Entrevista a Enric Juliana

"Lo peor que te puede pasar en la política española es que te vean como un blando"

  • El periodista catalán publica 'España, el pacto y la furia', un relato presente y pasado de sus 20 años en Madrid

Enric Juliana.

Enric Juliana. / EJ

Enric Juliana, adjunto a la dirección de La Vanguardia, llegó a Madrid en 2004 para ponerse al frente de la delegación del periódico. En España, el pacto y la furia repasa todos estos años. 

-España, el pacto y la furia. ¿No es un título optimista a la vista de lo que está sucediendo?

-El título sigue siendo válido. Si uno hace un resumen rápido de la situación en España, concluiría que la política está inundada de furia; ahora bien, vemos cómo en España, en estos últimos 20 años, se han llegado a acuerdos en los momentos más críticos: durante la crisis económica, en 2011, para modificar de modo ultrarrápido la Constitución y garantizar el pago de la deuda; en 2014, con la ley de abdicación, que fue algo más que un acuerdo parlamentario, fue un pacto político para salvar la situación ante un Rey que, de nuevo, no concluía su mandato en España, y un tercer momento, en 2017, el de la crisis catalana, que concluye con la aplicación del artículo 155. Eso nos dice algo, nos cuenta otra cosa.

-Parece que el pacto sólo es posible en momentos extremos.

-Ahora hay un ambiente de lucha política muy intensa, pero se acerca otra situación. Me refiero a la cuestión de la guerra en Europa. Estamos en un momento muy delicado, acaba de estallar una bomba en un buque ruso en el Báltico, hasta ahora estallaban en el mar Negro, pero esto es otra cosa. Hay una serie advertencias que nos indican que esto se puede complicar y, si esto ocurriese, veríamos qué pasa en la política española.

-Mantiene que el futuro del Gobierno de coalición dependerá, en gran medida, de la guerra de Ucrania y de cómo se resuelvan las elecciones norteamericanas.

-Las elecciones de julio enseñaron que en España estamos en una situación de empate, un empate muy complejo, porque el centroizquierda tiene ventaja en las urnas, pero la política está muy decantada hacia la derecha. Digamos que se puede desempatar si en el ámbito interno pasa algo, como una crisis social o económica, y parece que no, que esto no está yendo catastróficamente mal, por lo que dependerá de las exigencias de la época. La actual forma de Gobierno se adaptó bien al fin de la pandemia, cuando hubo un gran acuerdo europeo para gastar, y ahora viene otra en la que el consenso estará en gastar más dinero en armas. Para mí, la pregunta es si la actual fórmula de Gobierno se adaptará bien a esas exigencias. Las señales que llegan buenas no son, nos es ninguna broma que estalle un barco en Kaliningrado, entre Polonia y Alemania.

"El nacionalismo está en todas partes, quien diga que no tiene ni un gramo de nacionalismo miente, está ahí, como el colesterol"

-Suele utilizar el enfoque internacional en la crónica política más que el económico. Marxista no eres.

-Los de los setenta nos bañamos en piscinas donde había cloro y marxismo, algo se habrá pegado.

-Se ha definido como un catalanista que entiende a España. ¿Qué es esto?

-Catalanista es una palabra abierta, es la idea de la pervivencia de la cultura y la lengua catalana. En el catalanismo hay dosis variables de nacionalismo, y el nacionalismo está en todas partes, el que diga que no tiene ni un gramo de nacionalismo miente, es como el colesterol, está ahí.

-¿Y lo de comprender a España?

-No me siento ajeno a España. Contrariamente a lo que han hecho los independentistas en general, no todos, pero muchos han dicho "me declaro espiritualmente extranjero de España, aunque no pueda declarar la independencia". Yo no me declaro extranjero de España, lo que ocurre en España me interesa y, por tanto, me siente perteneciente aunque también me siento muy perteneciente a Cataluña. Creo que son compatibles.

"Junts y PP pueden ponerse de acuerdo para acabar con la legislatura, pactar y luego combatirse"

-De hecho, los últimos sondeos indican que ese es el sentir mayoritario ahora en Cataluña. 

-Esa mayoría ha existido siempre, en todas las encuestas el grupo mayoritario es el que se siente tan español como catalán. No es una mayoría absoluta, pero sí es el segmento mayor; de hecho, te diría que hay gente con ese sentimiento de pertenencia que estuvo de acuerdo con la independencia, por enfado político, por protesta. 

-Sigue manteniendo una amistad con Pablo Iglesias, incluso le reconoce bastante valor, aunque no está precisamente en la escala de favoritos de la opinión pública.

-Pablo Iglesias es un hombre que sabe leer las situaciones políticas, y eso no es frecuente. Y tiene una idea de lo que él quisiera que fuera este país, tanto que la idea de la moción de censura de 2018 pasa en buena parte por sus manos. Yo se lo reconozco, aunque no es el campeón de la simpatía. No ha nacido para cultivar la simpatía del público, y a su vez sobre él se han proyectado campañas para neutralizarlo bastante duras que no todo el mundo podría soportar.

-A Pedro Sánchez le ocurre algo similar. Prácticamente, desde el año 2016 hay gente que intenta acabar con él de modo ininterrumpido, desde los notables del PSOE al establishment español en general. Ahora estamos en un momento casi similar. 

-Los presidentes están fuertes unos días y otros menos fuertes. Sánchez, efectivamente, llegó al Gobierno contra viento y marea, y él consigue algo muy importante, atraerse a las bases socialistas. Políticos muy experimentados de este país no lo supieron ver. Sánchez sigue infundiendo respeto, porque ha demostrado que es duro de pelar y esto siempre cuenta, porque en España lo peor que te puede pasar si estás en política o en el poder es que te vean como blando. Esto no está permitido, y él jamás ha pasado por un blando. No está muerto ni está perdido, pero está en una fase de dificultad y veremos si la pasa o sucumbe. Muerto todavía no le veo.

-La corrupción no entraba en los esquemas de este Gobierno.

-Claro, Sánchez es duro, conoce bien la política internacional, pero lo de Koldo le ha hecho daño. Y aunque no tenga una responsabilidad personal, y eso parece por lo que conocemos hasta ahora, a los ojos de mucha gente de España el PSOE ha recaído.

-¿Puede ocurrirle como a Felipe González en su última legislatura, cuando Pujol dejó de apoyarle por el impacto de los casos de corrupción?

-Bueno, no hay ahora un Pujol en Cataluña. Vamos a ver qué hay a partir de mayo si es que sale algo claro de las elecciones catalanas. Hay una posibilidad, y Feijóo sueña con ella, es poder llegar a algún acuerdo con Junts para poner fin a esta legislatura. PP y Junts no están en condiciones de sentarse para acordar un pacto de legislatura, pero sí que pueden ponerse de acuerdo de modo tácito para poner fin a la legislatura para ver qué se haría después. Se puede pactar y combatirse después.    

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