Vladimir Karmirshalyan | Embajador de Armenia en España

“Alfonso XIII reclamó la liberación de intelectuales armenios en el Genocidio”

Vladimir Karmirshalyan.

Vladimir Karmirshalyan. / Embajada de Armenia en España

Entre 1915 y 1923, el Imperio Otomano procedió a la deportación forzosa y el asesinato en masa de civiles armenios en lo que cada 24 de abril se conmemora como el Genocidio Armenio, la actuación deliberada para el exterminio de la cultura armenia que dejó un saldo de entre un millón y medio y dos millones de muertos. Aunque Turquía no niega las masacres, rechaza admitir un genocidio que sí reconocen una treintena de Estados en todo el mundo. Desde septiembre de 2019, Vladimir Karmirshalyan es el embajador de la República de Armenia en España.

-¿Cómo ha afectado la epidemia del coronavirus a las relaciones entre Armenia y España?

-Aunque no siempre es fácil, mantenemos una comunicación fluida entre ambos países. Recientemente, por ejemplo, el ministro armenio y la ministra española de Exteriores pudieron mantener una conversación provechosa. Del mismo modo, el presidente de la Asamblea Nacional de Armenia llamó a la presidenta del Congreso de España para tratar varios asuntos. Además de la preocupación lógica por la epidemia, trabajamos para mantener la agenda política y económica.

-España tenía previsto abrir su embajada en Armenia este año, ¿obligará la crisis a retrasarlo?

-Armenia abrió su Embajada en España hace diez años y gracias a ello hemos podido fortalecer nuestras relaciones. En mayo del año pasado hubo un primer compromiso por parte de España para abrir su embajada en Armenia. La decisión política ya está tomada, falta la inversión económica. La epidemia lo atrasará sin remedio, pero lo importante es tener la decisión política.

-¿Cómo valora el conocimiento del Genocidio Armenio en España?

-Recientemente han aparecido en EEUU unos documentos que demuestran que el rey Alfonso XIII, quien como monarca de un país neutral desarrolló varias causas humanitarias durante la Primera Guerra Mundial, reclamó la liberación de algunos de los centenares de intelectuales armenios que fueron apresados en abril de 1915 a manos del Imperio Otomano durante elGenocidio. Es más, buena parte del cuerpo diplomático, especialmente en Estambul, se movilizó para hacer llegar esta petición al sultán Mehmed V. Los mismos documentos demuestran, sin embargo, que Alfonso XIII no conoció la situación de estos intelectuales hasta mayo de 1916, cuando muchos ya habían sido ejecutados, así que no sirvió de mucho. Pero esto nos confirma que los españoles conocen el Genocidio Armenio desde que tuvo lugar. Aunque el Gobierno no ha reconocido el Genocidio como tal oficialmente, sí lo han hecho cinco comunidades autónomas: País Vasco, Cataluña, Aragón, Navarra e Islas Baleares. Y también unos treinta municipios.

-Pero las Cortes han rechazado hasta en tres ocasiones otras tantas mociones presentadas para el reconocimiento del Genocidio Armenio en España.

-En España vivimos entre 25.000 y 30.000 armenios que seguimos reclamando que se reconozca y seguimos pidiendo justicia. Y si la epidemia no nos deja salir a la calle, lo haremos en nuestras casas, con nuestra bandera. La comunidad armenia en España ha creado una página de Facebook para conmemorar el Genocidio y recoger adhesiones a este reconocimiento. Seguimos trabajando.

"La gran fortaleza de Armenia es su diáspora. Unos ocho millones de armenios viven en todo el mundo"

-Más allá de España, ¿ve posible un mayor reconocimiento internacional, al menos a medio plazo?

-El problema es que Turquía, que se niega a reconocer el Genocidio Armenio, ostenta una posición estratégica y económica muy poderosa y logra influir para que otros países también se nieguen. Pero hay señales recientes muy positivas. Entre octubre y diciembre del año pasado, tanto el Congreso como el Senado de EEUU adoptaron varias resoluciones favorables al reconocimiento del Genocidio Armenio. Lo mismo ha sucedido en el Parlamento Europeo, el Vaticano, el Tribunal Internacional de La Haya y otras instituciones. El reconocimiento no nos devolverá a los muertos, pero sí sentará las bases para una reparación y una reconciliación en el futuro. Eso deseamos.

-Armenia es una potencia cultural en materias como la música. ¿La cultura es la mejor embajadora?

-Desde luego. En España tienen ustedes a un gran embajador de Armenia, el violinista Ara Malikian, que nació en Beirut en el seno de una familia armenia que precisamente huyó del Genocidio. Charles Aznavour, a quien conocí, decía siempre que se sentía 100% francés y 100% armenio.

-¿Confía en la recuperación del turismo en Armenia tras la crisis?

-Sí. Armenia es un país pequeño, de 30.000 kilómetros cuadrados, con tres millones de habitantes. Y cada año recibimos un millón de turistas. Para nosotros es bastante. En los últimos años hemos hecho una gran apuesta para crear infraestructuras, hoteles y restaurantes, pero nuestro primer atractivo sigue siendo nuestra Historia. Armenia fue el primer país que adoptó el cristianismo como religión oficial, en el año 301. Así que vienen de todo el mundo a ver nuestras iglesias.

-¿Cómo se las apaña un país sin salida al mar?

-Armenia tuvo salida al mar en la Antigüedad. Y sería más fácil, desde luego. Pero la fortaleza que no nos da el mar nos la aporta nuestra diáspora. Actualmente viven en todo el mundo entre siete y ocho millones de armenios, consecuencia directa del Genocidio. Sólo en Argentina viven seis millones de armenios. Ése es nuestro principal valor.

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