Carmen Blanco | Directora de cine

"El 'MeToo' tenía que saltar tarde o temprano por algún lado"

Carmen Blanco, directora.

Carmen Blanco, directora. / julio gonzález

Gaditana del barrio del Cerro del Moro, Carmen Blanco (Cádiz, 1991) a los 18 años se marchó a estudiar Comunicación Audiovisual a Málaga y decidió que para hacer lo que quería hacer tendría que, como tantos, emigrar. En Madrid, con tres compañeros, creó la productora Abismo Films y de ahí ha salido el largometraje Los amores cobardes, presentada con éxito en la sección oficial del festival de Cine de Málaga y que se estrena en salas el próximo 14 de septiembre.

-Es usted directora de cine. Esto obliga a preguntar: ¿cómo lo ha conseguido? Porque en España se cuentan con los dedos de una mano.

-Y en casi todas partes. Pero, de momento, más que ser directora de cine lo que he hecho ha sido dirigir una película.

Scarlett O'Hara es mi heroína, una antiheroína, porque era la que llevaba la batuta de la historia"

-Los amores cobardes. Para ser una producción tan modesta no paran de ir a festivales. E incluso le dan premios.

-Hemos tenido mucha suerte de que pudiera visualizarse para ser una producción con tan pocos medios.

-Pues eso, ¿cómo lo consiguió? Empecemos por el principio.

-Somos un grupo de cuatro graduados en Comunicación Audiovisual de Málaga que decidimos dar el salto a Madrid y montar una productora. Empezamos con los cortos y decidimos dar el paso al largometraje. Escribimos un guión y lo rodamos.

-Dicho así suena muy fácil. Pero para hacer cine hace falta dinero.

-Trabajas en el guión pensando que tiene que ser realizable, que las necesidades no sean muy grandes. Lo importante es tener muy clara la película que tienes en la cabeza y sus referentes. Entonces buscas una historia con pocos personajes, intimista. Buscas emocionar con los mimbres que tienes. Hemos hecho milagros. Capitalizamos sueldos, todo el material es de la productora y ni siquiera utilizamos una cámara de cine sino una cámara de fotos. Lo que se dice hacer encaje de bolillos.

-Milagro es que una película así, con esos medios, sea seleccionada en festivales, pero sobre todo que vaya a llegar a salas.

-Conseguir distribución para el cine hoy en día, conseguir estrenar en una sala, es para las producciones independientes una tarea mucho más complicada que hacer la película. Nosotros lo hemos conseguido gracias a tener una distribuidora que se ha dejado la piel para estrenarla y eso desborda cualquiera de nuestras expectativas. Nunca pensamos llegar donde hemos llegado.

-Hablemos de la película. ¿Qué ha querido contar en ella?

-Quería hablar de lo que el pasado puede hacer de una persona. El resquicio del pasado puede estar en el día a día. Una persona importante, sobre la que gira buena parte de tu mundo, un día desaparece, se va sin explicar nada. Y mucho tiempo después reaparece. Quería experimentar eso.

-¿Veo algo de Vértigo?

-Ja, ja, ya me gustaría. Me encantan las películas de Hitchcock, pero no soy tan ambiciosa. No, no se trata de intriga, se trata de las relaciones humanas.

-Vuelvo a lo de ser mujer, es inevitable. ¿Qué cineasta mujer le inspira?

-Me encanta el cine de Sofía Coppola. Yo siempre he visto mucho cine clásico porque gustaba mucho en mi casa. La llegada de intenet abrió, además un universo increíble. Podías ver tantas cosas... Y en éstas llegó Sofía Coppola. Me encanta su cine cargado de una feminidad muy bonita.

-¿Y de por aquí?

-En España en el mundo del cine empieza a haber más de todo. Estoy empezando y es bueno contar con referentes como Lara Izaguirre, en el País Vasco, que debutó en el largo con Un otoño sin Berlín o Carla Simón, que ha hecho esa maravilla que es Verano 1993. En ellas me miro con admiración.

-¿Se encuentra cómoda en la vorágine del MeToo?

-No soy de extremos, pero esto tenía que saltar tarde o temprano por algún lado. La mujer en el cine ha sido expuesta a una sociedad patriarcal y condenada a una posición subsidiaria sin ningún control sobre los medios de producción y muchas veces a sobrevivir con la interpretación de mujeres clichés. Afortunadamente las cosas están mejorando. Ahora podemos ver a Amy Adams en la serie Sharp Objects que es una serie gobernada por personajes femeninos de gran fuerza y que tiene un enorme éxito.

-¿Quién es su heroína del cine clásico?

-Scarlett O'Hara, aunque más bien es una antihéroe, pero ahí se podía ver cómo una mujer era la que llevaba la batuta de la historia. Y eso ya de pequeñita me gustaba.

-Usted viene de lo independiente, donde hay algo más de igualdad, pero ahora se enfrentará a la industria de verdad. ¿Vértigo?

-Sí, claro, un poco de vértigo, pero también llego en un momento en que hay muchas mujeres que están abriendo camino y quizá no tenga que pasar por lo que han pasado ellas.

-¿Cómo lleva el hundimiento de grandes cineastas como Woody Allen o Polanski a cuenta de esta marea feminista?

-Tengo la suerte de que ni uno ni otro estén entre mis cineastas favoritos, pero esto no quita que me vayan a seguir gustando películas como La semilla del diablo o Match Point.

-¿Ya con otra película?

-Estamos en el proceso de escritura. También será una película de personajes, pero creo que nos podremos posicionar más en la industria.

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