"Todos los asnos que conozco son serios"

Fernando Savater · Escritor y profesor de Filosofía

Sin dramatismo, pero cargado de sentimiento, afirma que la muerte de su esposa, Sara Torres, le ha dejado un vacío tan enorme que le impedirá volver a escribir un nuevo libro. El último de ellos, 'Aquí viven leones', lo prepararon a medias visitando los lugares de residencia de ocho insignes escritores universales. “He sido un revolucionario sin ira; espero ser un conservador sin vileza”, escribió tras años de lucha antifranquista y en plena batalla contra ETA. Sus artículos de prensa siguen destilando hoy en día el inconformismo del nadador a contracorriente. Defiende la Filosofía como manual de instrucciones.

"Todos los asnos que conozco son serios"
"Todos los asnos que conozco son serios"
Javier Chaparro

18 de diciembre 2015 - 08:49

–La Wikipedia le define como filósofo, escritor y activista. ¿Conforme?

–Sí, pero ante todo me considero ciudadano y serlo significa ser un político en activo, lo cual no es tarea fácil. He participado en muchas actividades, como el movimiento cívico contra ETA. Las personas que hemos tenido la suerte de contar con una educación nos vemos en la obligación de devolver a la sociedad lo que esta nos ha dado.

–Activista tiene muchas acepciones.

–Bueno, la mía tiene un sentido totalmente pacífico y educativo. Me he movido bastante en actividades educativas, a diferencia de esos profesores que se quedan tranquilamente en sus clases dando charlas a los chicos.

–Y filósofo.

–Yo soy profesor de Filosofía. Una cosa es saber solfeo y otra ser Arthur Rubistein. He escrito muchos libros sobre Filosofía con afán divulgativo, para explicar a la gente qué es la Filosofía, una palabra que tiene algo de intimidatorio y que asusta. Hay obras que son difíciles de abordar si no tienes todo el contexto y yo he tratado de explicarlas.

–Mucho debe asustar la Filosofía a quienes pretenden suprimirla de los planes de estudio.

–No quiero ser paranoico y pensar que la gente está en contra de ella. Se quiere acabar con ella como asignatura desde una perspectiva instrumental, cuando precisamente lo que define a la Filosofía es que se dedica no a las cosas que tenemos que hacer, sino a lo que somos. La búsqueda de herramientas para ganar dinero, para tener trabajo no tiene nada que ver con la Filosofía. La Filosofía se cuestiona el para qué de todo, no el cómo.

–Premio Internacional de Poesía, Nacional de Ensayo, el Planeta, el Anagrama, el Ortega y Gasset... ¿Los premios acaban por definir a la persona?

–Bueno, sí. A todas las personas que hacemos tareas no homologadas, porque no sabes si tienen mérito o no, los premios nos serenan y tranquilizan.

–Económicamente, también.

–Bueno, algunos. La mayoría de los premios son más bien honoríficos. Siempre he tratado de ganar los económicos porque los honores ya me los puedo dar yo delante del espejo (risas).

–Usted va en estas elecciones como candidato de UPyD por Madrid al Senado ¿De verdad no quiere salir elegido?

–No, hombre, yo temo ser elegido... (risas). Lo que pretendo es reforzar la opción de UPyD porque sé que, incluso con pocos parlamentarios, es importante estar en las cámaras. Nos pasó en el País Vasco y también con Rosa Díez, que también estuvo sola mucho tiempo en el Congreso y que supo arreglárselas para movilizar a gente, ideas, iniciativas, etc, etc. Es importante que haya gente de UPyD en el Parlamento y por eso me he ofrecido a ser apoyo público, no porque tenga una vocación de ser elegido.

–Es curioso que usted presentase a Albert Rivera cara al público.

–Yo presenté a Ciudadanos en su momento. Fue en un teatro en Barcelona y me invitaron, supongo que por sénior, y allí estaba Albert Rivera y muchos otros amigos como Arcadi Espada, Felix de Azúa, etc. Ellos son los que lanzaron la idea y, como sabían que UPyD había lanzado un proyecto similar en el País Vasco, me llamaron.

–Mariano Rajoy, Pedro Sánchez, Albert Rivera, Pablo Iglesias... ¿A cuál de ellos se le está poniendo más cara de presidente del Gobierno?

–Yo quiero que se le ponga cara de presidente, si no la tiene ya, a Andrés Herzog, que es el candidato de UPyD.

–¿Y si miramos las encuestas?

–Ninguno de los cuatro sería mi candidato favorito. Ahora bien, si me viera obligado a dar un empujón a alguno, apoyaría obviamente a Albert Rivera.

–¿Estamos condenados al diálogo y al entendimiento tras las elecciones?

–Según en qué nivel. La política que se hace en los países democráticos se llama parlamentaria porque viene de hablar unos con otros. Un parlamento es una teatralización de una guerra civil que no se realiza. Lo que pasa es que no se puede extender la idea del diálogo a quien nos está poniendo una bomba debajo del asiento.

–¿El terrorismo yihadista debe ser combatido sobre el terreno?

–Sí. Es de hecho un Estado Islámico que combate contra otros y tiene la forma de un estado.

–Le he leído que el nacionalismo es imbecilizador.

–Sí, como todas las teorías reductivas. Le pasa a aquellos que se afirman de manera excluyente de izquierdas o derechas. Ortega y Gasset decía que ser de izquierdas o derechas es una hemiplejia moral.

–Usted afirma haber descubierto su ciudad, San Sebastián, cuando acabó el terrorismo de ETA.

–Sí, sí por supuesto.

–Sin escoltas.

–Había gente que me preguntaba qué sentía al pasear sin escoltas y yo les preguntaba qué sentían ellos antes, cuando veían pasear a muchos de sus vecinos con escolta.

–“La seriedad no es necesariamente señal de sabiduría; la inteligencia debe saber reír”. ¿Se ratifica?

–Claro que sí. Bernard Shaw decía que toda tarea intelectual es una tarea humorística. Entre las personas inteligentes que conozco las hay que son serias y otras que no lo son; eso sí, todos los asnos que conozco son serios.

–Entre una carrera de caballos y un Real Sociedad-Athletic, ¿se queda con la primera?

–Sí, sí, sin duda. Mis grandes aficiones las martilleé en la infancia. Soy muy poco original en eso. Mi madre era una gran lectora y maestra y me aficionó a la lectura; mi padre era un gran aficionado a los caballos y me llevaba todos los domingos a las carreras.

–¿Y lo de montar a caballo se le da bien?

–¡No, por favor! Respeto mucho a los caballos como para sentarse encima. Yo los veo pasar.

–¿Su experiencia en Huelva con las gambas y los huevos de choco?

–¡Excelente, muy buena! Fue comparable a la víspera del Derbi de Epsom.

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