “Damos otra imagen de la política que no es la de la puñalada por la espalda sino la del consenso”, ironiza.

¿Qué habría que cambiar? ¿Se podría hacer? Para Puentedura en política municipal se hacen las cosas “más complejas de lo que deberían ser para dar una falsa apariencia de que se participa democráticamente”, por lo que apuesta por “simplificar las estructuras burocráticas”, apostar por una escucha activa y “decir la verdad”, explicar hasta dónde se puede llegar.

Para él un buen resultado es que sean “imprescindibles” para el gobierno de la ciudad. A partir de ahí, tiene claro que no apoyará la aplicación de políticas neoliberales ni estará con los que manchan la democracia o ponen en duda la política de igualdad.

El resultado final habrá que verlo el 27 de mayo, el primer día del nuevo futuro de Granada.

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